Dom 06.01.2002
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DICIEMBRE 2001, UN MES QUE SE DESTACARA EN LA HISTORIA ARGENTINA

Un plan alternativo ante la crisis

El economista Naúm Minsburg dice que en el último mes la historia argentina sufrió un punto de inflexión, que marca el fin de toda una era y el inicio, aun incierto, de otra. Luces y sombras de una propuesta que ya no se concentra en atender a los “mercados”.

Por Naúm Minsburg *

Diciembre de 2001 será indudablemente un mes que pasará a la historia argentina, marcando un punto de inflexión. Un antes y un después. La patriada, desconocida anteriormente de un pueblo hastiado y defraudado que salió a la calle sin armas, golpeando cacerolas o pidiendo comida con una dignidad sorprendente. Se puso fin así a un proceso de larga data que sometió a nuestro país a un ruinoso empobrecimiento deliberado, vaciado económica y financieramente, donde la deuda externa equivale en monto a los capitales argentinos evadidos al exterior.
Es que tanto el menemismo-cavallismo, como Roque Fernández, Machinea, López Murphy, o el cavallismo-De la Rúa, nunca se preocuparon por atender los reclamos populares y se apoyaron siempre en las crecientes exigencias de los “mercados”.
Los “mercados” son un puñado de filiales de bancos transnacionales (el Banco Galicia, Deutsche Bank, Morgan, BBVA Francés, Río Santander, Bank of America, Bank Boston, Citibank, HSBC, Chase Manhattan, ABN Amro, INGBaring). A estos bancos se les adicionan el núcleo duro de las principales filiales de las corporaciones multinacionales aliadas con el capital concentrado local, que han obtenido mayores y cada vez más enormes beneficios utilizando medios legales o por la clásica metodología evasora.
Desde hace pocos días tenemos un nuevo gobierno que recibe –justo es decirlo– una muy pesada herencia, todavía difícil de cuantificar.
La actualidad económica obliga a actuar urgente y enérgicamente en dos frentes simultáneos. En el sector externo se impone asumir claramente que el país se encontraba de hecho en default. Por ello corresponde: a) luego de la promesa oficial de suspender el pago de la deuda eterna (tanto de capital como de intereses), reunirse de inmediato con las autoridades del FMI y con autoridades del gobierno de Estados Unidos para proceder a una reestructuración seria, con quita del capital y de intereses. b) Obtener un período de gracia de por lo menos tres años en que no se paguen ni intereses ni el capital, para posibilitar la materialización de un plan económico sustentable. c) Procurar que EE.UU. facilite las importaciones de productos nacionales. d) Fortalecer el Mercosur insistiendo en que se deben adecuar, coordinar y armonizar las políticas macroeconómicas, tal como lo establece el Tratado de Ouro Preto.
En el plano interno y con la máxima urgencia se debe:
1) Disponer el envío de alimentos que cubran una correcta dieta alimentaria a los millones de desocupados.
2) Desechar, por su evidente falacia e imposibilidad de aplicación, y porque no se practica en ningún país del mundo, la idea de cumplir en 2002 con un presupuesto con déficit cero. El Presupuesto debe contemplar un conjunto de medidas que impulsen realmente la reactivación económica, única manera de salir de la crisis y de la depresión que se arrastra por tantos años en nuestro país.
3) Como planteó el proyecto de ley enviado al Congreso el viernes, la convertibilidad debe ser dejada de lado. Es necesario que todos los contratos en dólares, especialmente los de la gente de escasos recursos, mantengan la paridad de 1 a 1.
4) Las tarifas y precios de las empresas privatizadas no deberán cotizarse ni indexarse en dólares y sus valores deberán ser modificados a pesos al valor actual de un dólar un peso, como también plantea el mencionado proyecto.
5) Concluidos los arreglos técnicos necesarios, el peso debería tener una paridad equivalente a una cesta de monedas que incluya al dólar, al euro, al yen y al real. No es necesaria la creación de una tercera moneda.
6) Efectuar un estricto control cambiario-bancario para evitar la continua fuga de capitales.
7) Vigilar estrictamente las diferentes aduanas existentes, para evitar las múltiples maniobras con nuestro intercambio comercial. Entre ellas: la imprescindible y urgente necesidad de combatir eficazmente el contrabando e impedir por todos los medios las sobre y subfacturaciones.
8) Impedir las importaciones de bienes de consumo alimenticios superfluos y/o suntuarios que pueden ser elaborados de manera competitiva por la industria local.
9) Realizar un programa de infraestructura prioritario.
10) Efectuar una política de rehabilitación de empresas, estableciendo metas y objetivos concretos para mejorar, tecnificar y potenciar su producción de manera eficiente y competitiva.
11) Fomentar e incrementar las exportaciones con la mayor incorporación tecnológica que posibilite efectuar ventas externas de productos tradicionales y no tradicionales adaptados a los diferentes mercados mundiales.
12) Imponer una rebaja sustancial en las tasas de interés, que en la actualidad resultan ser de las más altas del mundo. El sector financiero deberá estar al servicio de la producción dando preferencia a las pymes y a toda empresa que potencie su capacidad incorporando el mayor valor agregado.
Considero que estas medidas escuetamente enunciadas contribuirán eficazmente a una sustancial mejora en las cuentas fiscales, disminuyendo drásticamente el déficit fiscal. Y facilitarán y posibilitarán salvar a nuestro país de esta grave emergencia nacional y podamos emprender un sendero de relanzamiento económico con equidad.

* Economista. E-mail [email protected]

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