Dom 26.02.2012
cash

Los importadores

› Por Javier Lewkowicz

Las importaciones sumaron 73.922 millones de dólares en 2011, lo que implicó un crecimiento interanual del 31 por ciento. Pocas y poderosas empresas concentran un porción importante de esas compras externas. Son de pocos sectores: autos, electrónicos, siderurgia y energía. Apenas veinte firmas representan cerca del 25 por ciento del total de las importaciones.

Cash presenta el listado de esas grandes empresas que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, observa obsesivamente para gestionar: el ranking de las compañías que más compraron en el exterior en 2011. El Gobierno, a través del sistema de “ventanilla única”, pretende reforzar la política de administración de Comercio Exterior, aunque pondrá el foco sobre esas empresas con mayor peso en las importaciones. El fuerte crecimiento del consumo privado de artículos electrónicos, el enorme aumento del déficit energético y el record de ventas de autos con un esquema de producción con muy baja integración de partes nacionales explican buena parte de las compras de las empresas más importadoras.

La intención oficial, que diagramó Moreno, es que las firmas compensen su balanza comercial con exportaciones. “Generen sus propias divisas”, es lo que les planteó el funcionario. Ese equilibrio no puede lograrse mediante exportaciones de commodities agrícolas y también corre por un canal aparte de la sustitución de importaciones, dice Moreno, ya que si una firma sustituye importaciones, tendrá en todo caso que compensar con exportaciones un menor volumen de operaciones. Los empresarios deben presentarle a Moreno un plan de compensación anual, con el detalle mensual del compromiso para lograr el equilibrio de divisas. También deben incorporar el horizonte de aumentos de precios al mercado interno, en el orden del 7, 14 y 18 por ciento para los productos de consumo masivo, de gama media y premium, respectivamente.

Para confeccionar el ranking de importadores, fueron restringidas las operaciones inferiores a los 100 mil dólares, ya que las grandes firmas se manejan con valores mayores. El cuadro que acompaña a esta nota detalla las primeras treinta empresas de 2011, cuyas importaciones estimadas están medidas en millones de dólares a valor CIF (incluido el pago de fletes y seguros).

Autos

El automotor es el complejo industrial más deficitario en términos de divisas, ya que en 2011 el rojo comercial llegó a unos 7500 millones de dólares entre terminales y autopartistas. Las automotrices están al tope de los importadores, debido a la compra tanto de partes y piezas como de vehículos terminados. En función de la existencia de un mercado regional protegido, también exportan muchos autos a Brasil. De hecho, la balanza comercial de vehículos terminados fue superavitaria en 1200 millones en 2011 aunque deficitaria en 5800 millones en autopartes, de modo que el saldo final de las terminales fue negativo en 4600 millones.

El problema central es la baja integración nacional que tienen los autos fabricados en el país. La intención oficial de mejorar esa situación se enfrenta en muchos casos con la lógica de toma de decisiones de la industria, que suele estar en función de los criterios de minimización de costos a nivel global. Sin embargo, el mercado interno, donde en 2011 se vendieron 860 mil autos, es muy relevante para las compañías. De hecho, Chevrolet recientemente informó que Argentina fue el séptimo mercado más importante a nivel de unidades. Eso proporciona fortaleza relativa al Gobierno para sentarse a negociar. “La mayoría de las terminales aceleraron mucho el proceso de desarrollo de proveedores a partir de la presión oficial, pero es un déficit complicado de reducir en el corto plazo”, indicó a este diario Marcos Ferrario, analista de Abeceb.com.

Una parte importante de las importaciones tiene que ver con la compra de los motores en el exterior. Mercedes Benz maneja un proyecto para producir el motor de la Sprinter en el país, similar al de Ford con la Ranger. Si bien representa un importante avance, se trataría, al menos al principio, de un ensamblado de partes nacionales e importadas, con tecnología adquirida a las casas matrices.

Energía

En los últimos diez años la producción nacional de petróleo cayó 18 por ciento y la de gas, un 11 por ciento. Junto al vigoroso crecimiento de la actividad económica, que demanda energía, determinó la reversión de la balanza comercial. En 2010 el saldo a favor en materia energética fue de 2041 millones de dólares, mientras que el año pasado se registró un rojo de 2931 millones, desmejora que también responde a una suba de precios. La falta de combustibles se cubre a través de

Enarsa, que adquiere del exterior Gas Natural Licuado (GNL) y Cammesa, que compra el gasoil y fueloil para las centrales térmicas. Shell, YPF y Petrobras también aumentaron sus importaciones de combustibles. La firma Vitol se dedica a la importación de gasoil, nafta súper y nafta común.

El Gobierno ha comenzado a presionar con mayor firmeza a las petroleras, en especial a YPF, para que reinviertan ganancias en exploración y aumenten su producción, para paliar el declive paulatino que lleva la actividad desde hace tiempo, situación que se está abordando con más intensidad recién este año. Por su parte, Emprendimientos Energéticos Binacionales, informó a este diario el Ministerio de Planificación, importa insumos para equipar la represa hidroeléctrica Yacyretá, proyecto que se reactivó a partir de 2004. En tanto, el Grupo Albanesi es una firma privada que importa bienes de capital para reparar la usina de la Central Térmica Roca, en Río Negro. Desde el plano de la distribución, Metrogas compra en el exterior maquinaria y equipos, como por ejemplo, válvulas y medidores.

