EXPANSIóN Y DESAFíO DE LA INDUSTRIA DEL PAPEL
› Por Federico Kucher
La industria papelera, impulsada por la rentabilidad, expandió su producción en los últimos años, logrando superar el estancamiento de la convertibilidad. Desde 2002 la rama avanzó en un proceso de sustitución de importaciones, lo que le permitió aumentar el empleo y los salarios. Las exportaciones también se incrementaron. La balanza comercial fue deficitaria pero sus resultados en promedio fueron menores a los que se acumularon en los noventa. Uno de los desafíos centrales del sector es controlar el ritmo de crecimiento de las importaciones.
El complejo papelero procesa las fibras de la madera (celulosa) y, con ese insumo, fabrica una multiplicidad de productos: papeles de escritura e impresión, papeles corrugados para cajas, cartulinas. En la convertibilidad la producción del sector no aumentó porque la demanda interna era cubierta con importaciones. La venta de los productos importados dejaba márgenes de utilidad más elevados que los de producir en el país. Con la ruptura de ese esquema de valorización financiera la ecuación cambió. La rentabilidad de la rama alcanzó para duplicar a la del conjunto de la industria. En unos pocos años los fabricantes nacionales aumentaron más de seis veces sus ganancias declaradas, al sumar hasta 1400 millones de pesos anuales. El constante incremento de las ventas en el mercado interno fue lo que les garantizó sostener esos beneficios.
Por este motivo, las papeleras se han reactivado, “avanzando en una progresiva sustitución de importaciones, aunque falta recorrer un largo trecho en esa dirección en la que es necesario realizar grandes inversiones”, explicó a Cash Osvaldo Vassallo, titular de la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel.
En 2002-2011 la producción nacional aumentó 75 por ciento. Se crearon 10.000 empleos formales y los trabajadores acumularon aumentos salariales del 491 por ciento. El sector mantiene ocupados a 35.000 asalariados registrados que se reparten en unas pocas empresas. Hay sólo ocho compañías, como Papelera Tucumán, Ledesma, Alto Paraná, que cuentan con la maquinaria para procesar el insumo básico (celulosa). El resto de las plantas, que tienen menor tamaño, trabaja sobre los distintos tipos de papel. Por las características particulares de la rama –necesita materias primas del sector forestal–, las provincias de Misiones, Tucumán, Jujuy y Santa Fe tienen los principales centros productivos. En total el conjunto de esas fábricas nacionales abastece alrededor del 70 por ciento del consumo doméstico.
Los aumentos de la producción no sólo cubrieron el incremento de la demanda en el mercado interno. Se alcanzaron importantes niveles en relación con las exportaciones. En los últimos nueve años, las ventas al mercado internacional lograron más que duplicarse, creciendo hasta los 670 millones de dólares. Muchos rubros se beneficiaron en un primero momento con la salida de la convertibilidad. Con los costos en pesos e ingresos en dólares recibieron un impulso inicial para aumentar la exportación de sus productos. Pero fue el incremento de la demanda regional lo que les permitió sostener el ritmo de crecimiento de esas exportaciones. Cerca del 60 por ciento de los productos se destinan a Brasil, Chile y Uruguay.
La industria papelera ha sido históricamente deficitaria en su intercambio comercial. Durante la convertibilidad el aumento de la importación y el estancamiento de la producción fueron el principal motivo de los desequilibrios. La crisis de aquel esquema de desindustrialización ocasionó una fuerte caída en el consumo, lo que frenó las importaciones. Por eso en 2002 el resultado comercial estuvo cerca de equilibrarse. Luego, la rápida recuperación de la economía estimuló las compras al sector externo, las que se han incrementado en un 85 por ciento desde 2005. En el promedio de los últimos diez años, la balanza comercial del sector alcanzó un déficit de 300 millones de dólares, lo que fue inferior al déficit registrado en los noventa (530 millones de dólares). Esa diferencia se explicó por el proceso local de sustitución de importaciones y el fuerte aumento de las exportaciones. En el Ministerio de Industria afirmaron a Cash que “el sector tiene todas las condiciones para autoabastecerse”. Explican que “el principal objetivo es ampliar la capacidad instalada de pasta celulósica (insumo básico) para alcanzar una sustitución de importación en los segmentos de alto valor agregado, como el papel de embalaje (corrugado)”
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