LA RELACION COMERCIAL ARGENTINA-BRASIL
Los factores macroeconómicos no alcanzan a explicar los cambios en la composición del intercambio comercial entre ambos países en los últimos años.
› Por Marta Bekerman y Haroldo Montagu
A partir de condiciones internacionales ventajosas, las exportaciones argentinas han registrado un importante aumento durante los últimos años. Sin embargo, han venido perdiendo terreno en Brasil, que está dejando de ser el principal destino de nuestros envíos al exterior. Esto contribuyó a generar durante los últimos años una situación de déficit con Brasil. ¿Cuáles son las razones que explican esta realidad con nuestro principal socio del Mercosur? Los factores tradicionalmente utilizados para explicar las relaciones comerciales entre los dos socios del Mercosur son de índole macroeconómica. Se vinculan con los niveles de actividad y el tipo de cambio bilateral entre ambos países.
Sin embargo, al analizar la evolución comercial registrada durante los últimos años se observan transformaciones que van más allá. Durante el período 1996-1998 el PIB de la Argentina también crecía en forma acelerada y las importaciones desde del resto del mundo y desde Brasil registraban tasas de variación muy similares. Esto contrasta con los últimos cuatro años, durante los cuales las compras al resto del mundo crecieron, en promedio, a un 35 por ciento anual mientras que las provenientes de Brasil mostraron una expansión del 50. Brasil muestra una situación opuesta. Con una tasa de crecimiento alrededor del 3 por ciento anual durante ambos períodos, en 1996-1998 registra una expansión de sus compras a la Argentina mucho más acelerada –la brasildependencia– que las importaciones desde el resto del mundo. En cambio, en los últimos cuatro años, mientras las importaciones brasileñas desde la Argentina muestran una tasa de crecimiento anual promedio del 14 por ciento, las provenientes del resto del mundo alcanzaron al 40 por ciento anual. Esto explica por qué los saldos comerciales positivos de la Argentina en su relación con Brasil durante 1996-1998 se transformaron en los saldos negativos actuales.
La relación entre los tipos de cambio tampoco ayuda a explicar las transformaciones comerciales recientes. Cuando se lo compara con el período 1996/98, el tipo de cambio real bilateral favorece hoy a la Argentina, ya que el peso se devaluó en relación con el real. Esto parece contradecir el postulado económico que predice que el país con la moneda más devaluada es el que tenderá a mejorar los resultados de su balance comercial. He aquí las razones que nos llevan a vincular las recientes transformaciones comerciales con cambios que tuvieron lugar en la esfera microeconómica, es decir, al nivel de los sectores productivos.
¿Cuáles son los sectores de la Argentina que se vieron más perjudicados en estos últimos años en sus exportaciones a Brasil? Son aquellos que mostraban tradicionalmente ventajas comparativas frente a nuestro socio del Mercosur: productos primarios y manufacturas de origen agropecuario. Hoy esas ventajas se están perdiendo debido, principalmente, a las políticas agrarias implementadas por Brasil que llevaron a expandir su frontera agrícola y sustituir importaciones. Por otro lado, el avance de la “sojización” en la Argentina redujo los volúmenes exportables de otro tipo de productos no sólo a Brasil, sino a todo el mundo. En relación con las exportaciones argentinas de combustibles, Brasil está aumentando fuertemente la producción de energía renovable con los biocombustibles.
¿Cuáles son los sectores argentinos que registran mayor déficit comercial con Brasil? Desde los orígenes del Mercosur, las manufacturas de origen industrial (MOI) mostraron un saldo deficitario pero ese saldo se ha profundizado durante los últimos años. Mientras las exportaciones argentinas de MOI a Brasil han estado creciendo, en promedio, desde 2003 al 20 por ciento anual, las importaciones desde ese país lo han hecho a una tasa casi tres veces superior. Esto está explicado sobre todo por dos grandes sub-rubros: Automóviles y autopartes, por un lado, y Aparatos eléctricos y electrónicos, por el otro. Aquí es necesario tomar en cuenta las políticas productivas llevadas adelante por Brasil. El rubro automotor es, desde mediados de la década del noventa, el que más fondos recibió en concepto de créditos de apoyo a la exportación del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social. Respecto de los aparatos eléctricos y electrónicos, más del 50 por ciento de las importaciones provenientes de Brasil se componen de productos vinculados con la telefonía celular.
El comercio de productos industriales muestra, desde los principios del Mercosur, un saldo negativo para la Argentina. Pero hasta el 2002, ese déficit era más que compensado con los saldos positivos de rubros ligados al sector primario y sus manufacturas. Hoy esos saldos ya no son suficientes. Esto significa que la fantasía que se planteaban de que la Argentina sería el proveedor de bienes primarios a cambio de productos industrializados de Brasil no parece tener más asidero.
¿Significa esto que el Mercosur no tiene futuro posible? Creemos que sí lo tiene, pero el futuro de la relación bilateral se vincula con el desarrollo de un comercio intraindustrial. De hecho, el leve descenso del déficit bilateral en 2006 y en lo que va de 2007 se debe al aumento de las exportaciones industriales argentinas. Para que este proceso se consolide se requiere que ambos países tomen la decisión de utilizar las ventajas derivadas del mercado ampliado para coordinar sus políticas y expandir sus ventajas comparativas dinámicas respecto de terceros mercados.
Los autores son economistas del Centro de Estudios de la Estructura Económica (FCE-UBA).
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