El gobierno español organizó este año un evento de homenaje que emocionó a los que llegaron hasta la Biblioteca de Madrid, entre ellos, Beatriz Gimeno. La líder no estaba allí como representante de las minorías sexuales sino como escritora de Su cuerpo era su gozo, una novela que cuenta la historia de amor entre dos mujeres durante los años de la represión. “Durante el franquismo hubo dos campos de concentración solo para homosexuales y, por lo tanto, queremos recuperar la memoria de esa gente”, dice Beatriz Gimeno.

–¿Qué tuvo de particular esta represión?

–Hubo dos leyes que penalizaban con cárcel y reeducación a las personas homosexuales. Hubo cincuenta mil afectados. Aparte de condenar al campo de concentración cuando eran liberados eran marcados como peligrosos sociales. Ahora cuando ha salido la ley de la memoria histórica esas víctimas no aparecen.

–¿Lograron contactar a estas víctimas?

–Esta represión no fue al principio del franquismo cuando era más cruel, recién terminada la guerra. En ese entonces hubo cierta tolerancia. La represión fuerte contra los homosexuales empezó más tarde, con los años sesenta.

–Quizá la imagen que tenemos es la de Lorca y Molina.

–Esa es una imagen muy estereotipada del primer franquismo, pero lo cierto es que no había leyes específicas. Es decir, a Lorca lo mataron por maricón pero también porque era republicano.