IMPACTO DE LAS TURBULENCIAS FINANCIERAS INTERNACIONALES EN LA ARGENTINA
La corrida se disparó en EE.UU. y Europa y obligó a los respectivos bancos centrales a intervenir liberando fondos. En la plaza local, las tasas empezaron a subir y las próximas dos semanas serán clave.
› Por Claudio Zlotnik
Las próximas dos semanas serán clave. En los principales bancos ya tomaron la decisión de aplicar una corrección en las tasas de los créditos a las empresas y al público en caso de que se prolongue la agitación de los mercados. Los financistas ya están listos para operar en un nuevo escenario, en el cual el dinero será más escaso y, por lo tanto, más caro.
Hay préstamos bancarios que ya son más onerosos. Son las denominadas líneas corporativas, destinadas a las empresas de primera línea, de 30 a 180 días de plazo. Antes de las caídas de los mercados, la tasa promedio era del 8 por ciento anual. Ahora se ubica en alrededor del 11 por ciento. Este movimiento está directamente relacionado con el incremento que mostró el costo del fondeo de las entidades financieras. La tasa Badlar (depósitos superiores al millón de pesos) describió un salto del 8 al 10 por ciento por el derrumbe bursátil. Ese aumento en el rendimiento no se trasladó a las colocaciones minoristas: los plazos fijos a 30 días se mantuvieron en un promedio del 7,5 al 8,0 por ciento anual en los bancos privados.
En las principales entidades advierten que absorberán los mayores costos mientras no se profundice la crisis en los mercados financieros. En ese sentido, habrá algunas variables claves a monitorear: el rendimiento de la Badlar y, sobre todo, lo que ocurra con la tasa minorista. Por ahora, la reacción de los pequeños ahorristas frente a las turbulencias fue moderada: se triplicaron las ventas de dólares en las casas de cambio y en los bancos pero no se notan retiros de depósitos. Aunque es cierto que los plazos fijos del sector privado se expandieron a un ritmo más lento durante las últimas semanas, al crecer de 52.290 a 52.500 millones de pesos. El escenario más temido es que los inversores se asusten y se desate una corrida. En ese caso, la suba de las tasas sería impostergable.
Varias líneas crediticias quedaron bajo la lupa de los financistas. No sólo las de más corto plazo dedicadas a las empresas, que ya sufrieron ajustes. Una de las que podrían directamente desaparecer del mercado son las cuotas sin intereses que promocionan algunos bancos. Son productos que les dan pérdidas a las entidades financieras, pero que se mantienen como una exitosa estrategia de marketing para acercar clientes. La visión de los banqueros es que los créditos al consumo (personales, tarjetas de crédito y prendarios) no tendrían incrementos inmediatos ya que se trata del nicho que mayores utilidades les reporta a las entidades. Son las líneas más caras.
En cambio, si persisten los problemas en los mercados, las restricciones y los ajustes alcanzarán rápidamente a los créditos a las pequeñas y medianas empresas y a los hipotecarios. Una gran cantidad de las líneas para la vivienda se otorgaron a tasa variable. Quienes ya recibieron uno de estos préstamos tardarán en recibir la novedad, ya que los costos se ajustan en forma trimestral. Los primeros perjudicados serán los clientes que busquen financiar la compra de una propiedad.
Las turbulencias bursátiles ya se convirtieron en una seria amenaza para los costos financieros. De ahí a una repercusión negativa en la marcha de la economía hay un solo paso.
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