“En nuestro hospital volvió a aumentar la cantidad de camas ocupadas por gente con VIH, que había bajado durante años desde la introducción de las terapias antivirales”, reveló Pedro Cahn, jefe de infectología del Hospital Fernández, y además señaló “el acelerado cambio en el perfil de la población que atendemos: hay cada vez más personas de clase media que perdieron su obra social o su prepago, mientras que las personas en peor situación social no vienen porque no tienen dinero para viajar pero, sin duda, no sólo por eso: quien sufre la angustia de no poder alimentar a sus hijos difícilmente se ponga a tomar en horario las drogas antivirales”.
Mark Wainberg, ex presidente de la Sociedad Internacional de Sida, intervino para comentar que “en este viaje me impresionó, en la calle Florida, la cantidad de gente pidiendo limosna. Sentí un clima de desesperación, y una de las principales causas de trasmisión del VIH es la desesperación. El desesperado no se cuida, y esta enfermedad no tiene ciclos como la economía: es probable que en unos años la economía argentina se recupere, pero el que se infecta hoy ya no se librará del VIH”.
Cahn contestó que “el perfil social de nuestra población tiende a parecerse al de Centroamérica, donde la epidemia está fuera de control. Sin embargo, con la mitad de la plata que se fugó de los bancos argentinos entre marzo y noviembre de 2001 alcanzaría para cubrir los 10.000 millones que necesita el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida”.