LA CARGA DE LA DEUDA EN EL PRESUPUESTO Y EL ROL DEL FMI
“Juez, parte y jurado”
Un documento de la Fundación Economistas sin Fronteras revela el extraordinario peso que tienen los pasivos externos sobre los presupuestos en 42 de 138 países analizados.
› Por Natalia Aruguete
En doce países iberoamericanos, el servicio de la deuda externa es mayor que el gasto en educación. En trece, es más alto que el de salud. Y en seis supera a ambos presupuestos juntos. A partir de esa evaluación, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) impulsó la elaboración del estudio “Deuda Externa por Educación”, realizado por la Fundación Economistas sin Fronteras. Una de las autoras del informe, Ana Alarcón Gómez, evaluó ante Cash las cifras del informe, criticó la posición del FMI y lanzó una advertencia para los países del Norte.
¿Cuáles son los resultados centrales de la investigación?
–Son escalofriantes: en 42 países, de los 138 que estudiamos, la carga de la deuda supera los presupuestos en educación. En 72 países, supera el de sanidad. De los 23 miembros de la OEI, en 12, el servicio de la deuda supera al gasto público en educación; en 13, el de sanidad y en al menos 6, a las dos juntas. Cuando uno se enfrenta a estas cifras, cualquier desvío del Presupuesto hacia educación puede tener un impacto tan grande, tan inmediato y tan productivo.
¿Cuál es la relación que ustedes establecen entre deuda y educación?
–En primer lugar, con el canje de deuda se crea un fondo de contravalor para reinvertir en el país en proyectos de desarrollo. En segundo lugar, la educación debe ser concebida como el área de desarrollo principal y común a todos los países en vías de desarrollo. Esto es algo que ya nadie discute. Y los beneficios de la educación se dan en todos los ámbitos: social, de equidad, de igualdad de la mujer.
¿Qué propone el FMI para resolver el problema de la deuda en los países pobres?
–Seis países han logrado resolver su situación. En el marco de Iberoamérica, Bolivia es un ejemplo. El FMI abre un plan de ajuste estructural por el que el país debe aceptar la consecución de pautas con fórmulas de ajuste en su economía y en sus parámetros de inflación, de balanza comercial, de balanza de pagos. Si el país acepta este planteo, se abre un plazo de decisión, que dura más o menos tres años. En ese tiempo, el país intenta ajustarse a esas pautas establecidas. Cuando pasa ese plazo, es nuevamente el Fondo el que decide si el país está o no en posición de solvencia o de deuda sostenible. Son condiciones muy duras. Además, el que propone y decide es el mismo: es juez, parte y jurado.
¿Con qué parámetros define si la deuda de un país es sostenible?
–El ratio que maneja es que el servicio de la deuda de un país sea menor al 150 por ciento del aporte total de sus exportaciones.
¿Cuál es la relación que encuentra Economistas sin Fronteras entre eficiencia y educación?
–Yo tiendo a traducir esta respuesta a términos económicos. La educación influye en el índice de mortalidad infantil: una madre con estudio cero en un barrio marginal se asocia con un índice de mortalidad de los hijos más alto que una con estudios secundarios completos.
¿Cuáles son los efectos económico-sociales de un canje de deuda?
–La primera ventaja es que el endeudamiento se ve rebajado, porque de lo que se trata es de canjear deuda por inversión. Si bien el monto no es muy importante, en cada negociación se puede convenir distintos importes. Por primera vez, una rebaja en el costo de la deuda libera a un país del costo anual de esas partidas y le permite, con el mismo esfuerzo, usarlas para otras cosas. Según nuestro estudio, en la Argentina, el valor del servicio de la deuda es cuatro veces superior al valor de las exportaciones, una proporción desmedida.
¿Qué mecanismos deberían implementarse para garantizar la puesta en marcha de proyectos de desarrollo?
–Se está implementando la participación de otras entidades u otras organizaciones. Se trata de enriquecer la búsqueda de una solución a través de visiones distintas. En Jubileo 2000 se marcaron tres principios en el canje de deuda: asumir una responsabilidad mutua, que ninguna de laspartes tenga más poder que la otra, para ser juez, jurado y parte. Y por último, la transparencia: si han de crearse fondos de contravalor, que haya transparencia en su utilización.
¿Cómo es posible insertar esta propuesta del Movimiento Iberoamericano en un mundo donde la brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor?
–Si el Norte no toma conciencia de su responsabilidad, el problema no tiene arreglo.