Ningún comercio porteño de ropa para mujer podrá exhibir sus prendas “en maniquíes que midan menos que la talla 38” si es que prospera un proyecto de ley que apunta a combatir la frustración que genera en las compradoras la diferencia entre cómo les sienta la ropa a estos exhibidores y cómo les sienta a ellas. El proyecto de ley tratará de reducir “la distancia entre los conceptos de belleza y salud” que, según la autora de la iniciativa, desencadenan verdaderos trastornos psicofísicos sobre todo en las mujeres más jóvenes. “Estos modelos estéticos crean cánones equívocos porque, lógicamente, la ropa tal y cómo está diseñada les queda mejor a los maniquíes que a la gente de la calle”, señaló Silvia Majdalani, presidenta de la Comisión de Defensa del Consumidor y autora de la propuesta. Según la legisladora, “hay muchas chicas que mirando las vidrieras piensan, inconscientemente, que no va a haber tallas para ellas dentro del local”. “Las medidas estándar de las ‘venus de plástico’ poco tienen que ver con las de una mujer real, porque con 85 de pecho, 60 de cintura y 90 de cadera y una altura que supera los 1,77 metros, se calcula una masa corporal de 18, un índice que normalmente debe dar 25”, dijo Majdalani.