En apenas dos meses, entre el 3 de octubre y el 8 de diciembre del ’96, la bandita del Rosendo había cometido ocho robos y cinco homicidios, entre ellos, el de un policía. La bandita del Rosendo era comandada por Rosendo Barroso. Todos paraban en los nudos del Fuerte Apache. El Rosendo perdió, muerto por las balas policiales en algún enfrentamiento. A él lo acompañó el Cuni, dicen que suicidado durante el megaoperativo que desató la Bonaerense a principios del ’97 y que derivó en la detención de Lucas y Claudio. A Lucas, al Maderita Claudio y a su hermano mayor Dante “el Tucumanito” Núñez, los arrancaron de sus casas y los abandonaron a su destino final, la perpetua.

El raid por el que los condenó el Tribunal Oral de Menores 1 se inició el 3 de octubre a las 19.15. Dos jóvenes arrancaron a Javier Dulcet de su Peugeot 504. Uno le gatilló pero el arma no disparó. Cuando repitió, la bala salió disparada y dio contra una puerta. A las 20.50 de ese mismo día, cuatro jóvenes tomaron por asalto la casa de la familia Gazzia, en Liniers, mientras otro daba vueltas en el Peugeot de Dulcet. A Gazzia, que llegaba en el auto con su hijo de 6 años, lo mataron de un balazo. A las 22.30, aparentemente, los mismos chicos reaparecieron en Villa Lugano donde vaciaron la casa de Gustavo Avalos. El 1º de noviembre, a las 21.10, asaltaron a Fernando Silva, en Villa Devoto, para robarle el Fiat Duna. El sistema de bloqueo de suministro detuvo el auto. Regresaron a lo de Silva y le pegaron un tiro en la cabeza. El 16 de noviembre asaltaron a Carlos Moreno y su pareja. Cargaron en el Peugeot 306 todo lo que pudieron. Como les pidieron dinero y dijeron que no lo tenían, gatillaron en la cabeza de los dos en dos ocasiones sin que salieran balas. El 8 de diciembre fue el último hecho que les dieron por probado. Asaltaron a Carlos Luguercio y su familia, en Liniers. Cuando salieron, se toparon con el agente Miguel Rojas. Le dispararon a quemarropa doce veces.