DISPUTAS COMERCIALES ENTRE BLOQUES
Mundo en conflicto
La crisis económica que afecta a las potencias está agudizando las pujas comerciales, que impiden avanzar en acuerdos multilaterales.
Por Raúl Dellatorre
Wim Dierckxsens es uno de los economistas europeos que trata de analizar la realidad económica mundial desde afuera de la visión autocentrada del Viejo Continente. Radicado en Costa Rica, dirige el Departamento Ecuménico de Investigaciones, en cuyo ámbito publicó “Fin del Capitalismo - Reencuentro con la historia”, un intento por explicar la actual recesión mundial. Participó en el II Encuentro Hemisférico contra al ALCA en La Habana, Cuba, donde entre otros planteos provocativos advirtió sobre el fin de los acuerdos comerciales multilaterales y los proyectos para convertir a la Argentina en un protectorado. En ese evento dialogó con Cash.
¿Por qué considera que ya es tarde para acuerdos multilaterales de comercio?
–Porque las potencias están en conflicto. Mientras había cómo repartir el botín entre EE.UU., Europa, Oriente con Japón a la cabeza, afectando a las demás regiones –América latina, Africa y al resto de Asia–, los acuerdos caminaban. Pero ahora resulta que el reparto está más o menos estructurado, las privatizaciones están hechas, ya entraron los productos internacionales y hay que ir a las tiendas delicatessen para encontrar los productos nacionales. Las multinacionales ya han adquirido las empresas que les interesaban. Por el sentido que están adoptando las inversiones en el mundo, también se ve afectado el crecimiento. La compra de una empresa estatal no es inversión. Y hoy las operaciones internacionales tienen más que ver con transferencias de títulos valores entre empresas que con inversiones para abrir nuevas fuentes de producción. Son inversiones que reparten el mundo, pero no empujan el crecimiento.
Entonces, ¿por qué el ALCA en este contexto? ¿Por qué la insistencia y la presión de Estados Unidos?
–El ALCA llega tarde, ya no estamos en una época en que hay paciencia para llegar a acuerdos. Pero, por otra parte, la agresividad ha aumentado en las relaciones económicas internacionales. Los norteamericanos no tienen más la paciencia de discutir y ver si se llega a un acuerdo en la mesa de negociación. Ahora necesitan imponer sus condiciones, porque necesitan los resultados ya. Tienen la crisis encima. Con una torta achicada, ¿cómo se acumula? Disputando con más agresividad para ver cómo se le saca una mayor porción de torta a otro. Hoy el conflicto se agudiza entre Estados Unidos y Europa, transfiriéndoles la recesión a otros.
¿Cómo interpreta la reciente política del FMI hacia la Argentina, demorando su apoyo a pesar de que el gobierno de Duhalde diera claras muestras de alineamiento con sus políticas?
Creo que dejar sin crédito a la Argentina fue una política deliberada de estrangulamiento. Todo este problema de falta de crédito, en momentos de una crisis financiera tremenda, genera una inestabilidad social y política, y provoca que haya cambio de gobierno. El propio FMI lo ha reivindicado como “la crisis que hemos sembrado”. La conclusión sería que los argentinos son incapaces de gobernar el país y por tanto la solución sería una suerte de protectorado.
Pero mientras existen proyectos como el que usted menciona para la Argentina, hay otros países que aparecen confrontando con las políticas neoliberales, como Venezuela o Brasil.
–Para seguir imponiendo el modelo neoliberal hoy, Estados Unidos, para abandonar la política multilateral, saca a relucir la cara imperial. Sobre todo a partir del 11 de septiembre de 2001, ya se puede volver a hablar del Imperio como política mundial de Estados Unidos. Ya no se habla de acuerdos sino de imponer unilateralmente. Por eso decía que el ALCA llega un poco tarde. Entonces el nacionalismo genera nacionalismo, el proteccionismo de Estados Unidos va a generar reacciones. En América latina, Chávez llegó al gobierno antes del momento crítico para la economía estadounidense. Lula, en cambio, llega en un momento en que el nacionalismo es posible. Cuando Lula define su modelo económico a favordel crecimiento, está diciendo: “Al diablo con esta globalización”, e impone mirar primero hacia adentro para saldar la deuda social.
¿La Argentina no cuenta con una opción similar?
–Sin dudas. Objetivamente el espacio existe, es eso o más de lo mismo, como podría ser la vuelta de Carlos Menem.
Ya que lo menciona, ¿no le conviene a Estados Unidos tener en Buenos Aires un gobierno títere para contrapesar a Lula en Brasil?
–Creo que les va a salir el tiro por la culata; que va a haber una América latina para los latinoamericanos. Creo que con su propia recesión, que va a ser muy grande, el conflicto se va a trasladar hacia donde más pesa, hacia Europa. Creo que Estados Unidos va a tener frentes de conflicto más importantes que América latina, como puede ser en Medio Oriente.