La Defensoría del Pueblo porteño pidió a las autoridades sanitarias de la ciudad que garanticen el acceso a la práctica de una vasectomía solicitada al Hospital Argerich, que se negó a realizarla por cuestiones “éticas”.

La Defensoría dictó una resolución en la que solicita a la dirección del hospital “que arbitre los medios a su alcance para garantizar al señor A.A.M. el acceso a la práctica solicitada en el modo que lo establece la Ley 26.130”.

Esa norma, sancionada en agosto de 2006, establece que “toda persona mayor de edad tiene derecho a acceder a la realización de las prácticas denominadas ligadura de trompas de Falopio y ligadura de conductos deferentes o vasectomía en los servicios del sistema de salud”. La ley indica también que los médicos “tienen derecho a ejercer su objeción de conciencia” ante la petición de estas intervenciones.

Sin embargo, advierte que esta instancia “no exime de responsabilidad, respecto de la realización de las prácticas requeridas, a las autoridades del establecimiento asistencial que corresponda, quienes están obligados a disponer los reemplazos necesarios de manera inmediata”.

La Defensoría pidió también a las autoridades del Argerich la “instrucción al personal médico de ese hospital, para asegurar el cumplimiento de la normativa vigente, que –sin vulnerar la objeción de conciencia– respete la requisitoria de los pacientes y realice los procedimientos médicos pertinentes”.

La resolución de la Defensoría surgió ante la solicitud de intervención del hombre que pidió la vasectomía, de quien se preservó su identidad y se lo identificó sólo por las iniciales A.A.M.

Según indicó la Defensoría, el hombre “refiere que el doctor Leandro Zagari se negó a realizar la práctica por motivos éticos, morales y religiosos”. Posteriormente, se dirigió a la dirección de ese hospital, “donde la doctora Marisa Soimer lo puso en contacto con el doctor Lupis, jefe de Urología, de quien recibió nuevamente una respuesta negativa”.