EXPANSIóN, DéFICIT EXTERNO Y SUSTITUCIóN DE IMPORTACIONES DE LA INDUSTRIA DEL METAL
› Por Federico Kucher
La industria del metal básico, una rama tradicional del entramado productivo local, se favoreció con la salida de la convertibilidad aumentando las ventas en torno del 610 por ciento entre 2002-2011. El producto elaborado de metal, otro rubro particularmente castigado en los noventa, se destacó con el crecimiento del empleo, el salario y la facturación en los últimos años. En ambos sectores la rentabilidad contabilizó una fuerte alza en relación con el período de valorización financiera, impulsando los niveles de producción física. Hubo inversión que amplió la capacidad instalada, aunque la sustitución de importaciones fue escasa. El actual reto de la manufactura de metal, replicando la situación metal-mecánica, es sustituir y, así, recortar el déficit comercial para acercarse al equilibrio externo.
El sector metálica básica (hierro, acero, aluminio) creció en todos los frentes. La exportación aumentó 275 por ciento entre 2002-2011. Medida en valores sumó cerca de 5000 millones de dólares el último año. El balance, una vez descontada la importación, registró 2000 millones de dólares, 20 por ciento del saldo comercial argentino. El director ejecutivo del Centro de Industriales Siderúrgicos, Luis Diez, explicó a Cash que “el valor de exportación ciertamente avanzó por precios, no por cantidades: el fenómeno de la demanda China disparó las cotizaciones internacionales”. Señaló que las cantidades subieron pero se destinaron al mercado interno.
La facturación total sumó 80.000 millones de pesos en 2011, y la siderurgia explicó el 65 por ciento. La rentabilidad de esa rama se recuperó con la salida de la convertibilidad: cuadriplicó el margen promedio de la industria manufacturera en 2004, mientras que representaba la mitad en el 2000. La masa de ganancias –impulsada por la mega devaluación del 2002– alcanzó 7800 millones de pesos, o sea que aumentó más de 30 veces en relación al uno a uno.
A diferencia de la metálica básica, la rama de la manufactura elaborada de metal se compone por pequeñas y medianas empresas. En los noventa la cuchillería, ferretería, herramientas de manos, elementos para la construcción registró una fuerte caída en la producción. El Indice de Volúmenes Físicos se achicó un 40 por ciento entre 1993-2000. La marcada apreciación del tipo de cambio abarató la importación: el fabricante local que no pudo competir en precios con Estados Unidos, China, Japón, Europa, Brasil cerró la planta. El mercado de trabajo, así, registró 14.000 despidos en la segunda mitad de la convertibilidad.
El estallido de la convertibilidad incentivó el regreso de esa industria nacional. El producto se duplicó en los primeros tres años del actual ciclo expansivo. La producción aumentó 145 por ciento en los últimos nueve años. Esto repercutió en el nivel de empleo: 98.000 puestos de trabajo registrados en 2011 frente a los 45.000 en 2002. El salario del sector avanzó 630 por ciento en la posconvertibilidad, superando el 480 por ciento registrado en el promedio de la actividad manufacturera. Asimismo, la facturación alcanzó 26.000 millones de pesos en 2011, y la inversión representó un 5 por ciento de la venta en estos años.
En tanto, la demanda interna se quintuplicó, y parte de ese consumo fue abastecido por la importación. El déficit comercial pasó de 300 millones de dólares a más de 1000 millones de dólares entre 2002-2011. Fernando Grasso, director del departamento de estudios económicos de Adimra afirmó a Cash que “este desequilibrio comercial es producto de factores complejos, entre los cuales no pueden esquivarse los efectos del proceso de desindustrialización que transcurrió entre mediados del ’70 y los ’90”. Los eslabones intermedios fueron los más afectados por la política de ese momento, y en la actualidad esto se traduce en una alta elasticidad entre el crecimiento de la economía y las importaciones.
Esta situación adquiere relevancia cuando se revisa el déficit comercial de toda la industria metal mecánica (manufactura de metal, maquinaria, autopartes, equipo de precisión) que alcanzó alrededor de 21.000 millones de dólares en 2011. Grasso indicó que “el desafío es avanzar en una mayor integración de los eslabones intermedios de la industria metal mecánica”. Es un reto mayor, el complejo importa 28.000 millones de dólares, un 40 por ciento de la importación total de Argentina
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