La crisis regional desató el debate. El presidente Duhalde se apuró a señalar que la culpa era del modelo económico imperante en los tres países; los brasileños ven su inestabilidad como un conflicto coyuntural relativo al proceso eleccionario; en Uruguay sienten que están sufriendo una crisis ajena, que padecen el efecto Tango. Cash consultó a cuatro especialistas en economía internacional y regional para echar luz sobre las razones profundas de esta epidemia sudamericana y, a partir del diagnóstico, dilucidar hacia dónde puede evolucionar la crisis. Felipe de la Balze destaca la falta de reformas de segunda generación (justicia, educación, distribución) como la carencia común que afecta a la región y remarca que la actitud pasiva de Estados Unidos forma parte del problema. Arnaldo Bocco fue más allá y puso a la actual política norteamericana como un factor determinante en el conflicto. Por eso, propuso aprovechar el momento para profundizar el Mercosur como estrategia de salida de la situación. Daniel Chudnovsky piensa que Brasil sufre un exagerado miedo al candidato a presidente Lula, que se va a superar pasadas las elecciones, y es menos optimista con la suerte nacional. Federico Poli cree que los tres países siguieron el modelo conocido como Consenso de Washington, que hoy demuestra su fracaso, y que hay que generar instrumentos de administración del Mercosur que hagan del acuerdo regional la estrategia fundamental de los tres países.