En la actualidad, la discusión sobre cómo enfrentar la pobreza por ingreso cobró relieve en el debate público y se trasladó al Congreso, donde se encuentran en tratamiento diversos proyectos de ley orientados a enfrentar esta problemática. Si bien esto constituye una oportunidad histórica para comenzar a saldar algunas de las principales deudas sociales del país, existen ciertos retos que deberán afrontarse para que alguna síntesis de las estrategias planteadas se materialice.

Hoy hay al menos seis proyectos que proponen un ingreso a la niñez. Este grupo importante de iniciativas legislativas vuelve a colocar en un lugar prioritario del debate y la acción política el modo de afrontar aspectos críticos de “la cuestión social”. De hecho, en el debate público, los problemas sociales comienzan lentamente a recuperar la atención que merecen. ¿Habrá acaso margen para que las agendas del Ejecutivo y del Legislativo se complementen para superar el desafío multidimensional que implica la pobreza argentina?

Todos esos proyectos convergen en el espíritu de garantizar ciertos derechos básicos a través del acceso a un ingreso no contributivo centrado en la niñez. Pero los proyectos también reconocen que el ingreso debe ser complementado con mejoras en términos de calidad y acceso a la educación y la salud, si el objetivo más estratégico es mejorar el bienestar de las familias. Esto implica el reconocimiento de sectores importantes de la clase política acerca de la multidimensionalidad de los problemas sociales

Las propuestas varían en el cálculo del costo fiscal, en un rango que va de 10.000 a 30.000 millones de pesos al año. Variadas son también las formas en las que se piensa el financiamiento de este ingreso a la niñez, sea reorientando recursos de programas ya existentes, con créditos externos o con cambios en el sistema impositivo. Lo cierto es que en el proyecto de Presupuesto General de la Administración Nacional para 2010 no figura ninguna partida destinada a esta estratégica política pública. Consecuentemente, para no comprometer el resultado fiscal, debería proponerse una disminución en otras partidas de gasto o, en su caso, un aumento de los recursos para poder financiar un ingreso a la niñez.

En el marco de la historia reciente, donde la despreocupación por lo social resultó la nota dominante, es necesario preguntarse si habrá muestras concretas de parte del oficialismo y la oposición para encontrar puntos de convergencia que prioricen los intereses y las necesidades de amplios sectores de la sociedad argentina, perdedores tanto en la distribución de la riqueza como en el acceso a políticas públicas de alta calidad e impacto en el desarrollo social. Esas iniciativas implican una oportunidad política y moral para avanzar hacia una sociedad más equitativa y justa

*Director y coordinadoras del Programa de Protección Social de Cippec.