Sáb 20.07.2002
cash

IDEAS PARA UN PLAN ECONóMICO

Modelo para armar

Los economistas Poli y Peirano plantean propuestas para salir de la crisis. El debate está abierto.

Por Miguel Peirano
y Federico Poli

El desafío económico de la Argentina es recrear un programa consistente, que garantice crecimiento con empleo y calidad laboral, mejores salarios reales y contención social para los desocupados. Estos objetivos están lejos de contraponerse con la modernización de la economía, la integración regional, mayor apertura comercial, un capitalismo de competencia sin comportamientos prebendarios y consistencia fiscal.
En este sentido, hay ciertas consideraciones básicas que se deben analizar para recrear un esquema económico exitoso:
1. Se abren en la Argentina dos modelos alternativos: tipo de cambio real muy elevado con salarios deteriorados para promover exportaciones de bajo valor agregado o un mercado interno sólido con un sector externo dinámico. Consideramos que es técnicamente compatible y necesario un mercado interno fuerte para desarrollar un sector exportador con valor agregado. Así lo muestra la experiencia de los países que han logrado desarrollarse.
2. Un programa macro consistente que permita un tipo de cambio de equilibrio, de manera de evitar atrasos cambiarios perjudiciales o tipo de cambio muy elevados como el actual, que afecta el mercado interno y distorsiona el funcionamiento de la economía. El adecuado nivel de tipo de cambio es vertebral para el éxito de una economía. En el mediano plazo, el mejor sistema cambiario para nuestra economía es la flotación de la moneda en un mercado libre, con posibilidades que intervenga el Banco Central. Pero en la actual coyuntura, es determinante preservar el nivel de reservas internacionales, en particular mientras no existan señales de un paquete de apoyo financiero por parte de los organismos internacionales. Por ende, si no cede la presión sobre el mercado cambiario, hay que estar muy atento a la necesidad que el BCRA venda sólo reservas para operaciones comerciales y a un tipo de cambio específico más bajo que el de mercado especulativo, para garantizar importaciones a menor costo. Así se favorecerá la estabilidad de precios y la certidumbre de los agentes económicos. Ciertas decisiones en materia cambiaria deben ser entendidas en función de contextos de extrema emergencia y con carácter de muy corto plazo.
3. Deben encararse modificaciones impositivas que disminuyan impuestos al consumo (por ejemplo, IVA sobre los bienes de la canasta familiar) y termine con la acumulación de créditos fiscales de las empresas, en especial Pymes.
4. El rol activo del Estado debe estar concentrado en el financiamiento de nuevos proyectos y de aquellos sectores con mercado potencial, pero con limitaciones por falta de capital de trabajo. También se deben desarrollar instrumentos como fondos fiduciarios, warrants, descuento de facturas y promover que el sistema bancario privado priorice la prefinanciación de exportaciones.
5. Ante un tipo de cambio real elevado, existe margen para analizar reducciones del arancel promedio de la economía. De todos modos, estas decisiones deben formar parte de las estrategias de negociación internacional. Consideramos que el proceso de integración al mundo debe seguir siendo llevado adelante desde el Mercosur. No se puede repetir el fracaso de los años 90 donde Argentina abrió sus mercados a todo tipo de importaciones a cambio de promesas nunca cumplidas.
6. No debe existir un principio dogmático en cuanto a la propiedad de los servicios públicos. Respecto a la política de privatizaciones encarada durante los 90, no sólo debe existir renegociación de las tarifas sino revisión del cumplimiento de los contratos. En aquellos casos que las empresas aseguren calidad de servicios con tarifas relacionadas con niveles de rentabilidad adecuados se debería mantener la propiedad privada de las empresas. Los entes de control deben resguardar el interés de losconsumidores y sus integrantes deben mantener independencia respecto de la empresas. En la política tarifaria se debe diferenciar el consumo de los hogares del correspondiente a las empresas. Las tarifas de las familias deben vincularse con la evolución de los salarios.
7. La reactivación de la economía y elementales consideraciones de equidad requieren de una redistribución de ingresos previa. Si bien para reconstituir niveles adecuados de ingresos es necesario que la Argentina crezca y genere mayor riqueza, una reasignación inmediata de recursos para apoyar fundamentalmente a desocupados y sectores de bajos ingresos es consistente con un programa de reactivación.
8. La política para pequeñas y medianas empresas debe sustentarse en tres ejes básicos: a) una política macroeconómica sustentable que asegure rentabilidad y reglas de juego que impliquen estimular el capital de riesgo y el valor agregado; b) terminar con las discriminaciones en materia financiera, impositiva, de administración del comercio exterior, de relacionamiento con las cadenas comerciales o grandes proveedores y c) los programas específicos para pymes, que sólo tienen resultados significativos si se cumplen las dos anteriores condiciones.
9. Reconstituir la relación con los acreedores externos, negociando el restablecimiento del cumplimiento de los compromisos en base a un programa viable en función de nuestro flujo de divisas y un tipo de cambio real de largo plazo compatible con la expansión interna, requiere una quita de la deuda, baja de las tasas de interés y un alargamiento de los plazos de pago.

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