NOTA DE TAPA
› Por Roberto Navarro
El secretario de Industria, Fernando Fraguío, ex director de la fábrica de camiones de Fiat Iveco, afirmó a Cash, en el primer reportaje que concede desde que asumió el cargo, que está avanzando el proyecto de un banco de desarrollo similar al Bndes brasileño y que las principales causas de la inflación son el fuerte aumento del empleo y la suba de los precios de los commodities a nivel internacional. Adelantó que analiza junto al ministro de Economía, Martín Lousteau, la posibilidad de otorgar becas para jóvenes con pocos recursos que quieran estudiar ingeniería. Fraguío, contador, de 59 años, opinó también del conflicto con el sector agropecuario.
–No deben confundirse situaciones de momento. La antinomia campo-industria es falsa. Creo que buena parte de nuestra industria se sustenta sobre el campo: la agroindustria y la metalmecánica. Y, a la vez, la industria sostiene el desarrollo del campo, con apoyo tecnológico y de equipamiento de maquinarias importante.
–No creo que haya que hablar de subsidios. Hay que hablar de una adecuada distribución del ingreso. Nuestro territorio es rico. El sector agropecuario es eficiente y creo que lo que tenemos que hacer es dialogar.
–La agroindustria nuestra que está al nivel de las primeras del mundo. Nuestras cosechadoras, las sembradoras de siembra directa, las pulverizadoras y los tractores son de primer nivel.
–Venimos con ese sueño dorado de no exportar carne sino exportar latitas con el bife y las papitas noisette y la salsita, y no exportar la harina sino el fideo italiano con ese packaging hermoso. Ese sueño, en parte, empieza a realizarse con la industria agroalimentaria. Es un enorme avance cuando uno ve que hay una conversión del maíz en pollo y en cerdo. Antes enviábamos los granos a Brasil y ellos engordaban los animales. En la medida en que se continúe desarrollando seguramente vamos a elaborar otros productos. Por otra parte, estamos exportando sembradoras de proceso directo y cosechadoras al este europeo y hasta a Afganistán.
–El país inició un proceso de reindustrialización hace más de 4 años y ese proceso nos ha llevado a generar numerosas inversiones, tanto en el sector de las pymes como en las grandes empresas. Esto generó empleo, incorporó tecnología y generalizó la creación de bienes. Voy al interior del país y cada planta que visito, de maquinaria agrícola, de metalmecánica, de la industria textil, muestra empresas que en los últimos años han hecho fuertes inversiones en tecnología de punta. Han incorporado gente y están preparando cuadros técnicos con vistas a un futuro de crecimiento. El principal problema es que la cantera de técnicos, de trabajadores especializados y de profesionales se agotó. Nuestro crecimiento futuro depende en gran medida del ingenio, del esfuerzo y los recursos que asignemos a capacitar a nuestra gente.
–Nosotros tenemos un plan industrial que tiene que ver no con el corto plazo sino con el largo, que nos tiene que llevar a tener una economía sustentable. En este sentido rescatamos medidas importantes que se están tomando, como los créditos a largo plazo que está otorgando el Banco Nación para que las pymes puedan invertir en bienes de capital y en instalaciones. La Subsecretaría Pyme acompaña con cursos de capacitación, con subsidio a las tasas de interés para aquellas empresas cuyos proyectos están dentro de determinados parámetros. Estamos obteniendo un reequipamiento de aquellas empresas que necesitan importar bienes de capital del exterior, con cero por ciento de arancel. El ministro (Martín) Lousteau acaba de firmar una resolución que reduce también a cero por ciento la importación de maquinaria textil usada, porque hay una reconversión importante en Europa: están liberándose líneas de maquinarias textil que para nosotros son importantísimas. Recientemente salió la Ley de Promoción a las Inversiones, que permite la amortización acelerada del IVA para sostener en el tiempo una adecuada reindustrialización.
–Trabajosamente llevamos adelante el sistema de licencias no automáticas para que se puedan desarrollar algunos sectores sensibles. El régimen es así: el país tiene firmados acuerdos de libre comercio, lo que quiere decir que cualquier ciudadano puede importar libremente determinado producto pagando el arancel que tenemos acordado dentro del Mercosur. Hay algunos productos que por la necesidad que tenemos de consolidarlos están sujetos a un sistema de licencias no automáticas. No pueden importar esos bienes de forma automática, sino que tienen que solicitar una licencia de importación. El hecho de que uno tenga estas licencias no automáticas, de alguna manera, ayuda al sostenimiento y el fortalecimiento de la industria nacional.
–Me parece que es un plan al cual habrá que seguir agregándole cosas. La gestión de la Secretaría de Industria, como la gestión del Gobierno, se caracteriza por ser una situación de cambio permanente.
–¿Qué es lo que más alienta a invertir y a correr riesgos? La previsibilidad y la sustentabilidad en el tiempo de tendencias, mercados y medidas. Si la macro no da bien, no fomenta la inversión. Es decir, si la macro no cierra, con decirle a un inversor que le vamos a permitir importar sus máquinas a arancel cero o con decirle a un inversor que le vamos a dar una parte de su capital de trabajo a una tasa muy reducida, con eso sólo no lo incentivamos a que vaya a buscar capitales.
–La industria automotriz vuela porque somos un país fierrero. El argentino que puede cambia el auto, hay un factor psicológico.
