PRIMERA CUMBRE ENERGETICA SUDAMERICANA. PETROLEO Y GAS
La mayoría de los acuerdos bilaterales suscriptos presenta un denominador común: la complementariedad energética, comercial, cultural, técnica e industrial.
› Por Federico Bernal
En la Isla Margarita de Venezuela se desarrollará mañana y pasado la Primera Cumbre Energética Sudamericana. Sin dudas, un acontecimiento importante para la consolidación de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), el novel bloque político y económico fundado el 8 de diciembre de 2004. La simultaneidad de gobierno de Chávez, Lula da Silva, Morales, Kirchner y Correa ha impreso –entre otras cosas– un giro de 180 grados al proceso de integración energética. La mayoría de los acuerdos bilaterales suscriptos presentan un denominador común: la complementariedad energética, comercial, cultural, técnica e industrial al servicio de los intereses socioeconómicos nacionales y, paralelamente, los de la CSN como bloque de poder.
La CSN es la sexta potencia económica mundial (PBI-PPA, superada únicamente por EE.UU., la Unión Europea, China, Japón e India, respectivamente). Con el doble de territorio que los EE.UU., posee un 6 por ciento de la población mundial e ingentes recursos naturales estratégicos. En materia petrolera, una vez culminado el plan de cuantificación y certificación de la Faja del Orinoco en Venezuela (estimado para 2009), la CSN poseerá las reservas de hidrocarburos más grandes del mundo. Rondarán los 316 mil millones de barriles, equivalentes al 43 por ciento de las reservas totales de Medio Oriente. A nivel producción mundial se ubica en tercer lugar. En cuanto al gas natural, sumados los depósitos probados de Venezuela, Argentina y Bolivia, se está en presencia de la sexta reserva mundial, desplazando a EE.UU. a la séptima posición.
Gracias al aporte de Venezuela, la CSN tiene un miembro fundador en la OPEP; con Venezuela y Bolivia, dos integrantes en el recientemente formalizado “Cartel del Gas” (70% de las reservas mundiales del recurso). Con la Argentina, Bolivia y Venezuela, el bloque cuenta con un prototipo interesante de cartel gasífero local en la Organización de Países Productores y Exportadores de Gas de Suramérica. Finalmente, en el área de los biocombustibles y gracias a Brasil, la CSN consiguió colocarse en el promisorio Foro Internacional de Biocombustibles.
Con relación a la provisión y generación hidrocarburífera, la CSN aventaja a otros bloques regionales y potencias mundiales. Las importaciones de crudo chinas dependen en un 75 por ciento de Medio Oriente, la zona más inestable del planeta. El 25 por ciento de las importaciones gasíferas de la Unión Europea proviene de Rusia. Los líderes europeos y su liberalizado mercado energético debieron unificarse políticamente para lidiar con la poderosa Gazprom. Y fracasaron. La seguridad energética de EE.UU. depende de un tributo en sangre cada vez mayor (ver Sangre y Petróleo de Michael T. Klare).
Despuntado el siglo XXI, el gran desafío de los sudamericanos radica en pensarse y actuar como unidad geopolítica, económica y cultural. La seguridad energética de cada país está indisolublemente ligada al destino de la CSN, destino del cual penden unos 372 millones de personas y sus generaciones venideras. En otras palabras, la tan en boga “seguridad energética” también implica para la CSN “seguridad nacional”. Como atestiguan más de 500 años de historia común, el normal desenvolvimiento económico del bloque se concretará sólo si la energía es considerada una cuestión no ya de Estado sino interestatal. Lo “nacional” es para la CSN sinónimo de “sudamericano”.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux