Dom 13.03.2005
cash

Polémica por el aumento

› Por Maximiliano Montenegro

Desde la devaluación, las prepagas aumentaron, en promedio, las cuotas a 2,8 millones de afiliados en un 45 por ciento, incluyendo el último ajustazo aplicado entre enero y febrero (ver cuadro). Cash reunió a la subsecretaria de Defensa del Consumidor, Patricia Vaca Narvaja, y a Claudio Belocopit, presidente de Swiss Medical, una de las prepagas líderes del mercado, para que debatieran sobre si semejantes aumentos son o no justificados, y acerca de qué pasará con los precios de la salud privada en el futuro. Es inusual que un empresario se preste a polemizar, públicamente, con un funcionario que, además, como es el caso de Vaca Narvaja, conoce a la perfección el negocio de las prepagas. El debate no tiene desperdicio.

¿Se justifican los aumentos del 45 por ciento en promedio de los precios de las prepagas desde la devaluación, y en particular el último ajuste del 10 por ciento ocurrido en enero?

Patricia Vaca Narvaja: –Sería bueno poner en claro que no existe regulación de precios con las prepagas. Existe un libre mercado. No tenemos hoy ninguna herramienta que le permita al Estado intervenir para fijar un tope a las cuotas. En segundo lugar, sí intervenimos respecto de la información y los cambios que cada empresa quiera hacer en los contratos, y una de las cláusulas claves es el tema de la cuota. Hay una resolución que establece la obligación de avisar con 60 días de anticipación los aumentos de precios. También deberían dar información sobre los motivos de los ajustes, y explicar que si el afiliado no puede afrontar ese aumento tiene la posibilidad de acceder a otro plan a la medida de sus ingresos. Esto último es muy importante, teniendo en cuenta la cantidad de gente que hay cautiva al no poder pasarse a otra prepaga porque no la tomarían, por un problema de edad o de salud. Les pedimos a casi 40 empresas que nos informaran cómo habían notificado a sus afiliados y que nos enviaran toda la información sobre sus estructuras de costos. Vamos a analizar si la información que le dan al afiliado respecto de los aumentos es veraz. Si ellos dijeron que aumentaron el 10 por ciento en enero porque les aumentaron los costos, los insumos, los salarios, y es así, no hay problema. Pero si de la información resulta que en realidad el incremento de costos no es de esa magnitud y allí va una mejora en la rentabilidad, vamos a actuar. Diremos que la información no es veraz y en base a la Ley de Defensa del Consumidor actuaremos.

¿Qué pueden hacer?

P.V.N: –Sancionaremos a las empresas por incumplimiento de la ley, por haber ofrecido información no veraz, y haremos la presentación a la Justicia para que intervenga para la devolución de lo cobrado de más a los afiliados por haber informado sin veracidad sobre costos que no eran tales.

¿Hasta ahora hay alguna sospecha?

P.V.N: –Hay datos que no cierran. Por ejemplo, el porcentaje de los gastos en personal en los gastos totales. En algunas prepagas llega al 5 por ciento y en otras al 18 por ciento. Por ejemplo, tienen los mismos gastos en personal una prepaga con 400 mil afiliados que una con 40 mil. Por ejemplo, hay prepagas que de un año a otro duplicaron el gasto en personal. O tenían en negro y blanquearon, o qué pasó.

Belocopit, ¿aumentaron los precios para ganar más?

Claudio Belocopit: –Primero, yo estoy en representación de Swiss Medical. No puedo hablar si las presentaciones ante Defensa del Consumidor fueron mal realizadas por las otras compañías. Sí puedo decir que estos aumentos no sólo son justificados sino que además son insuficientes. O nosotros no sabemos nada de cómo se maneja esta actividad, o hay una parte de los números de la medicina prepaga que se están analizando incorrectamente. Nos parece bien que se haga este estudio de costos, porque vamos a llegar a la conclusión de que no se trata de empresas inescrupulosas que quieren mejorar su rentabilidad a costilla del bolsillo de la gente, sino que hay un problema en los costos. Nos están aumentando minuto a minuto. Mientras estamos discutiendo los aumentos de precios que se dieron en enero ya estamos pensando la problemática de discutir lo que va a ocurrir de nuevo a fin de año.

¿Cuando habla de aumentos insuficientes quiere decir que serían necesarios nuevos aumentos?

C.B.: –Si se pretende mantener la rentabilidad de las compañías, no hay ninguna duda, porque el desfasaje es permanente. Pero es permanente porque esto no le sucede sólo a la Argentina sino al mundo. Estados Unidos tiene una inflación médica del 10 por ciento anual, y no la pueden parar.

