LA CRISIS DE ESTADOS UNIDOS Y REFORMA FINANCIERA
El secretario del Tesoro estadounidense Henry Paulson lanzó una reforma de la estructura regulatoria financiera. Similitudes y diferencias.
› Por Carlos Weitz *
En medio de una de las crisis más profundas que ha enfrentado la economía mundial en las últimas décadas, el secretario del Tesoro norteamericano Henry Paulson lanzó una reforma integral de la actual estructura regulatoria financiera de los Estados Unidos. Lamentablemente la historia de las reformas financieras está íntimamente asociada a respuestas políticas frente a crisis devastadoras que han afectado a economías en general y a ahorristas en particular. La Gran Depresión del ‘30, originada en el crac de Wall Street del año 1929, alumbró dos leyes claves del sistema regulatorio financiero estadounidense: la denominada Glass–Steagall y la de Valores de 1933, que segmentaron las distintas actividades financieras y crearon la actual Comisión Nacional de Valores de los Estados Unidos.
Si bien esas dos leyes han sufrido numerosas modificaciones desde la década del ‘30, la nueva propuesta presentada por Paulson muestra el cambio de rumbo regulatorio más importante de los últimos 80 años. En tal sentido, es interesante señalar algunos de los conceptos de la propuesta de Paulson y reflexionar sobre sus resonancias en la actual realidad regulatoria argentina. Más allá de las diferencias abismales y obvias de historia, tamaño y profundidad, los sistemas financieros norteamericano y argentino guardan algunas similitudes conceptuales que han dado origen a esta propuesta de reforma.
La anunciada por Paulson apunta a dos temas concretos. En primer lugar enfatiza que el marco regulatorio de los Estados Unidos no fue pensado para enfrentar las características del actual sistema financiero, en el que se observa un fuerte proceso de innovación, diversidad de participantes, creciente complejidad de instrumentos, integración financiera global y convergencia de intermediarios. Este párrafo se podría trasladar a la realidad argentina sin perder una pizca de realismo. La existencia y relevancia de conglomerados financieros en Argentina, así como la integración de distintos servicios financieros, es una realidad incontrastable.
El segundo tema que desarrolla Paulson puntualiza que la actual estructura regulatoria norteamericana mantiene separados reguladores tales como el bancario, el de seguros y el de valores. Estructura segmentada que va a contramano de la integración que esos sectores evidencian en la operatoria real. El informe sostiene que esos solapamientos entre sectores generan disputas entre reguladores y que la segmentación de organismos de regulación y supervisión lleva a arbitrajes regulatorios donde los modelos de negocios se diseñan en base a la estructura regulatoria del país, o lo que es peor, en base a la característica propia de cada regulador.
Esas cuestiones también resultan pertinentes para el caso argentino, donde la industria de servicios financieros cuenta con un sinnúmero de reguladores dispersos en distintas órbitas que facilitan distintos tipos de arbitrajes, desde los estrictamente regulatorios hasta los impositivos. La Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias dentro del Banco Central, la Comisión Nacional de Valores y la Superintendencia de Seguros bajo el Ministerio de Economía, la Superintendencia de AFJP en la órbita del Ministerio de Trabajo, son las principales oficinas públicas que supervisan activos financieros de distintos intermediarios y/o inversores institucionales.
Las conclusiones del informe Paulson apuntan a pasar de la estructura actual de regulación financiera por sector o rama (seguros, bancos y valores separados) a una basada en objetivos. El modelo establece la necesidad de contar con tres reguladores diferentes que engloban a toda la industria financiera pero con objetivos diferenciados: uno enfocado en mantener la estabilidad en toda la industria financiera, otro que cuente con garantías estatales y se dedique a apuntalar la solvencia y fortaleza de las instituciones participantes, y por último un ente orientado exclusivamente a proteger a los consumidores de servicios financieros.
Este modelo propuesto para Estados Unidos puede ser que no sea el mejor para Argentina. Existen otras experiencias de consolidación de la regulación financiera que se adaptan más ajustadamente a nuestra realidad. El modelo inglés de regulador único es un ejemplo que se ha expandido a otros países europeos y asiáticos y empieza a discutirse en países latinoamericanos. Tanto México como Chile han consolidado parcialmente a distintos reguladores financieros y Colombia avanza en ese mismo camino.
Estos temas resultan lejanos para el ciudadano común, pero su relevancia y repercusión sobre la economía es innegable. La integridad, profundidad y desarrollo de los mercados financieros, fundamentalmente el bancario en el corto plazo y el mercado de capitales en el largo, constituyen la polea de transmisión encargada de transformar el ahorro en inversión productiva.
* Superintendente de AFJP y ex presidente de la Comisión Nacional de Valores.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux