EL NEGOCIO DEL JUEGO EN LA CRISIS Y EN LOS PERIODOS DE AUGE
Apostar al crecimiento
Se piensa que en crisis se juega más en búsqueda de la salvación. Los empresarios del sector aseguran que la ecuación es inversa.
› Por Cledis Candelaresi
Pese a lo que se piensa en relación con que el negocio de los juegos de azar prospera en épocas de crisis, la facturación de la compañía Codere, que interviene en esa actividad, ha crecido de la mano de la recuperación económica. Durante este año aumentará sus ingresos en un 35 por ciento, hasta alcanzar los 175 millones de pesos. Héctor Luna, vicepresidente local de la firma española que en Argentina es dueña única de ocho bingos bonaerenses y opera otros seis en sociedad, explicó a Cash algunos secretos de un negocio habitualmente sospechado de facilitar maniobras ilícitas.
¿Por qué los gobiernos admiten las apuestas como actividad legal?
–Porque la experiencia histórica demuestra que la prohibición estimula la clandestinidad y la relación corrupta entre el juego y los organismos encargados de reprimirlos. También buscan generar empleos y recaudar.
Desde que se instrumentaron los controles on line en las máquinas tragamonedas, la recaudación fiscal aumentó. ¿Eso no da la pauta de que siempre hubo ingresos no declarados consentidos por el poder de turno?
–Es posible eliminar la clandestinidad, recaudar impuestos y generar empleos sólo si los marcos legales lo permiten. La clave es, justamente, el marco legal. Si el Estado adjudica una licencia, debe hacerlo del modo más transparente posible: con licitación pública y abierta...
... En lugar de renovar automáticamente las licencias.
–Exacto. Si la finalidad es aumentar la recaudación fiscal, hay que aplicar los controles adecuados. No es posible recaudar en base a declaraciones juradas del operador. Nosotros somos partidarios del sistema on line, que permite conocer en tiempo real lo que se factura y, al menos en la provincia de Buenos Aires, estamos a su vez auditados por la Universidad de La Plata.
¿A qué puede atribuirse el salto en la facturación de Codere de los últimos dos años?
–A partir del 2000, un decreto luego transformado en ley liberó la cantidad de máquinas a instalar y transformó el canon fijo que pagaban los operadores al fisco provincial en una contribución equivalente al 34 por ciento de la recaudación de cada máquina tragamonedas. Eso otorgó una solidez jurídica que no había y, en función de ella, empezamos a invertir. Así recaudamos más nosotros y el Estado. Nunca se nos hubiera cruzado por la cabeza evadir, entre otras cosas, porque dependemos de una matriz que está fuera del país. Es cierto que un canon fijo aumenta el margen de sospecha sobre lo que auténticamente recauda. Pero con el control on line esas dudas se acabaron.
¿Por qué tanta certeza?
–Se utilizan máquinas homologadas, que se conectan por tres carreteras informáticas encriptadas a un centro de cómputo que está en Lotería. Sólo personal de la Universidad de La Plata podría violar los contadores.
¿Hay algún vínculo entre la recaudación en el juego y los ciclos económicos?
–Sin duda. Los juegos masivos como el Loto estimulan las apuestas, porque algunos lo ven como su posible salvación. Pero no es cierto que en épocas de crisis se juega más. Al contrario, en los juegos participativos cuando mejor esté la economía más se apuesta.
¿Sobre qué proyecciones económicas decidieron hacer nuevas inversiones?
–Vemos una economía estable y confiable al corto y mediano plazo: con un PIB en aumento y un dólar alrededor de 3 pesos. De cualquier modo, Codere primero evalúa el marco legal y después las condiciones económicas. Si la ley no está clara, el negocio se inhibe.
¿Qué restricciones legales encontraron?
–Le doy un ejemplo concreto. En Córdoba competimos por las tragamonedas de toda la provincia, salvo en la Capital. Ganó Roggio, pero ahora estamos en un contencioso administrativo contra la provincia porque impugnamos unalicitación que consideramos viciada. Advertimos que la propuesta de nuestro rival era incumplible y así resultó: se comprometieron a construir hoteles sobre la base de un plan turístico y no lo hicieron. Fue una licitación legal, pero llena de vulnerabilidades que la hacen sospechosa.