Dom 08.07.2007
cash

EL SISTEMA FINANCIERO PREFIERE ASISTIR AL ESTADO Y NO A LA INDUSTRIA

Fieles a su estilo

Los bancos orientan sus excedentes a comprar activos públicos y en menor medida a financiar al sector productivo.

› Por Claudio Zlotnik

La estrategia de los bancos que operan actualmente en la plaza argentina no difiere demasiado de la que tenían durante la década pasada. En esencia es la misma. Transcurridos cinco años y medio de la explosión de la crisis, el Estado sigue siendo un excelente negocio para los financistas. En su momento fue muy criticada la amplia exposición de las entidades financieras a la deuda pública. Durante los años ’90, los bancos llegaron a tener más del 70 por ciento de su cartera en bonos del Estado. Después de la crisis, esa proporción cayó en forma sensible, aunque no cambió la lógica del negocio. A pesar del ingreso de bancos locales que prometían una fuerte apuesta por el sector productivo, lo cierto es que el sistema le presta al Estado todo lo que puede.

Un informe de la consultora especializada Qualitativa es categórico. Asegura que el Estado es el principal acreedor de los bancos. Y que, de acuerdo con los últimos datos del Banco Central, mientras el Estado tiene depósitos bancarios por 46 mil millones de pesos, el sistema financiero le prestó al Estado por un total de 93 mil millones (20.800 millones a través de créditos y los restantes 72.200 millones mediante la suscripción de títulos públicos).

De acuerdo con ese trabajo, ese financiamiento neto de 47 mil millones de los bancos al Estado es excesivo: “Es posible que el requerimiento financiero sea menor”, afirma. Y se arriesga que ese monto en exceso rondaría los 20 mil millones de pesos. Hay que tomar en cuenta que durante el primer trimestre del año, mientras las colocaciones del Estado en los bancos se mantuvieron en torno de los 46 mil millones, los préstamos bancarios al sector público se incrementaron en 7 mil millones. Como la mayor parte de esos depósitos está en cuentas corrientes, el negocio para las entidades financieras es todavía más importante.

Otra investigación difundida en las últimas horas dio cuenta de un diagnóstico similar. De acuerdo con el informe de Abeceb.com, el financiamiento bancario a la industria es, en términos reales, inferior en la actualidad que durante la época de la convertibilidad. Una cuestión por lo menos curiosa, teniendo en cuenta la destrucción de la industria de la década pasada. Ese comportamiento demuestra que, a pesar del cambio de modelo y del fuerte crecimiento del sector industrial, el sistema financiero no está acompañando la actual orientación del proceso económico.

En relación con el Producto Bruto industrial, el financiamiento al sector trepaba al 20 por ciento durante los ’90. Disminuyó a un mínimo del 4,9 por ciento con la explosión de la crisis y se viene recuperando con el crecimiento económico. Sin embargo, se encuentra por debajo del nivel de la década pasada, en el 12,1 por ciento del Producto industrial. Más suerte tienen las industrias brasileñas. El sistema financiero de ese país tiene colocado entre esas compañías un 26 por ciento del Producto industrial, nivel que se mantuvo en los últimos cuatro años.

Por ahora, los bancos argentinos prefirieron prestar al Estado y a los individuos que les piden fondos para consumir. Esos, junto a las cada vez más altas comisiones que les cobran a los clientes, son los nichos elegidos por los financistas para abultar las ganancias de sus balances.

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