ENTREVISTA AL ECONOMISTA FRANCéS GéRARD DUMéNIL
El experto explica por qué América latina no puede confiar en sus empresarios si pretende despegar algún día.
› Por Natalia Aruguete
El modelo neoliberal es exitoso en tanto logra beneficiar a los sectores más ricos del mundo. Frente a ello, América latina necesita integrarse regionalmente, porque ha sido “la principal víctima del neoliberalismo”. Así lo expresó el economista Gérard Duménil, quien se abocó en los últimos años a estudiar el papel de Estados Unidos en su relación con el resto del mundo. Duménil fue invitado a Buenos Aires para participar de un ciclo de conferencias organizado por el Instituto para el Desarrollo Económico (IADE) y Economistas de Izquierda (EDI). Ante Cash, el investigador francés analizó las formas de dominación estadounidense sobre los países que no responden a sus intereses. Y explicó por qué “el neoliberalismo más que un modelo de crecimiento es un fracaso”.
¿Cómo evalúa el impacto de la actual política económica de Estados Unidos a nivel mundial?
–El orden social-económico es neoliberal. En el centro del mundo está Estados Unidos y en el centro de ese país están las capas capitalistas más ricas del mundo. Ese orden beneficia a los poderosos y en este sentido es un éxito. Pero el neoliberalismo no es modelo de desarrollo, es un fracaso.
¿Por qué?
–Por ejemplo, México solía crecer con tasas del 6 o 7 por ciento hasta los ‘80. Tenía fluctuaciones pero sin recesiones fuertes. Después de los ‘80, la tasa de crecimiento cayó al 2 o 3 por ciento. La sustitución de importaciones era un modelo de crecimiento. En la Argentina, la transformación neoliberal logró resultados positivos durante 5 o 6 años, pero era evidente que este modelo no se podía sostener, porque el desequilibrio exterior sólo se mantenía con préstamos, y derivó en una crisis mayor con crisis similares en otros países. Ahora es un sistema difícil de cambiar.
En la actual coyuntura, ¿es posible conformar un bloque regional en América latina?
–No sé si es posible, pero es absolutamente necesario resistir a escala mundial, especialmente en América latina que fue la principal víctima del neoliberalismo. Hace unas semanas estuve en Guatemala, donde el salario mensual de una mujer que trabaja en la maquila es de 60 dólares. En los periódicos de la derecha se decía: “el costo del trabajo es demasiado alto y las inversiones se van a ir a China”. Sin embargo, cuatro litros de leche cuestan 3 dólares. Es imposible vivir bajo tales condiciones.
¿Por qué cree que no sería posible esta integración?
–Porque Estados Unidos se compró a las capas dominantes de estos países. Además, las capas dirigentes de Latinoamérica tienen intereses diferentes y no son capaces de integrarse para resistir. Sería importante que los países de América latina hablen con una voz común frente a Estados Unidos. En el Foro de Puerto Alegre, Hugo Chávez planteaba unirse para resistir frente al imperialismo. El problema es cómo hacerlo en países cuyas capas dirigentes dependen tanto del centro en términos de ingresos.
¿Cuál es la estrategia de Estados Unidos frente a una posible unión latinoamericana?
–Impedirla con negociaciones bilaterales con cada país. Y tiene mucho poder porque las capas dirigentes (de los países periféricos) están integradas al sistema mundial. Estados Unidos recibe enormes intereses sobre la deuda, pero paga más en términos de dividendos e intereses a los inversores latinos. Sin embargo, no es una relación simétrica porque los intereses de la deuda los paga el pueblo. Es un sistema caricaturesco.
–¿Qué reflexión tiene sobre el Foro Social Mundial que tuvo lugar en Puerto Alegre?
–Evaluar la transformación de este movimiento no es fácil. En América latina se está dando una radicalización política mayor que en Europa. En América latina la gente habla de la incompatibilidad con el orden capitalista. En Europa, muchos movimientos empezaron a hablar de imperialismo. El problema sigue siendo qué tipo de lucha se debe dar.
–En el marco de las elecciones en Irak, ¿cómo evalúa la democracia que Estados Unidos pretende imponer en ese país?
–Lo que Estados Unidos quiere realmente es un gobierno favorable a sus intereses. La “democracia”, en el mundo capitalista, es una democracia de clase, cuyos costos son menores que una dictadura. Pero a Estados Unidos, más allá de la propaganda, no le preocupa que sea una democracia o una dictadura. Si en América latina se eligiera un gobierno no favorable a los intereses de Estados Unidos, fomentarían y ayudarían a destruir la democracia. Lo hicieron tantas veces...
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