“Se desconoce que la prohibición del aborto que defiende el catolicismo no es un dogma de fe. La posición de la Iglesia ha ido cambiando en procesos históricos diferentes, lo cual significa que podría cambiar”, dice Coca Trillini, de Católicas por el Derecho a Decidir, una organización que defiende la despenalización del aborto. Y abunda un poco más: “No siempre se lo consideró un homicidio sin excepción”. Hoy es considerado un pecado grave y causa de excomunión. “Cuando no hay unanimidad de criterios frente a un tema dentro de la teología, hay una posibilidad de que cualquier católico, después de informarse bien, de haber escuchado distintas posturas, decida en su libertad de conciencia: es lo que promueve la doctrina del probabilismo, que consagra la diversidad de opiniones en cuestiones en las que hay un debate moral”, señaló. El probabilismo se basa en la idea de que una obligación moral sobre la cual hay dudas no puede imponerse como si fuera cierta. Sería el caso del aborto, dice Trillini.

Para ella, la amplia mayoría a favor de que la Iglesia Católica flexibilice su postura frente al aborto “coincide con un cambio de escenario en el país que permitió que apareciera el año pasado una mujer de tradición católica, creyente, que peleó públicamente para que se cumpliera con la ley y su hija accediera a un aborto en un hospital público”. Trillini aludió así a Ana Rosa Gazolli, viuda de un suboficial del Ejército, cuya hija, una joven discapacitada mental de Mendoza había quedado embarazada en una violación.

“Muchos católicos latinoamericanos creen que es posible ser una buena católica incluso después de haberse realizado un aborto. Comparten este punto de vista el 53 por ciento de los católicos en México, el 50 por ciento en Bolivia y el 37 por ciento en Colombia, según encuestas recientes”, apuntó. Para Trillini, de la encuesta del Cedes surge que “la sociedad está diciendo que se cumpla con la ley y no se discutan los abortos no punibles previstos en el Código Penal”. Católicas por el Derecho a Decidir acaba de publicar una “guía” para mujeres y varones de tradición católica que defienden la despenalización del aborto y tienen dificultades para decirlo y defenderlo públicamente.