Tierra del Fuego

El primer puesto en el ranking de importadores en 2011 fue para la electrónica BGH, cuyas compras se destinan en su mayoría a abastecer de componentes a las fábricas de ensamblaje ubicadas en Tierra del Fuego, aunque también hay adquisiciones de artículos terminados. En la isla reciben el beneficio de un régimen impositivo y aduanero que grava con impuestos internos los bienes finales y reduce la carga para los allí ensamblados. Con la misma lógica opera Newsan, Radio Victoria Fueguina, Electrofueguina, Fábrica Austral (de Productos Eléctricos) y Río Chico. Se trata de televisores, aires acondicionados, microondas, equipos de audio y celulares de marcas como Motorola, IBM, Nokia, Samsung, Sanyo, Philco, Hitachi, RCA y Admiral.

“La demanda interna de productos electrónicos creció mucho porque bajó el desempleo y subieron los salarios reales. Además, los precios relativos de los electrónicos descendieron y reapareció el crédito comercial”, explicó a este suplemento Alejandro Mayoral, presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica. El fuerte peso en las importaciones se explica porque la integración de componentes nacionales en los artículos de Tierra del Fuego es muy reducida.

El Gobierno, que impulsó en 2009 la creación del régimen favorable a la instalación de las compañías en la isla, pretende modificar esta situación. Moreno y la ministra de Industria, Débora Giorgi, les pidieron a las empresas que generen exportaciones para equilibrar su balance comercial y que sustituyan importación de partes y piezas, proyectos que las firmas “están estudiando”, dijo Mayoral. “El desarrollo de proveedores se realiza con lentitud en relación con el aumento en la demanda, aunque se podrían llegar a producir memorias, circuitos impresos, accesorios de celulares o partes plásticas”, completó el dirigente.

Insumos siderúrgicos

Tanto Siderar como Acindar importan, en grandes cantidades, mineral de hierro, fundamentalmente desde Brasil. La firma, que pertenece a Techint, fabrica chapas laminadas para el mercado interno y exporta tubos sin costura, lo que le permite tener un balance comercial positivo. De todas formas, el Gobierno ha mantenido un intenso conflicto el año pasado con el grupo a raíz de la designación del actual viceministro de Economía, Axel Kicillof, en el directorio de Siderar, disputa que en el fondo guarda relación con la intención oficial de influir en la estrategia corporativa, en función del monopolio que representa Techint para el mercado interno.

El acercamiento posterior entre el Gobierno y Techint y la decisión de la firma de adquirir parte del gigante siderúrgico brasileño Usiminas motivó el anuncio de una inversión de 470 millones de dólares para adquirir una nueva planta de colada continua para la planta de Siderar de San Nicolás. Le permitirá aumentar su capacidad de producción de planchones de acero para vender a Brasil y reducir importaciones.

Agro

El avance tecnológico en el agro supone que buena parte de los insumos sean adquiridos desde el exterior, sobre todo principios activos de agroquímicos y fertilizantes. La compañía Syngenta y otras que figuran muy cerca de las treinta que lideran el ranking de importadoras, como Monsanto (con 218 millones de dólares) y Nidera (179 millones), son los principales operadores del sector. Moreno también les exigió que cada una compense con exportaciones su balanza comercial.

Dólares

La necesidad de maximizar el ingreso neto de dólares y la forma que utiliza el Gobierno para concretar ese objetivo pueden leerse desde un plano estructural. La problemática de fondo es la restricción externa, amplificada por el giro de utilidades y dividendos y la fuga de capitales. En suma, para sostener un nivel intenso de crecimiento a mediano plazo es necesario reducir el coeficiente de importaciones e impulsar las exportaciones industriales. El camino del endeudamiento o la atracción de inversiones extranjeras ha demostrado acarrear fuerte inestabilidad y finalmente una presión aún mayor en las cuentas externas, a causa de la volatilidad de los tipos de interés y movilidad de capitales de corto plazo y por la necesidad de las casas matrices de captar el excedente generado en forma local por sus filiales.

Por otro lado, la forma que decide utilizar el Gobierno para controlar las importaciones, disputa que encarna Moreno con su singular estilo, puede enmarcarse en el escaso margen de maniobra que otorgan en materia de administración comercial las estrictas normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y los tratados bilaterales de inversión firmados por Argentina en los ’90. Además, buena parte de las empresas más importadoras, como se observa en el ranking, son extranjeras, y deciden su política de provisión de insumos en las casas matrices, que limita al Gobierno la capacidad de incidir sobre esas decisiones.

El riesgo de no articular la presión comercial con una política industrial definida es que la gestión oficial no produzca un efecto final de magnitud, por incapacidad de las empresas para sustituir importaciones de insumos y máquinas o que, por el contrario, lo haga pero a costa del nivel de actividad


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