P.V.N.: –Estados Unidos tiene un nivel de tecnología infernal.

C.B.: –Patricia, el nivel de tecnología al que acceden los afiliados de Swiss Medical es el mismo nivel que en Estados Unidos. El equipamiento donde hoy te hacés una resonancia, una ecografía, un ecodopler, una cirugía, es el mismo que en Estados Unidos. Después podemos discutir si los usuarios tienen derecho a elegir por un sistema de estas características.

La clase media argentina no tiene hoy ingresos del Primer Mundo, ni mucho menos. Si hay nuevos aumentos, ¿el Estado va a hacer algo?

P.V.N.: –El compromiso firmado en el Acta de 2004 por la mayoría de las empresas es no volver a modificar las cuotas este año.

C.B.: –Vamos a cumplir. No desconocemos la situación del bolsillo de la gente. Pero yo le digo lo que estamos observando. Voy a ser extremo: si en esta coyuntura social estuviéramos aumentando los precios para ganar más plata, mereceríamos que nos cerraran las compañías. En ese caso estaríamos locos. Lo que estamos haciendo es sostener una estructura de costos para brindar calidad médica.

P.V.N.: –No son lo mismo los costos de una prepaga grande, con escala, que una pequeña. No es lo mismo una prepaga con establecimientos propios, que los tiene para prestar servicios a sus afiliados y que, a su vez, los cobra a otras prepagas. No es lo mismo una empresa que sólo es prepaga que otra que tiene diversificación de negocios, en la que no está claro hasta dónde se utilizan fondos para un negocio y hasta dónde para otro.

Swiss Medical responde a todas las características mencionadas por la subsecretaría: escala, sanatorios propios, negocios diversificados. ¿Ustedes esconden ganancias en los negocios diversificados del grupo?

C.B.: –Ustedes pueden decir: vos tenés una prepaga, tenés sanatorio, tenés laboratorio, redes de clínicas odontológicas...

Seguros...

C.B: –Seguros de vida y general. Pero volvamos al negocio prepago. Usted me puede decir tu prepaga gana 1 peso, pero si uno va al balance del sanatorio gana 28, vas a la red odontológica y gana 42. Entonces, me podés plantear: vos me mostrás un costo, pero es mentira porque la plata te la estás llevando por todas las otras sociedades. Nosotros tenemos todo consolidado en una misma sociedad. No tenemos dónde ocultar la ganancia.

¿Ustedes hoy pierden plata?

C.B.: –No, nosotros tenemos en el cierre de 2004 una utilidad que bordea los 4 puntos sobre la factura. Cada 100 pesos que cobramos, gastamos 96 y en el 2004 nos quedaron casi 4 pesos. Si en el 2005, después del ajuste de enero, no volvemos a tocar la cuota, creemos que con suerte vamos a llegar a una rentabilidad del 3%.

Este año van a seguir ganando...

C.B.: –Vamos a ganar, pero este es un caso de una compañía atípica. Tenemos una escala importante, logramos muchas afiliaciones. Estoy seguro de que estos números que le muestro, de una compañía de 530 mil usuarios, no se repiten en una compañía de 200 mil. Muy probablemente esté en rojo.

Subsecretaria, por poco Belocopit le está pidiendo un subsidio.

C.B.: –Ahí voy. La medicina prepaga es una opción de un deber del Estado, que está en la Constitución, o de un deber de las obras sociales, que reciben los aportes de los trabajadores. La gente tiene otras opciones: el hospital o la obra social...

P.V.N: –A mí me hubiese gustado que ustedes no intervinieran en las obras sociales, porque además intervienen en las que tienen aportantes con ingresos altos. Se llevan la crema de los ingresos y perjudican al sistema solidario de obras sociales.

C.B.: –Quiero redondear mi punto. El Estado se ha preocupado en otros temas en los que hay alternativas. Por ejemplo, volar en avión, ha intervenido en este sector y ha subsidiado. También subsidió a otros transportes: colectivos, subtes, trenes...

P.V.N.: –¿Quieren subsidios?

C.B.: –No. Lo que digo es: ¿por qué no se piensa también en correcciones para el sector salud en donde el Estado también ponga algo? No pido plata. Pero no gravés tres veces a alguien que contrata a una prepaga: primero, cuando paga sus tasas municipales, para que la ciudad te dé salud en el hospital que no usás. Segundo: te descuentan del sueldo para la obra social que no usás y que en algunos casos te tiene cautivo porque no te deja derivar aportes. Tercero: contratás la prepaga y te cobra el IVA. Por qué no los premiás, y no les cobrás el 10,5 por ciento del IVA si tenés tanta preocupación. O tenés 1,1 por ciento de Ingresos Brutos.

