IDEAS PARA UN PLAN ECONóMICO
Los economistas Poli y Peirano plantean propuestas para salir de la crisis. El debate está abierto.
El desafío económico
de la Argentina es recrear un programa consistente, que garantice crecimiento
con empleo y calidad laboral, mejores salarios reales y contención social
para los desocupados. Estos objetivos están lejos de contraponerse con
la modernización de la economía, la integración regional,
mayor apertura comercial, un capitalismo de competencia sin comportamientos
prebendarios y consistencia fiscal.
En este sentido, hay ciertas consideraciones básicas que se deben analizar
para recrear un esquema económico exitoso:
1. Se abren en la Argentina dos modelos alternativos: tipo de cambio
real muy elevado con salarios deteriorados para promover exportaciones de bajo
valor agregado o un mercado interno sólido con un sector externo dinámico.
Consideramos que es técnicamente compatible y necesario un mercado interno
fuerte para desarrollar un sector exportador con valor agregado. Así
lo muestra la experiencia de los países que han logrado desarrollarse.
2. Un programa macro consistente que permita un tipo de cambio de equilibrio,
de manera de evitar atrasos cambiarios perjudiciales o tipo de cambio muy elevados
como el actual, que afecta el mercado interno y distorsiona el funcionamiento
de la economía. El adecuado nivel de tipo de cambio es vertebral para
el éxito de una economía. En el mediano plazo, el mejor sistema
cambiario para nuestra economía es la flotación de la moneda en
un mercado libre, con posibilidades que intervenga el Banco Central. Pero en
la actual coyuntura, es determinante preservar el nivel de reservas internacionales,
en particular mientras no existan señales de un paquete de apoyo financiero
por parte de los organismos internacionales. Por ende, si no cede la presión
sobre el mercado cambiario, hay que estar muy atento a la necesidad que el BCRA
venda sólo reservas para operaciones comerciales y a un tipo de cambio
específico más bajo que el de mercado especulativo, para garantizar
importaciones a menor costo. Así se favorecerá la estabilidad
de precios y la certidumbre de los agentes económicos. Ciertas decisiones
en materia cambiaria deben ser entendidas en función de contextos de
extrema emergencia y con carácter de muy corto plazo.
3. Deben encararse modificaciones impositivas que disminuyan impuestos
al consumo (por ejemplo, IVA sobre los bienes de la canasta familiar) y termine
con la acumulación de créditos fiscales de las empresas, en especial
Pymes.
4. El rol activo del Estado debe estar concentrado en el financiamiento
de nuevos proyectos y de aquellos sectores con mercado potencial, pero con limitaciones
por falta de capital de trabajo. También se deben desarrollar instrumentos
como fondos fiduciarios, warrants, descuento de facturas y promover que el sistema
bancario privado priorice la prefinanciación de exportaciones.
5. Ante un tipo de cambio real elevado, existe margen para analizar reducciones
del arancel promedio de la economía. De todos modos, estas decisiones
deben formar parte de las estrategias de negociación internacional. Consideramos
que el proceso de integración al mundo debe seguir siendo llevado adelante
desde el Mercosur. No se puede repetir el fracaso de los años 90 donde
Argentina abrió sus mercados a todo tipo de importaciones a cambio de
promesas nunca cumplidas.
6. No debe existir un principio dogmático en cuanto a la propiedad
de los servicios públicos. Respecto a la política de privatizaciones
encarada durante los 90, no sólo debe existir renegociación de
las tarifas sino revisión del cumplimiento de los contratos. En aquellos
casos que las empresas aseguren calidad de servicios con tarifas relacionadas
con niveles de rentabilidad adecuados se debería mantener la propiedad
privada de las empresas. Los entes de control deben resguardar el interés
de losconsumidores y sus integrantes deben mantener independencia respecto de
la empresas. En la política tarifaria se debe diferenciar el consumo
de los hogares del correspondiente a las empresas. Las tarifas de las familias
deben vincularse con la evolución de los salarios.
7. La reactivación de la economía y elementales consideraciones
de equidad requieren de una redistribución de ingresos previa. Si bien
para reconstituir niveles adecuados de ingresos es necesario que la Argentina
crezca y genere mayor riqueza, una reasignación inmediata de recursos
para apoyar fundamentalmente a desocupados y sectores de bajos ingresos es consistente
con un programa de reactivación.
8. La política para pequeñas y medianas empresas debe sustentarse
en tres ejes básicos: a) una política macroeconómica sustentable
que asegure rentabilidad y reglas de juego que impliquen estimular el capital
de riesgo y el valor agregado; b) terminar con las discriminaciones en materia
financiera, impositiva, de administración del comercio exterior, de relacionamiento
con las cadenas comerciales o grandes proveedores y c) los programas específicos
para pymes, que sólo tienen resultados significativos si se cumplen las
dos anteriores condiciones.
9. Reconstituir la relación con los acreedores externos, negociando
el restablecimiento del cumplimiento de los compromisos en base a un programa
viable en función de nuestro flujo de divisas y un tipo de cambio real
de largo plazo compatible con la expansión interna, requiere una quita
de la deuda, baja de las tasas de interés y un alargamiento de los plazos
de pago.
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