Dom 20.04.2003
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DEBATE SOBRE CRECIMIENTO Y EQUIDAD

Señor Anoop...

Uno de los economistas del Plan Fénix, de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA), redactó una irónica carta abierta a Anoop Singh.

Por Alejandro Vanoli *

Me dirijo a usted para expresarle mi satisfacción por los términos del discurso que formuló el pasado 12 de abril en los que exhortó a los líderes políticos a buscar el crecimiento con equidad. Al respecto quería comentarle que algunos economistas argentinos –quizás no los que en general usted ha frecuentado– han formulado este concepto desde ya hace muchos años. En tal sentido en septiembre de 2000, se constituyó el Grupo Fénix que elaboró un documento “Hacia el Plan Fénix: Diagnóstico y Propuestas: Una estrategia de reconstrucción de la economía argentina para el desarrollo con equidad”. Usted puede leerlos en la Revista Enoikos de nuestra Facultad números 19 y 20. Este Grupo ha trabajado en forma continua desde entonces desde la Universidad Pública con la perspectiva de brindar a la sociedad una propuesta alternativa. Estamos absolutamente convencidos como parece estarlo ahora usted que no hay crecimiento sustentable sin equidad y que no hay equidad sin crecimiento.
Realmente lamento que sus conceptos a los políticos no hayan sido manifestados en los últimos años, y que no hayan sido parte de las condicionalidades de los programas que muchos países endeudados incluyendo la Argentina firmaron en más de 28 años.
Usted me dirá que la culpa no es sólo del FMI sino de la dirigencia y de la sociedad argentina y estará usted parcialmente en lo cierto. Las culpas colectivas y la de sus últimos gobiernos son incuestionables. Sin embargo, y tal como expresaron muy conocidos ex funcionarios del FMI y del Banco Mundial, el FMI no ha sido ajeno a nuestra tragedia, que es la misma de tantos países y tantas personas. Concordará además que algunos países que limitaron los flujos de capital especulativos e hicieron políticas contracíclicas como Chile o Malasia han tenido mejor destino.
Hemos notado una curiosa asimetría entre las políticas aplicadas en los países del Norte y las recomendadas a los países del Sur. Supongo que habrá sido una lamentable confusión y no habrá habido interés manifiesto. Concordará entonces en que algunas reglas muy básicas de la economía funcionan igual en ambos hemisferios –y no están invertidas como las estaciones del año– lo cual requeriría que el sentido de nuestras políticas fiscales y comerciales sean similares a las de los países exitosos.
En sus periódicas visitas habrá podido reflexionar y habrá podido ver aunque más no sea entrando y saliendo a su limusina, cómo se ha incrementado la pobreza en Argentina en estos años. Aunque no haya tenido la fortuna de visitar nuestro país tiempo atrás, seguro sus interlocutores y colegas no discreparán sobre el particular.
Me angustia recordar un discurso de Paul Krugman en 1998: “En síntesis, la política económica internacional termina teniendo muy poca relación con la ciencia económica. Más bien se convierte en un ejercicio de psicología de amateurs en el cual el FMI y el Departamento del Tesoro de los EE.UU. tratan de convencer a los países de que hagan cosas que, según aquéllos confían, el mercado percibirá como favorables. No hay que extrañarse de que, tan pronto se desatare la crisis, los manuales de economía sean arrojados por la ventana”.
Seguro usted relacionará nuestra acuciante realidad con los objetivos fundacionales del FMI en particular el punto ii del Artículo 1 de los Acuerdos Constitutivos del FMI “... promover altos niveles de empleo y de ingresos...” y coincidirá en nuestra preocupación no ya sobre el pasado, sino sobre el presente y futuro y pensará en cómo remediarlo.
Quizás esté usted muy ocupado para leer nuestros documentos, por eso y ante la eventualidad que sus interlocutores locales de siempre omitan algunas pocas ideas, ni siquiera demasiado originales, me tomé el atrevimiento de escribirle estas líneas. Hablando del presente, qué importante sería entonces que no pidiera aumentar el endeudamiento público para compensar a ningún sector, que promueva políticas monetarias adecuadas a un proceso de depresión. Qué importante hacia el futuro sería que en la reformulación de la Carta de Intención promueva políticas fiscales prudentes pero adecuadas a un proceso recesivo, que no insista con megaajustes de tarifas, etc.
Qué importante sería que el FMI impusiera metas cuantitativas vinculadas con el desarrollo económico, pidiera medidas concretas para reducir la desigualdad del ingreso, eliminar la pobreza extrema, obligue a un hambre cero y no a un déficit cero.
Estoy seguro de que en el fondo de su corazón anudan sentimientos humanitarios, a veces recordará al profesor Stuart Mill señalando acerca de lo lúgubre de la ciencia económica, se le mezclarán recuerdos infantiles de la pobreza lacerante de la India y de cómo se extiende impiadosa en el mundo, en especial acá abajo del globo.
Sr. Singh: los argentinos que queremos un país con crecimiento y equidad nos hemos visto obligados a dispersar nuestro voto, y estamos prendiendo velas a efectos de evitar un desastre humanitario en la segunda vuelta, que permita el regreso de nuestros viejos dirigentes, a caballo de nuestra amnesia o nuestro cinismo.
Sinceramente.

* Economista, FCE-UBA.

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