“Creo que la playa, como está ahora, es un espectáculo. El plan que estamos desarrollando es en defensa de las playas, para que haya más lugar y eso significa que todos los balnearios tienen que estar construidos sobre pilotes de madera. Hoy parece muy extraño ver un lugar hecho en cemento. La gente se sorprende un poco con lo nuevo, pero le gusta.” El intendente Luis Baldo repite, en cada reportaje, su convencimiento de que las “nuevas playas” son el futuro y no el pasado, como puede parecer por las formas o los materiales utilizados. Un total de 55 viejos paradores de cemento fueron demolidos y se instalaron 25 hechos sobre pilotes de madera, algunos en forma parcial, porque todavía siguen en la etapa de construcción. Se estima que habrá unos 50 balnearios sobre madera. Una encuesta recién iniciada, en la página web oficial de Gesell, dice que el 90 por ciento de los turistas está de acuerdo con los cambios realizados.

En el balneario Merimar, al igual que en otros, un cartel advierte a los clientes: “Disculpen las molestias, estamos construyendo el nuevo parador”. Algunos balnearios que fueron hitos de Gesell, como el Windsurf, que estaba cerca del hotel Tejas Rojas, fueron demolidos y sus dueños rechazaron la idea de construir en su reemplazo uno de madera. Dicen que 16 de esos viejos balnearios desaparecerán para siempre. Es evidente que en las playas céntricas hay más lugar para tirarse panza arriba y las cifras oficiales de la Secretaría de Turismo, para la primera quincena de enero, hablan de un aumento del número de turistas, respecto del año anterior. El titular de esa dependencia, Jorge Ziampris, precisó que en los primeros quince días del año llegaron 247.055 visitantes, contra los 239 mil del año pasado. Los vuelos a Gesell se incrementaron. De los dos que hubo el año pasado, se pasó a 13 en la primera quincena de enero, mientras que se mantuvieron estables los ingresos en autos particulares, trenes y ómnibus.