Dom 08.10.2006
cash

INDUSTRIA ELECTRONICA

Independencia tecnológica

Los empresarios del sector reclaman un esquema de promoción para revertir la balanza comercial deficitaria del sector. Existen proyectos en estudio en la Secretaría de Industria.

› Por Sebastián Premici

La industria electro-electrónica de Argentina tiene un déficit en su balanza comercial que alcanza los 5000 millones de dólares. La Cámara Argentina de la Industria Electrónica Electromecánica y Luminotécnica (Cadieel) presentó en 2004 un proyecto de ley en Diputados para lograr, al cabo de diez años de promoción, exportaciones por 1600 millones de dólares (hoy se exportan 270 millones) y una sustitución de importaciones por 2500 millones de dólares. “Hoy el importe promedio de las importaciones de componentes tecnológicos y hardware es de 2000 dólares la tonelada, mientras que las exportaciones son de 200 dólares la tonelada”, explicó a Cash Ricardo Resnik, presidente de la Comisión de Política Industrial de Cadieel.

En la década del ’70, compañías como Texas Instruments, Philips, Sylvania, Siemens, entre otras, tenían filiales que fabricaban en el país los elementos necesarios para cualquier aparato. Con la última dictadura militar esa política industrialista comenzó a desmantelarse, llegando prácticamente a su desaparición con la política económica de Carlos Menem. Pero hoy, como dice Resnik, Argentina tendría una oportunidad en el sector “fierrero”, en contraposición a la opinión de muchas empresas multinacionales cuya cosmovisión es contraria a que un país en desarrollo fabrique hardware de cualquier tipo.

Cadieel realizó el pasado 5 de septiembre una reunión en la Comisión de Industria y Comercio del Senado, donde expusieron sus ideas para potenciar el sector: computar como pago a cuenta de impuestos nacionales el 70 por ciento de contribuciones patronales, estabilidad fiscal por el término de 10 años, desgravación del 60 por ciento en el monto total del impuesto a las Ganancias y una tasa de reintegro del 10 por ciento para la exportación de los bienes industriales que realicen las empresas.

Consultada por Cash, la titular de esa comisión, la radical Alicia Mastandrea (UCR), indicó que a partir de este proyecto se lograría mayor independencia tecnológica, con una inversión de 6000 millones de pesos. “El Estado no sólo debe promover la investigación, sino que debe generar un campo de incentivos y reglas claras, que disminuyan el riesgo de las empresas privadas a la hora de innovar. En este sentido, hay ciertas palabras clave, reconocidas internacionalmente como efectivas al momento de generar buenas políticas de desarrollo industrial: clusters, venture capital (capital de riesgo), incubadoras de empresas, redes de conocimiento e innovación”, expresó Mastandrea.

Los empresarios de Cadieel también se reunieron con asesores de Miguel Peirano –secretario de Industria–, para presentar su proyecto. Desde la Secretaría de Industria apuntaron que “los regímenes sectoriales están limitados por la Organización Mundial de Comercio”, pero no así los regímenes regionales. Por lo tanto, la secretaría de Miguel Peirano ofreció la posibilidad de integrar un equipo conjunto entre expertos de Cadieel y asesores del organismo para rehacer la propuesta partiendo del concepto de agrupaciones regionales (clusters) por especialidad, dentro de los distintos subsectores presentes en la Cámara. Este sector posee otro punto de apoyo dentro de Industria: el Foro de Competitividad de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, que se creó para potenciar la industria del hardware, la electrónica y aquellas actividades que habían quedado fuera de la promoción de la industria del software. “Estamos armando los borradores de un proyecto de ley y después se verá si unificamos nuestra iniciativa con la de Cadieel. El potencial de esta industria es muy grande; con un poco de promoción, la electrónica podría crecer mucho más”, aseveró Alberto Briozzo, coordinador general de los Foros de Competitividad de la Secretaría de Industria.

Por su parte, Resnik avaló ante la consulta de Cash la posibilidad de reconfigurar ambos proyectos con el afán de captar la atención del Ejecutivo: “Fabricar un circuito integrado a escala de diseño, comprar las herramientas necesarias y generar un prototipo (10 unidades aproximadamente) tiene un costo de 30.000 dólares. Esto no inhabilita a la Argentina. Por otro lado, en el Cono Sur existen aproximadamente 250 millones de cabezas de ganado, las cuales representan un mercado potencial para la fabricación de los chips de radiofrecuencia para garantizar su trazabilidad”.

Según un informe elaborado por el economista Raúl Ochoa, asesor de la Comisión de Industria y Comercio del Senado, la promoción de la electromecánica electrónica y luminotécnica podría saltar en una década del 1,2 al 5,0 por ciento del Producto Bruto Industrial, al igual que México y Brasil. A su vez, el valor bruto de producción podría pasar de los 4079 millones de pesos actuales a 29.480 millones de pesos y emplear un total de 50.255 personas.

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