P.V.N: –En la ciudad de Buenos Aires ya les bajaron Ingresos Brutos de 3 a 1,1. Pero vamos a lo esencial. Primero, el Estado somos todos. Cuando pagamos nuestros impuestos no es que yo pago la parte que me dan a mí. Pago porque no todo el mundo tiene la misma escala económica. Entonces, los impuestos que yo aporto para salud y educación generalmente van dirigidos a los que menos tienen. No es que yo voy a dejar de pagar los impuestos porque tengo mi obra social o mi prepaga. Aporto a un sistema integrado de salud. Sistema de salud pública al que acuden, la mayoría de las veces, los ciudadanos –tengan o no prepagas– ante accidentes, o emergencias. ¿Alguien reclama que se le pague al hospital público? Después está el sistema solidario de obras sociales: que los trabajadores aportan de acuerdo a lo que cada uno gana, para que después se nivelen las prestaciones. Que haya ineficiencia o mala prestación por parte de algunas obras sociales no quiere decir que haya que invalidarlo como un sistema solidario.

Una de las cosas que argumentan las prepagas para justificar los costos es que aumentaron mucho las consultas de la gente. Pero recordemos que uno de los ganchos que utilizaron las prepagas para captar afiliados fue, precisamente, la libre disponibilidad de los recursos, a veces de manera brutal. Me duele la pestaña, venga que lo atendemos. Pero eso en algún punto se paga. Otra cuestión que me plantearon las empresas prepagas fue la necesidad de pagar mejores aranceles a los laboratorios y a los médicos. Pero cuando vinieron a mi despacho de la cámara de laboratorios, me dijeron que les siguen abonando el mismo arancel que venían pagando hace años. En el tema de los profesionales, en el 2003, cuando ya planteaban aumentos en los planes, no sólo no habían subido los sueldos sino que habían bajado los honorarios. Durante la convertibilidad, las prepagas hicieron mucha plata en dólares. Lo que sucede es que hoy, después de la devaluación y la situación económica de la clase media, esos niveles de rentabilidad no son posibles. No es lo mismo cambiar de prepaga que de celular o de servicio de Internet. Por eso, estamos muy preocupados por la poca respuesta que ha habido por parte de las empresas para aquellas personas que no pueden afrontar los aumentos de las cuotas –sobre todo las personas mayores– y deben hacer sacrificios en el hogar para seguir cubiertos. Por otro lado, hay un desconocimiento en la gente respecto de las obligaciones de las prepagas. Por la ley de PMO (Plan Médico Obligatorio) no se pueden aducir carencias una vez que se acepta al afiliado.Muchas veces las prepagas, a sabiendas, cobraron estudios o prestaciones a la gente que por ley estaban obligadas a cubrir en su totalidad.

C.B.: –Cuando hablamos de los impuestos, no planteaba que el sistema no sea solidario. Pero me parece que es más solidario operarse en una institución privada que en una institución pública, porque así estás liberando una cama para que pueda ser utilizada por una persona necesitada. Segundo, Swiss Medical da todas las prestaciones a las que se compromete. Tercero, damos alternativas de plan sin aumento, que puede diferir en cuestiones de hotelería o de acceso.

–Las compañías aumentaron todos los planes, incluidos los más bajos.

C.B.: –Nosotros siempre damos la posibilidad de pasar a un plan más bajo. Hay que darle la oportunidad a la gente que decida qué contratar. ¿Por qué se va a meter el Gobierno si la gente quiere comer menú a la carta, o té con escones en habitaciones en suite?

P.V.N.: –Los argentinos están pagando una medicina prepaga cara. Si me dicen que esos precios son por una cuestión de hotelería o del té con masas es otra cosa. Pero no disfracemos eso como prestación de salud. En los medicamentos bajaron la cobertura del 50 al 40%. Pero sabemos que muchas, gracias a su escala, negocian precios más baratos con los laboratorios.

C.B.: – No estamos mirando los números para ver dónde podemos ganar más o cómo podemos cagar al usuario. Tenemos conciencia de que estamos trabajando con la salud de la gente. Me duele cuando queda la sensación en la opinión pública de que lo único que estamos haciendo es ver cómo choreamos más guita.

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