Como resultado del resultado electoral de las PASO y a partir de absurdas consideraciones de Hugo Biolcati y Eduardo Buzzi han sido presentadas diferentes interpretaciones acerca de “cómo votó el campo” y “qué es el campo”, llegando incluso a reinventar el significado de términos como urbanidad y ruralidad. Quienes conocen teórica y prácticamente la estructura de la sociedad rural argentina (que lejos está de ser la SRA), saben que ruralidad es un concepto referido no solo a los productores rurales, sino a todo el espacio humano que constituye nuestras zonas rurales. Saben además que Argentina no tiene una única ruralidad, sino que hay tantas como estructuras productivas rurales existen, pudiendo inclusive encontrarse diferentes tipos de ruralidad, aun dentro de la Pampa Húmeda, derivados del tipo de socialización instalada, según la estructura productiva de la producción agropecuaria y especialmente del lugar de residencia de los productores.

Vale para interpretar los fenómenos emergentes de las zonas rurales encontrar alguna definición acerca de la ruralidad. Ella constituye un cuerpo de ideas y comportamientos relacionados con el trabajo rural –y su organización–, la familia –y su proyección–, el poder –y su utilización– y, especialmente, un estilo de vida que trasciende a una conciencia de clase, llegando a constituirse desde posiciones de clase diferentes. La ruralidad se constituye como una expresión cultural propia, particular dentro de la organización social mayor que la contiene.

Es entonces que la totalidad de los habitantes de las zonas rurales tienen pautas comunes de comportamiento sobre determinadas cuestiones, las que sin dudas fueron interpeladas por las consecuencias que implicaba la resolución 125. En esa oportunidad, por nuestras zonas rurales corrió como reguero de pólvora y atravesó a toda la ruralidad la consigna mezquina de los productores rurales de que le estaban “metiendo la mano en el bolsillo” y que el Gobierno estaba apropiándose de casi un camión de producto, de cada dos que vendían. Con el sentido de pertenencia a esa ruralidad y azuzados por el orden establecido de los agronegocios, por los medios interesados y por el mensaje oportunista de la dirigencia política opositora, interpretó que el trago amargo era para todos ellos, cundiendo cierto pánico que electoralmente resultó en los números de junio de 2009.

Pasados aquellos días y merced a la inteligente respuesta del gobierno nacional y a la persistencia de una deplorable soberbia triunfalista de las dirigencias gremiales y políticas ligadas al sector rural, se fue resquebrajando aquel sentido de pertenencia y se fueron modificando las conductas personales de la mayoría de los habitantes de las zonas rurales que conforman esa ruralidad, que no cambió en su esencia, sino en su visión hacia adentro y hacia fuera de ella. Quienes viven y palpitan la vida de los pueblos rurales saben que así fueron las cosas y sería bueno que los dirigentes gremiales agropecuarios, para comprenderlo, rompieran la burbuja citadina en la que se han encerrado y que tanto daño les está produciendo a ellos mismos

* Ingeniero agrónomo.