SOCIEDAD
• SUBNOTA
La sorpresa escondida
› Por Pedro Lipcovich
Grandes laboratorios tercerizan la producción de muchos medicamentos, otorgándola a otros laboratorios que producen... genéricos.
Según pudo establecer Página/12, esta conducta es adoptada, por lo menos, por empresas farmacéuticas internacionales. Sucede que la actual ley de patentes permite comercializar medicamentos no necesariamente fabricados en el país (a diferencia de legislaciones como las de Brasil o Uruguay, que obligan a elaborarlos en el territorio nacional): a partir de esto, algunas firmas redujeron su capacidad de producción en la Argentina, y eventualmente –sobre todo desde la suba del dólar– pasó a convenirles, antes que importar los remedios, ceder su producción a laboratorios nacionales. Todo esto se efectúa bajo contratos de confidencialidad.
Entretanto, la Cámara Argentina de Productores de Medicamentos Genéricos y de Uso Hospitalario (Capgen), integrada por 24 empresas de origen nacional, salió a apoyar “la prescripción por genérico, que revaloriza la profesión del farmacéutico y bajo ningún aspecto cercena la libertad del médico, ya que lo que cura al paciente no es la marca sino la monodroga”.
Conviene aclarar una vez más la diferencia entre “medicamento genérico” y “nombre genérico de los medicamentos”. A esto último se refiere la normativa ministerial de reciente vigencia, que ordena recetar la droga genérica presente en distintas marcas comerciales. Por otra parte, existen los llamados medicamentos genéricos, que son idénticos a un medicamento original pero elaborados, bajo control de las autoridades sanitarias, por otro laboratorio.
Nota madre
Subnotas