OPINION DISTRIBUCIóN DEL INGRESO SEGúN EL PERFIL PRODUCTIVO
Uno de los abordajes posibles en el debate sobre modelos productivos es su impacto en términos sociales. Aquí se analiza el comportamiento del coeficiente de Gini, que mide niveles de igualdad, en distintas zonas del país.
› Por Alejandro Barrios *
Recientemente se han incorporado al análisis público de la desigualdad las existentes al interior del universo de las personas ocupadas. Al analizar la información cuantitativa de los últimos datos publicados (3er trimestre 2010) sobre esta dimensión de lo social, surgen datos llamativos que dan cuenta de la situación distributiva en nuestras provincias.
Como la desigualdad es tema de agenda pública, es importante determinar qué estructura productiva llevará a los argentinos a un escenario de mayor igualdad. ¿Habrá mayor igualdad reindustrializando el país? ¿Habrá mayor igualdad aprovechando el viento de cola externo del alto nivel de los precios de los alimentos? Más industria y más agro podrían requerir políticas públicas contradictorias. A modo de ejemplo: bajar la protección a la industria podría abrir mercados al agro, dicen algunos. Otros decimos que sólo con la voluntad política de generar empleos para toda la población adulta a través de la reindustrialización se crearon escenarios compatibles para ambas actividades. En cambio, si volviera a primar la voluntad política de que nuestro país se adapte nuevamente (y pasivamente, claro) a la división internacional del trabajo, especializándose en las actividades con ventajas comparativas estáticas, no sólo que no habrá empleos para todos, sino que entre los ocupados se profundizará la desigualdad. Veamos algunas conclusiones que se pueden observar en el cuadro adjunto.
Esta primera foto deja muy mal parada a la provincia de Santa Fe. Los niveles del Coeficiente de Gini (0,402) superan allí a los del resto de las provincias pampeanas. Y no sólo es la peor de todas las provincias de la región pampeana, sino que también muestra peores resultados, en cuanto a la distribución del ingreso dentro del universo de los ocupados, que provincias supuestamente más “atrasadas”, como Formosa (0,397), La Rioja (0,382) y Santiago del Estero (0,369).
Los extremos son Tierra del Fuego, con el nivel más bajo de este indicador (0,313), y Corrientes, que sería la más desigual al analizar los ingresos del universo de la población ocupada. ¿La estructura económica de las provincias tendrá algo que ver con esto?
Esta primera impresión a partir de un indicador “muy agregado” como el Gini no deja de ser sorprendente por lo que se presupone de una provincia rica como Santa Fe. Busquemos alguna posible pista sobre estos pobres resultados de la provincia en cuanto a la distribución del ingreso entre los asalariados. Vamos a analizar los ingresos según la calificación de la población ocupada.
El cuadro (ver aparte) permite echar un poco más de luz sobre las causas de la “sorpresiva” desigualdad en la población ocupada en la provincia de Santa Fe. En efecto, al considerar los niveles de ingresos del total de ocupados, de los técnicos y de los no calificados, podemos detectar dónde se verifica la causa de la sorpresa. El problema de la provincia no está en las desigualdades entre el total de ocupados y los técnicos (1,20). Es más, en esta comparación sale bien parada respecto de las demás provincias. Es que los que más ganan en Santa Fe no ganan tanto. En cambio comienzan los problemas al considerar a la población ocupada no calificada. Al comparar los ingresos de este sector con los técnicos se verifica un alto nivel de desigualdad (2,61), sólo superada por la provincia de La Pampa (2,73). Y el principal problema de desigualdad en la provincia aparece al comparar los ingresos del total con los ingresos de los no calificados (2,17), donde la provincia vuelve no sólo a ser la peor de la zona pampeana, sino que ahora pasa a ser “la peor de todas”, con niveles de desigualdad superiores a Corrientes (2,00). Es que los que menos ganan en Santa Fe sí ganan poco.
En el caso de que las autoridades santafesinas realmente estén preocupadas, y especialmente ocupadas, en resolver este problema, deberían focalizar sus mayores esfuerzos en aumentar los ingresos de los no calificados y no tanto en seguir la agenda de sus productores agropecuarios. Los datos muestran que estructuras productivas más homogéneas como las de Tierra del Fuego generan escenarios de mayor igualdad que otras más heterogéneas como las de Santa Fe. En este sentido, sería recomendable que el Ejecutivo santafesino si quiere mejorar la desigualdad de su provincia se “ocupe” de generar muchas “Rafaelas” en su territorio, y no tanta soja, para que su estructura productiva demande más empleos calificados con mayores ingresos
* Director del Ciged-Unsam.
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