Mar 24.04.2007

SOCIEDAD • SUBNOTA  › OPINION

Una pistola y la estrategia de Pachelo

› Por Raúl Kollmann

Aveinticuatro horas de que le toque declarar en el juicio oral, el sospechado vecino Nicolás Pachelo, a través de su abogado Roberto Ribas, trató ayer de alivianar su situación poniendo en escena un arma calibre 32 que –según él– podría ser la usada en el crimen. El revólver, marca Orbea, pertenece a un sobrino del acusado, Carlos Carrascosa, Horacio Ognio, que siempre vivió en Corrientes y que, según parece, perdió o le robaron el arma. Anoche, el abogado de Ognio en Corrientes dijo que la denuncia de pérdida del arma se hizo en 1999, o sea tres años antes del crimen. De confirmarse ese dato, la hipótesis de que ése fue el revólver del caso García Belsunce perdería toda credibilidad. A través de su abogado, Alberto Cafetzoglus, Carrascosa le hizo saber a Página/12 que “nunca tuve un arma, ni comprada ni prestada. Es una mentira indignante”. Lo cierto es que en la causa judicial no hay una sola persona que haya declarado que vio a Carrascosa con un arma alguna vez y, en cambio, muy distinta es la situación de Pachelo.

El vecino salió el 3 de septiembre pasado de la cárcel a raíz de dos condenas, una a tres años y tres meses de prisión y la otra a un año de prisión, por siete robos distintos. En todos los casos entró a robar casas de amigos y vecinos. Uno de los hechos es llamativo. El 13 de septiembre de 2003, dos sujetos armados y encapuchados entraron en la casa de Marta María Augé, madre de Gastón, un amigo de Pachelo. Con sendas pistolas o revólveres en la mano, los individuos metieron a la señora en el baño y amenazaron con matarla. Se llevaron mil pesos y quinientos dólares. Lo más llamativo fue que entraron al departamento usando la llave. Pachelo terminó confesando que organizó ese robo, lo que consta en una de las causas judiciales por las que fue condenado. Pachelo le contó a Gastón que no tenía dinero ni para darles de comer a sus hijos, que era un adicto al juego y que mandó “a dos tipos de Pilar” a cometer el robo. “No viene al caso que te diga quiénes eran los tipos”, adujo. También admitió que unos días antes, él mismo había sustraído las llaves de la casa de la madre de Gastón aprovechando una visita que hizo. O sea que Pachelo participó de un robo en el que sí se usaron armas.

Otro dato surge de la causa por el supuesto suicidio del padre de Pachelo, Roberto. La pareja de éste, Jacqueline Barbará, declaró judicialmente que cree que Nicolás Pachelo tuvo que ver con el suicidio –de un tiro– de su padre. Es decir, que sugirió que el hijo mató o mandó a matar a su padre. Nada de esto fue investigado ni comprobado. Pero en ese expediente, el empleado de la empresa cuenta que Nicolás tenía tales sentimientos contra su padre que poco después de la muerte lo encontró disparando contra las fotos de Roberto Pachelo colgadas en una pared. Otra vez Pachelo usando armas.

Los otros protagonistas de la causa García Belsunce que habitualmente usan armas son los vigiladores, algunos de los cuales admitieron también que entraban a las casas a robar, aunque dijeron que robaban sólo comida. Claro que a uno de ellos, José Ortiz, también sospechado, se le encontró una cámara de video robada en una casa de otro country que era custodiado por la misma empresa.

Como se ve, rondando a María Marta aquel domingo había bastantes armas. Es cierto que Pachelo dijo que no estaba allí, sino en el shopping Paseo Alcorta. Sin embargo, las cámaras de la puerta del country, los testigos y los celulares demuestran que recién se fue de El Carmel después del asesinato.

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