SOCIEDAD • SUBNOTA
La administradora del sistema eléctrico ordenó recortar tres por ciento del suministro durante las horas pico del lunes y de ayer para evitar que la demanda sobrepasara la capacidad de generación. Si siguiera el frío, se recurriría a cortes rotativos.
› Por Raúl Dellatorre
Mientras el Gobierno explicaba que la oferta energética “será suficiente para abastecer la demanda que tenemos”, en las distribuidoras eléctricas recién respiraron aliviados por la noche, no tanto por las declaraciones oficiales como por el leve pero imprescindible aflojamiento de la demanda con respecto a los niveles record de la noche del lunes. De todos modos, se reiteraron ayer los cortes parciales en algunos barrios de Capital y Gran Buenos Aires, que en medios oficiales se admitió que “forman parte de un recorte programado de la oferta eléctrica”. De persistir la fuerte demanda, las autoridades del sector no dudan en que se echará mano a los cortes rotativos, hasta tanto el parque de generación no esté en condiciones de ofrecer más energía eléctrica.
Las tres cifras básicas que ayer se seguían con la mayor atención en el sector eran el nivel del consumo, la situación del parque térmico (generación) y, para equilibrar ambos, las definiciones de recortes preventivos del suministro.
Demanda. El cuadro de ayer fue bastante más auspicioso que el del día anterior. Contra una demanda record de más de 18.200 mw a las 19.26 horas del lunes, ayer los valores se mantuvieron en torno de los 18.000 mw entre las 19 y las 20.00, pero sin superar ese escalón. Hacia las 21.00, la demanda ya había descendido a 17.700 mw, restableciendo parcialmente la calma. Para alivio de las autoridades, el pronóstico de 18.500 mw de demanda que había hecho Cammesa, previendo temperaturas más bajas en Capital y alrededores, no llegó a cumplirse.
Oferta. La capacidad de generación sigue restringida por la salida de servicio desde el fin de semana pasado de Atucha, los problemas que afectan el aporte de Central Costanera, fallas internas que bajaron la producción de Central Puerto y la salida de servicio de un alternador de la Central San Nicolás. Además, los problemas por el incendio de la subestación Ezeiza (perteneciente a Transener) todavía persisten y demorarían meses en resolverse, ya que demandan la importación de transformadores que se perdieron con el incendio de dos semanas atrás. Ello le resta un tercio de su capacidad normal de transmisión eléctrica. Todos estos factores hacen que la oferta, en el pico de demanda, no esté en condiciones de responder sin riesgos por arriba de los 18.200 mw.
Restricciones. Con este escenario, el lunes el sistema operó “sin reservas de generación”, es decir que utilizó todo el parque disponible al mismo tiempo, aun las unidades más ineficientes. Pero incluso así, Cammesa se vio obligada a disponer de diversas medidas de emergencia:
- Entre las 18 y las 22 del lunes, solicitó a todos los grandes usuarios del sistema una reducción voluntaria de la demanda.
- Entre las 19.50 y las 21.30, la energía eléctrica se distribuyó en el área metropolitana con una reducción del 5 por ciento en la tensión (en 210 voltios en vez de 220).
- Desde las 20.15 hasta pasadas las 21, se redujo el suministro eléctrico en 500 mw. Esto provocó algunos cortes parciales, de duración limitada y “administrados” por las distribuidoras.
Ayer se repitieron los cortes parciales en Capital y Gran Buenos Aires, aunque no todos fueron voluntarios. En el barrio de La Boca, incluso, hubo una protesta de vecinos de Catalinas Sur al prolongarse el corte por más de una hora.
Cristian Folgar, subsecretario de Combustibles, pintó un panorama muy diferente ayer por la mañana. Destacó que, “salvo algunos problemas puntuales”, el sistema había respondido correctamente al record de demanda. “Los dos sistemas, el de gas y el de electricidad, están funcionando a plena carga”, dijo, estimando que la oferta energética “será suficiente para abastecer la demanda que tenemos”. Folgar aseguró que “Atucha I entra en servicio a más tardar el jueves y las térmicas que salieron para cambiar combustible ya están disponibles”. Indicó que para el abastecimiento del combustible líquido a las centrales térmicas “está previsto que vayan llegando los barcos con fueloil provistos por Pdvsa”.
No obstante, durante el día de ayer se reforzaron todos los sistemas de emergencia para evitar que la oferta se viera sobrepasada. La instrucción de Cammesa fue que el suministro se redujera en un tres por ciento en horas pico, “recortando” la demanda para evitar una sobreexigencia al sistema. Las distribuidoras eligieron cómo “repartir” los cortes. La restricción no sólo operó para el área metropolitana de Buenos Aires, sino también para varias provincias, como lo admitió, por ejemplo, la Empresa de Energía de Entre Ríos, Enersa, en un comunicado.
Con fríos menos intensos que los previstos, ayer se superó, aunque con dificultades, la emergencia. Para hoy se pronostica un ascenso de la temperatura y un descenso, en consecuencia, de la presión de la demanda. La semana se completaría con el mismo pronóstico y para la semana entrante se espera que empiecen a volver al servicio algunas de las centrales paradas. “La situación no llegó a ser crítica, pero tuvo exigencias al límite”, señalaba anoche un experto del sector tratando de elegir las palabras. El sistema acumula eslabones débiles: antes era la distribución, días atrás fue la transmisión (Ezeiza) y con la llegada del frío, fue la generación. Estamos todavía en otoño y, como diría un anunciante en busca de emociones fuertes, “esto recién empieza”.
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