–Gastamos 1300 millones de dólares por año en importar celulares. El año pasado se importaron 11,6 millones de celulares. Yo hablé con algunos expertos y les pregunté por qué no hacemos celulares en Argentina si se fabrican en Brasil y en México. La primera respuesta que recibí es que la tecnología es tan cambiante que cada 180 días se cae todo lo que hay y empezamos de vuelta. Lo que quiere decir es que a lo mejor hay que tener una tecnología de escala para producirlo, para desarrollar esa tecnología, que excede nuestras posibilidades. De cualquier manera vale la pena preguntárselo.
–Sí. Yo creo que es importante que la industria argentina cuente con un banco de soporte para sus actividades. El Bndes es un modelo que a Brasil le ha servido. Y es un modelo a imitar porque son los fondos de los trabajadores volcados en proyectos que generan más empleo. Es un modelo que miro con simpatía.
–La inflación no es responsabilidad de algunos sino que es un problema de todos. Lo dije cuando estaba en el sector privado. Inclusive dije que la lucha contra la inflación no puede ser una tarea sólo del secretario Moreno. Entonces todos tenemos que preocuparnos por la inflación. Más allá de algunos grados de concentración. Puede ser que alguien pueda aprovechar la situación mejor que otro. Puede darse. Pero la verdad es que, no siendo un economista, estamos viviendo un momento particular. Históricamente la inflación en Argentina se debía a un Estado que recaudaba poco y gastaba mucho, y que cubría el bache entre gasto y recaudación emitiendo. Hoy la inflación reconoce dos causas: una es que un país que tenía 25 por ciento de desocupación hoy tiene 7 por ciento de desocupación, o sea que hemos incorporado rápidamente a gente que estaba debajo de la línea de la pobreza a la posibilidad de adquirir bienes. Y si bien la oferta de bienes ha aumentado, no ha subido tanto como la incorporación de esa población al trabajo y a la posibilidad de, por lo menos, comer. Y el segundo factor es que el petróleo cotiza a 110 dólares y la soja, a casi 500. Entonces todo vale más.
–Los demás países no tienen tanta inflación porque sus monedas se han revaluado un poco más o porque se ha degradado el poder adquisitivo de su gente. El europeo que iba al cine, ahora quizá no va al cine, porque tiene que pagar más caro el litro de aceite y de nafta. Hay que recordar que el euro está a un nivel record. En Brasil el real llegó a 3,40 y hoy cotiza a 1,70: revalúan sus monedas. Nosotros estamos sosteniendo una política de un dólar más fuerte para favorecer una industria exportadora. Aunque nunca debemos perder de vista que lo más importante para ser un país fuertemente exportador es la innovación tecnológica y la productividad.
–No. Con una mayor oferta de bienes se controla mejor el aumento de precios. El mejor factor del control de precios es la oferta.
–Acá tenemos tres actores: el Estado, los privados y después los estudiantes. Los futuros trabajadores y técnicos que necesitamos capacitar. El Ministerio de Trabajo tiene planes de capacitación. Y todas las grandes empresas tienen hoy escuelas técnicas.
–Estamos hablando con el ministro de Educación. Si un país necesita desarrollar jóvenes en ciencias, que son más difíciles de seguir que otras, tiene que haber becas específicas para asegurarnos de que los hijos de todos los hogares, si tienen talento suficiente, puedan seguir esa carrera con subsidios estatales. Por otra parte, como sabemos que faltan ingenieros en el país, estoy seguro de que cuando estos muchachos estén llegando a la última parte de la carrera, como sucede en los principales países del mundo, va a haber empresas que se les acercarán.
–Lo que salió es la Ley de Promoción de Inversiones. La ley que desgrava la reinversión de utilidades es un proyecto interesante que hay que analizarlo con mucho detalle. Tiene que estar focalizado, por ejemplo, en pymes, por su propia estructura de capital y por su fenomenal capacidad de generación de empleo. Debería, además, apoyar a los sectores que sean de interés nacional.
–Los cambios de gobierno. Esta vez hay una cierta continuidad operativa, no ha habido un recambio tan traumático. Pero se observa que a nivel de las administraciones provinciales se da un recambio muy fuerte, no sólo a nivel de los referentes políticos, sino a nivel operativo. Entonces yo creo que esto pone al país en desventaja con respecto a otros países, como pueden ser una virtuosa administración francesa o funcionarios de carrera brasileños, que permanecen en sus cargos ganados por concurso, con remuneraciones razonables respecto de las responsabilidades que tienen, apoyando al funcionario político de turno, pero asegurando el mantenimiento de las buenas políticas de Estado. A mí me gustaría ver acá que también nosotros seamos capaces de crear una carrera de funcionarios nobles y virtuosos, que sepan que su desarrollo personal y profesional y nuestro crecimiento económico dependen más de lo bien que hagan la gestión que del humor del funcionario político que está llegando. Creo que también esto es una reforma que necesita la Argentina. Una estructura administrativa estatal profesionalizada, fuerte y prestigiada.
–No creo que al Estado lo tengamos que medir en función de si otros países tienen 2000 y nosotros 1500 empleados. Yo me quiero referir a la virtuosa carrera de administración. En cambio, sí pienso que la remuneración debe ser acorde con la responsabilidad. Creo que un funcionario debe tener la tranquilidad de que mientras cumpla bien su función va a contar con estabilidad. Creo que los cargos más importantes de la administración tienen que ser ganados por concurso. De todos modos, garantizar la estabilidad a cualquiera a sangre y fuego no me parece bien. Yo vengo del sector privado y me tenía que ganar la posición todos los días.
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