“La desocupación...”
Graciela Camaño aseguró a Cash que antes del final del gobierno de Eduardo Duhalde quiere dejar resuelta la reforma del sistema previsional, aumentar las jubilaciones y reducir la desocupación. El ministro de Trabajo adelantó que la medición de mayo último del índice de desempleo fue del 22 por ciento. En la charla se preocupó por defender las decisiones del Presidente, pero no dejó pasar la oportunidad de criticar a su par de Economía la falta de políticas activas para impulsar el aparato productivo. “Debería tener más imaginación para ayudar a las empresas”, disparó. En su defensa de la gestión del gobierno, Camaño aseguró que los 150 Lecop que reciben los jefes de familia desocupados son suficientes. La funcionaria también aclaró que luego del acuerdo empresario-sindical por la suma fija de 100 pesos para todos los trabajadores, el Estado dejará de involucrarse en la negociación salarial.
¿Cuánto va a dar el índice de desocupación?
–La medición de mayo da cerca de un 22 por ciento, unos doscientos mil puestos menos que en octubre. No son ciertas las cifras que vienen dando más del 25 por ciento. Se destruyó empleo, pero también se crearon nuevos puestos. En ese tema hubo un fatalismo que no se cumplió. De todas maneras es una cantidad que hay que tratar de disminuir ya mismo.
¿Qué va a hacer desde el Ministerio de Trabajo para reducir la desocupación?
–Tenemos la responsabilidad en la mediación entre empresas y empleados. Contamos con un gabinete de crisis que está obteniendo excelentes resultados, evitando mayores despidos. No soy de los que dicen que desde esta cartera no se puede colaborar en la lucha contra la desocupación, al contrario. Tenemos que avanzar también sobre las empresas que hacen trabajar de más a los empleados, sin pagarles horas extras y restando otros empleos. Para eso hay que fortalecer nuestro poder de control.
¿Cómo está funcionando el subsidio de 150 Lecop para los jefes de familia desocupados?
–Estamos trabajando en la contrapartida que da la gente que lo cobra. Es muy importante que atrás de cada subsidio haya un futuro empleado. Y para eso hay que formarlos. Hay tres líneas de trabajo: las tareas comunitarias, que son proyectos municipales, como arreglos de escuelas, dispensarios y edificios públicos; los productivos, en ensamble con sectores empresarios, y los de formación, en los que estamos trabajando con los ministerios de Educación provinciales. Hay muchos beneficiarios que están terminando la primaria, pero también la secundaria y hasta la universidad.
¿Van a actualizar el subsidio teniendo en cuenta el aumento de la canasta familiar?
–No, en este momento el subsidio cumple ampliamente su función. En la franja de indigencia, la brecha entre ingresos y la canasta básica alimentaria son 111 pesos. Y en la de pobreza, la diferencia que existe entre el ingreso del pobre y la canasta con servicios son 132 pesos. Con 150 se está cubriendo perfectamente ese déficit. Y estos datos están hechos en base a precios actualizados. Hay más de 1,8 millón de personas que cobran el subsidio. Estamos dando incluso más de lo que esperábamos.
¿Cómo van a asegurarse de que las empresas cumplan con el aumento de 100 pesos?
–El incremento fue negociado en una instancia en la que participó toda la dirigencia empresarial. No veo por qué no lo van a cumplir. En todo caso, los empleados pueden presentar su reclamo.
¿Va a haber alguna penalidad para la empresa que no cumpla?
–No está contemplada esa posibilidad.
¿Entonces de qué va a servir el reclamo del trabajador?
–Para que verifiquemos y le exijamos a la empresa que cumpla.
¿Es para todos los trabajadores?
–Es para todos los que están bajo convenios colectivos. No tiene ningún tope máximo. Algún sector lo pidió, pero lo descartamos.
Y después de los 100 pesos, ¿cómo sigue el proceso de recomposición salarial?
–Tenemos siete meses por delante. Ya logramos un consenso de los representantes empresarios que entienden que no pueden descuidar la situación general del país. A diferencia del pasado, cuando el sector empresarial no quería ni oír hablar de aumentos, ahora encontré un ánimo distinto.
¿Con una inflación del 80 por ciento, sólo se van a dar esos 100 pesos hasta diciembre?
–Esperemos no llegar a esa inflación. Hasta fin de año el Gobierno no va a impulsar otro aumento. Ese es el acuerdo al que llegamos con sindicatos y empresas.
¿Luego el Gobierno volverá a tomar la iniciativa?
–No, creo que esto fue una excepción y que de aquí en más las negociaciones deben volver al ámbito natural de empresarios y dirigentes gremiales. Este punto quedó muy claro en las negociaciones.
¿Debería haber una reforma laboral que desande el camino de flexibilización que se siguió en los ‘90?
–Todo lo que se hizo para bajar el costo del salario fue destructivo. Hay que construir un camino diferente en materia de legislación laboral. La flexibilización no generó empleo y perjudicó a los trabajadores. No sé si nuestro tiempo y nuestra fuerza nos alcanzan para realizar una reforma. Pero es necesaria. Desde el puesto en que esté voy a insistir en este tema.
¿Va a haber aumento para los jubilados?
–Estamos trabajando en un estudio técnico que analiza distintas posibilidades para mejorar los ingresos de los jubilados. No quiero generar expectativas desmedidas, pero lo estamos estudiando. No se puede dejar a nuestros mayores con los ingresos congelados en medio de este proceso inflacionario.
¿Tiene el apoyo del Presidente para el aumento a la clase pasiva?
–El Presidente quiere hacerlo, así que nos acompaña en nuestra idea. Una vez que tengamos nuestro proyecto terminado se lo vamos a presentar.
¿Va a haber algún plan para eliminar o disminuir el trabajo en negro?
–La gente no denuncia ese problema porque tiene miedo de perder su trabajo y ese es un problema difícil de solucionar. El trabajo informal es una consecuencia directa del desempleo. No quiero poner la responsabilidad sólo en la denuncia de la gente. El Ministerio tiene que controlar. Lo que ocurre es que en los últimos años se desmanteló la estructura nacional y también las provinciales. Hay que recrear el Estado. Y hay que articular el mecanismo Estado, sindicatos y trabajador.
¿El anuncio del adelantamiento electoral fortalece o debilita al Gobierno?
–Siempre tuvimos conciencia de que somos un gobierno de transición. Y así y todo se hizo mucho. En general se tiende a juzgar a este Gobierno sin tomar en cuenta cómo se tomo el país. Pero más allá de la coyuntura política, creo que en la vida uno tiene oportunidades. Se pueden desperdiciar o aprovechar. Yo voy a gestionar este ministerio hasta el último momento sin importarme otro tema. No voy a perder mi oportunidad.
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