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Sábado, 30 de abril de 2011

LA UNASUR Y UNA NUEVA ARQUITECTURA FINANCIERA REGIONAL

Para la integración

La consolidación del Banco del Sur es una de las principales tareas del proyecto de desarrollo regional para construir un Sistema Financiero Regional en el marco de la Unasur.

 Por Arturo H. Trinelli *

El mundo de las finanzas, donde hasta hace poco América latina era simplemente un actor de reparto en la toma de decisiones, encuentra hoy a sus economías, y especialmente a las sudamericanas, con capacidad suficiente como para proponer una nueva arquitectura financiera internacional a partir de lo que ha sido su propia experiencia durante los últimos años. El denominador común de los cambios que empezó a experimentar la región desde 2000, a partir de nuevos gobiernos progresistas en cada uno de sus países, fue el reconocimiento explícito a lo nocivas que fueron las políticas neoliberales para lograr estándares de desarrollo durante la década del ’90. El Tratado Constitutivo de Unasur, firmado el 23 de mayo de 2008, impulsó el llamado a trabajar en pos de políticas sociales inclusivas, educación de calidad, integración energética, infraestructura y medio ambiente, que sirvieran para concretar un nuevo esquema de crecimiento. Dicho esquema se sustentó en base a determinadas características comunes en todos los países, que incluyó una importante reducción del coeficiente de endeudamiento con relación al PBI, un elevado stock de reservas internacionales y un superávit sostenido de cuenta corriente, con componentes diferenciales en relación con otras naciones como México y algunas de América Central, mucho más dependientes del comercio con EE.UU. y de la provisión de remesas provenientes de sus residentes en ese país.

Todas estas características posibilitaron una súbita diferenciación de la etapa anterior: además de las mejoras significativas en los indicadores económicos, los cambios producidos en la región permitieron desde lo simbólico reconstruir la soberanía perdida en el diseño e instrumentación de políticas económicas que, hasta la década pasada, estaban en gran medida supeditadas al visto bueno de los organismos multilaterales de crédito y los grandes centros financieros. En un reciente seminario organizado por el Cefid-Ar, Cemop y la CNV, el viceministro de Economía, Roberto Feletti, repasó la agenda de discusiones del Grupo de Integración Financiera de Unasur, que vino trabajando en el Estatuto de Economía y Finanzas del organismo. Feletti destacó la necesidad de revisar la Aladi, resaltando que, pese al incremento del comercio internacional de los últimos años (de los 12 mil millones de dólares de mediados de los ’90 a los 120 mil millones actuales), apenas un 8 por ciento se cursa por el convenio de crédito recíproco. La incertidumbre que manifiesta el dólar como moneda de reserva internacional ha conducido en la región al impulso de incipientes esquemas de pagos en monedas locales para reemplazar a la divisa norteamericana en las transacciones comerciales entre los países. En ese sentido, la Argentina y Brasil vienen trabajando en el denominado Sistema de Pagos en Moneda Local, pero otros países también están experimentando otro sistema llamado Sistema Unitario de Compensación Regional (Sucre).

Por otro lado, Feletti señaló lo imprescindible de avanzar en la definitiva creación del Banco del Sur. Siete países han firmado su tratado constitutivo de manera de generar capacidad de fondeo a bajo costo y largo plazo para proyectos de desarrollo regional que no estén articulados por decisiones de grandes corporaciones. Así se busca ir construyendo paulatinamente un Sistema Financiero Regional que no solamente incluya las monedas locales como parte de un nuevo sistema multilateral de pagos sino que, además, signifique la disponibilidad de fondos financieros para ser aplicados a proyectos de desarrollo en condiciones más ventajosas que las ofrecidas por el mercado y, fundamentalmente, sin estar sujetos a otro interés que no sea el de los propios involucrados.

Además se ha intentado reforzar a las bancas centrales en su capacidad de intervención frente a un ataque especulativo a sus propias monedas por parte de capitales externos, a través de la implementación de un mecanismo regional de coordinación de reservas tendiente a estabilizar desequilibrios transitorios en la balanza de pagos de los países de Unasur. El desafío actual es construir criterios de conceptualización, repasando lo trabajado hasta aquí desde Unasur, no solamente para aportar alternativas y posibles soluciones a la crisis internacional sino también en pos de asegurar un proceso de integración sólido y progresivo

* Politólogo UBA-CLICeT.

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