INFORME ESPECIAL > EL BOOM DE LA INDUSTRIA DEL SOFTWARE
En los últimos seis años, la industria del software fue el sector productivo de mayor crecimiento. Aumentó su producción un 278 por ciento, sus exportaciones, un 256 por ciento, y el nivel de empleo, un 240 por ciento. Participan más de 1500 pymes y unas 20 corporaciones internacionales. Tiene niveles salariales superiores en un 35,5 por ciento a la media del sector privado registrado. La tasa de desempleo es nula y existe más demanda que oferta de empleados. El rubro más dinámico es el de videojuegos: desde 2004 aumentó un 900 por ciento sus ventas externas. Existen 165 empresas dedicadas a esa actividad que emplean a más de 12 mil personas, con un promedio de 27 años de edad.
› Por Roberto Navarro
En los últimos seis años la industria del software aumentó su producción un 278 por ciento; sus exportaciones, un 256 por ciento, y el nivel de empleo, un 240 por ciento. Así se convirtió en el sector productivo de mayor crecimiento entre 2004 y 2010. La industria del Software y Servicios Informáticos está compuesta por más de 1500 pymes y una veintena de corporaciones internacionales, y ha experimentado desde el 2004 un crecimiento extraordinario, superando sensiblemente al avance general de la economía. En promedio, la industria del software tiene niveles salariales superiores en un 35,5 por ciento a la media del sector privado registrado. La tasa de desempleo es nula y existe más demanda que oferta de empleados. El modelo económico con un tipo de cambio competitivo sumado a la calidad de los profesionales derivó en una ecuación precio/calidad favorable para el desarrollo de la exportación de estos servicios. Dentro del sector, el mayor crecimiento se dio en el rubro de los videojuegos, un nicho en el que los especialistas apuestan a que Argentina compita con los líderes en los próximos años.
En 2004 la facturación total del sector, incluidas las exportaciones, fue de 843 millones de dólares y en 2010 alcanzó los 3186 millones de dólares. Aun en 2009, pese a las derivaciones de la crisis internacional, cuando la mayoría de los sectores productivos se estancó o cayó, la industria del software local creció un 19,8 por ciento con respecto a 2008. El incremento de producción y facturación se dio por aumento de las ventas externas y por sustitución de importaciones.
Fernando Racca, presidente de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (Cessi), señaló a Cash que “este crecimiento es de la economía real, pero el sobrecrecimiento se debe, básicamente, a la exportación del producto”. Es que la relación precio/calidad planteó un escenario favorable para el desarrollo de la exportación de estos servicios. El ejecutivo agregó que “al mismo tiempo, se da un gran crecimiento de este sector a nivel mundial. Por eso, la oferta laboral argentina se coloca básicamente en el outsourcing, es decir, en los proyectos y productos desarrollados para empresas del exterior”.
En los últimos seis años las exportaciones de software crecieron un 256 por ciento. En 2004 se vendieron al exterior 170 millones de dólares; ya en 2006 se alcanzaron los 300 millones de dólares; en 2008, 504 millones y en 2010, 604 millones de dólares. Aun en un mundo en recesión, en 2009 el sector aumentó sus ventas externas un 9 por ciento. Las exportaciones llegan a 45 países, la mayoría latinoamericanos, pero también se vende a Estados Unidos, Canadá, Italia y España. El incremento de las exportaciones en el período 2004-2010 fue de un promedio anual del 21,8 por ciento, cifra que supera la media de las ventas externas de bienes en ese lapso, que fue del 12 por ciento; y la de servicios, que fue del 16,7 por ciento.
La tasa de crecimiento del nivel de empleo también muestra un mayor dinamismo que el resto de la economía: un 17,6 por ciento de promedio anual desde 2004 contra un 9,5 por ciento del nivel general de la economía. Hace seis años el sector empleaba a 19.200 trabajadores; en la actualidad, da trabajo a 62.400 personas. En 2011 esperan conseguir 12 mil empleados más. Pero no les será fácil en un mercado laboral con desocupación sectorial cero, en el que crece más rápido la producción que la oferta de nuevos empleados (ver aparte).
La Argentina comenzó a desarrollar la industria del software cuando varios países ya eran potencias en el sector: Estados Unidos, Japón, Corea, Taiwán, Canadá e Irlanda, entre otros. Una de las estrategias de las empresas para insertarse en el mercado internacional fue aprovechar los nichos en los que aún pueden aparecer nuevos líderes de mercado. Uno de ellos es el de videojuegos. Desde 2004 ese rubro aumentó un 900 por ciento sus ventas externas. Desde 2006 el empleo creció un 256 por ciento y la facturación, un 642 por ciento. Existen 165 empresas dedicadas a esa actividad que emplean a más de 12 mil personas, con un promedio de 27 años de edad, y el último informe de la Asociación de Video-Juegos de la Argentina indica que el sector tuvo ganancias por 50 millones de dólares. El 95 por ciento de los contenidos se exporta a Estados Unidos y Europa.
Pablo Toscano es uno de los creadores de videojuegos más destacados de la actualidad. Es Director Técnico de Animación de la compañía Ubisoft, la cuarta empresa del mundo en facturación de la industria y una de las más creativas. En diálogo telefónico con Cash desde Estados Unidos opinó que “el talento de la industria del entretenimiento en la Argentina tiene un potencial increíble. Si comparo este potencial con el que yo descubrí en Canadá, y en especial en Quebec, la Argentina tiene todo para convertirse en un polo importante de producción de videojuegos. Pero para poder capitalizar este talento hay que ayudarlo. Sin subvenciones del gobierno, la primera compañía en la que trabajé (Frima Studio) no tendría 270 empleados, ni Ubisoft hubiera abierto un estudio en la ciudad de Quebec. Los programas de ayuda, tanto para las empresas como para las instituciones educativas, más un plan de desarrollo, pueden lograr que en unos años el país cuente con una industria de videojuegos que compita de igual a igual con las potencias del sector”.
“Donde antes había una sola persona imaginando el desarrollo de un juego, hoy lo hacen programadores, guionistas, dibujantes, sonidistas, testers y encargados de marketing. El desarrollo de un juego supone el trabajo de un grupo de ocho programadores durante seis meses”, explicó el ingeniero especialista en videos Martín Notio a este suplemento. “El país está avanzando a paso acelerado en el desarrollo de juegos para celulares de última generación y web”, agregó.
Las expectativas para el 2011 relevadas por la cámara del sector son que la producción crecerá un 22,1 por ciento, más del triple del crecimiento esperado para el total de la economía. También se estima un aumento de las exportaciones del 15 por ciento, con apertura de nuevos mercados. Y un incremento de la plantilla de personal del 10,6 por ciento. El sector también puede considerarse líder en optimismo: el 93 por ciento de los empresarios encuestados por la cámara creen que su empresa crecerá en producción, ventas internas y exportaciones durante el año en curso.
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