LA POLITICA CAMBIARIA DEL BANCO CENTRAL PARA CONTROLAR EL ALZA DEL DOLAR
El BC intervino con escasas ventas al contado y con importantes operaciones a futuro. De esa forma regula el ritmo de alza del dólar. La cotización se mueve en función de la devaluación del real.
› Por Cristian Carrillo
El Banco Central permitió esta semana que siguiera la apreciación del dólar, para cerrar en el segmento mayorista en 3,56 pesos y en casas de cambio, 3,58. Este ajuste de la divisa no derivó en pérdidas significativas de reservas como sucedió durante el primer lockout del campo y en el momento de la explosión de la burbuja inmobiliaria estadounidense. Martín Redrado, titular del BC, focalizó su estrategia desde el principio en el mercado de futuros.
El instituto emisor envió así una clara señal de que no está dispuesto a perder terreno frente a la moneda del principal socio comercial del país: Brasil. Los operadores coincidieron en que la suba escalonada del dólar fue convalidada por la entidad conducida por Redrado, aunque también señalan que en ningún momento lo dejó fluctuar sin supervisión. “Por un lado el billete ya subió en lo que va del año diez centavos en el mayorista, pero, por el otro, tuvo una intervención activa en el mercado”, explicó a Cash el responsable de una mesa de cambios. En la semana se inyectó un promedio diario de entre 30 y 50 millones de dólares.
La intervención “de contado” fue mucho menor en relación con los volúmenes operados “a término”. De acuerdo con fuentes de ese mercado, en la semana se negociaron 1000 millones de dólares en contratos a fin de febrero y marzo. Sobre esa cifra, entre un 40 y 50 por ciento correspondió a posiciones vendidas del Central.
La estrategia representa una buena oportunidad para evitar una mayor sangría de reservas y un negocio “redondo” para los bancos que acepten tomar posiciones a futuro. Para ello, la mesa del Central ofreció en los últimos días vender dólares a fin de mes a valores inferiores al spot (valor corriente). “No sólo te congelan el precio, sino que te ofrecen comprar más barato a futuro algo que de todas maneras va a subir”, explicó un cambista. La operación permite que una entidad venda sus billetes físicos en el mercado de contado y con ese dinero compre dólares a fin de mes a un precio menor, con lo que obtiene un rendimiento por la apreciación de la divisa a una tasa de interés cero y hasta incluso negativa.
Esta semana los bancos vendieron parte de sus tenencias en el mayorista a 3,56 pesos y le compraron al BC dólar a fin de febrero a 3,555 pesos. Con el cierre de anteayer habrán obtenido una ganancia de un centavo y medio sobre varios millones de dólares pactados. Los bancos que hicieron uso de esta alternativa son mayoritariamente de segunda línea, y muchos nacionales, ya que las filiales extranjeras en el país tienen prohibido desde sus casas matrices tomar riesgo cambiario.
Por su parte, el Central consigue inyectar liquidez al sistema sin volcar recursos propios en la misma magnitud. Sólo debe responder por la diferencia entre el precio del dólar de su contrato de venta con el tipo de referencia que exhiba al cierre del mes. Es decir, un valor por demás controlado por quien juega a adivinar sus propios movimientos. “La pérdida la compensa con otros ingresos que tiene el banco por distintos conceptos”, señalan en el BC. Además, permite corregir el efecto no deseado de fuga de depósitos del sistema. Con un dólar en alza, los bancos se ven forzados a subir sus tasas de interés para retener a sus clientes, que ven en la divisa una renta segura.
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