“Hace unos días, en Santa Fe, muy cerca del lugar donde chocó el micro que llevaba a nuestros hijos, otra vez un camionero borracho circulaba en zigzag: esta vez alguien lo denunció y la policía lo detuvo; pero cuando se le pasó la borrachera volvió a irse manejando su camión, porque no hay un sistema de seguridad vial que prevenga o sancione estos hechos”, contó Andrés Kalwill, del grupo de padres del colegio Ecos, que impulsa la sanción de una ley de seguridad vial.

“Es necesario que el Gobierno envíe al Congreso de la Nación el Convenio Federal de Seguridad Vial, para que se transforme en ley y las soluciones de fondo se adopten a nivel nacional, no en distritos aislados”, agregó, y comentó: “Por ejemplo, el sistema de puntaje en la ciudad de Buenos Aires es muy buena iniciativa, pero de nada servirá si el infractor puede obtener una licencia en otra jurisdicción”.

“El Convenio Federal fue firmado por el Presidente, los ministros, los gobernadores: que no sea una más de las cosas que, firmadas, quedan en la nada. La única solución está en que se transforme en ley, que reciba la adhesión de las legislaturas provinciales y, finalmente, que se aplique”, dijo Kalwill, refiriéndose al documento firmado el 15 de agosto y que, recordó, “incluye la realización de controles de alcoholemia en rutas y utilizar los puestos de peaje para controlar velocidades máximas y otros aspectos”.