Por cuerda separada a la purga general, ayer fueron exonerados el ex jefe de la Policía Comunal de Tres Arroyos, inspector Carlos Alberto Faure, y el oficial Nelson Gabriel Brito. Los dos fueron acusados por el delito de “tráfico de influencias” para evitar una orden de detención contra un transportista. De acuerdo con la investigación realizada por la Auditoría General de Asuntos Internos, los dos policías, en un control vehicular, le habrían pedido una coima de seis mil pesos “al conductor de un camión con el supuesto fin de influir sobre un fiscal de Bahía Blanca y evitar de este modo que se librara una orden de detención” en contra del chofer.

A partir de la denuncia presentada por el conductor del vehículo de carga, Asuntos Internos dispuso la intervención de los teléfonos de los policías y montó un operativo con micrófonos para atraparlos in fraganti.

“El denunciante asistió a la Estación de Policía Comunal de Tres Arroyos y pactó la entrega de 2000 pesos con Faure.” En ese momento, el policía “le aseguró (al chofer) que ya habían hablado con el fiscal y que las cosas iban a quedar como un problema entre gitanos”, según precisaron los voceros del Ministerio de Seguridad.

En un nuevo encuentro, siempre en la calle, bajo el control de Asuntos Internos, el denunciante le entregó el dinero a Brito, quien luego fue detenido, cuando tenía en su poder los billetes marcados que había recibido. Faure fue detenido más tarde en la Estación de Policía. Los policías, además de la exoneración, están imputados por el delito de tráfico de influencias agravado. La exoneración significa la separación definitiva de la fuerza, la pérdida del empleo y un obstáculo casi insalvable para volver a ocupar cargos públicos.