PERSPECTIVAS DE LA POTENCIA REGIONAL Y LA SITUACIóN INTERNACIONAL
La industria brasileña no logra arrancar pese a los estímulos fiscales y financieros del gobierno de Dilma Rousseff. El crecimiento industrial per cápita fue de apenas 0,5 anual entre 1990 y 2003.
› Por Marcelo Justo
Las últimas estimaciones del crecimiento de Brasil han encendido luces de alarma en el gobierno de Dilma Rousseff. La industria es uno de los sectores más golpeados, con una caída interanual del 3,3 por ciento en marzo, que llevó a que varios analistas redujeran las estimaciones de crecimiento para este año y el próximo. Cash dialogó con el codirector del heterodoxo Center for Economic and Policy Research de Washington, Mark Weisbrot, para analizar las perspectivas de la economía brasileña.
Es el tercer año que la economía de Brasil tiene un crecimiento anémico. ¿A qué se debe?
–Toda América latina está sufriendo el golpe de la crisis mundial. Esa es la realidad. En su último informe, el FMI redujo las expectativas de crecimiento para toda la región. El problema viene de Estados Unidos, Europa y China. No hay que olvidar que hasta que en agosto del año pasado el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, indicó que haría todo lo necesario para salvar al euro, existía el peligro de una crisis financiera mundial como la de 2008. Este pánico fue controlado, pero Europa sigue en una situación de recesión. Estados Unidos está creciendo, pero vive amenazado por la restricción fiscal que el Congreso no ha podido solucionar y que podría pasarle la cuenta más tarde en este año; todo lo cual genera mucha incertidumbre. Y China está creciendo menos.
El gobierno ha buscado separarse del monetarismo que dominó la política económica brasileña desde los ’90. Con Dilma Rousseff se han bajado las tasas de interés y se ha intentado estimular la industria. Pero por el momento esto no ha dado resultado.
–Esas políticas toman tiempo en surtir efecto. Hay más de 20 años de descuido detrás de la industria. El crecimiento industrial per cápita fue de un 0,5 anual entre 1990 y 2003. Esto no se resuelve de la noche a la mañana. Pero creo que la economía se recuperará. La inversión terminó al alza en 2012 y el gobierno tiene cuantiosas reservas que puede usar en cualquier momento para estimular su economía. Es un debate que ha habido en Estados Unidos. Lamentablemente, el gobierno de Barack Obama prefirió un estímulo moderado en vez del que promovía Christina Romer en el consejo de asesores económicos del presidente. En la crisis de 2008 y en la actual, China apostó a una gigantesca inversión para mantener la actividad económica. Exactamente lo opuesto a lo que hace la Unión Europea, que sigue manteniendo una demente política de austeridad. Creo que Brasil tendría que seguir el ejemplo chino.
En Brasil, la magnitud del estímulo no ha sido suficiente para revertir el camino de desindustrialización. Según el académico de la Universidad de Cambridge José Gabriel Palma, hoy la industria de Brasil es la mitad de lo que era en 1980 en relación con el PIB.
–Precisamente por eso cambiar esta situación llevará tiempo. Se necesita una política industrial con estímulo de sectores claves y estratégicos. Pero pienso que en la segunda mitad del año ese panorama cambiará.
¿Puede este discreto desempeño actual complicar las posibilidades de reelección de Dilma Rousseff el año próximo?
–No. Hay que recordar que ha habido un enorme cambio en la distribución del ingreso, un aumento de alrededor del 28 por ciento en el ingreso per cápita desde que el PT está en el poder y una fuerte caída en el desempleo. Por eso los índices de aprobación de Dilma Rousseff son tan altos a pesar de los problemas económicos que pueda haber. Y no olvidemos que esta mejora en los niveles de vida es tan importante como los otros factores para el crecimiento de la economía.
¿Ve alguna señal de recuperación en la economía mundial hasta las elecciones?
–No tengo la bola de cristal. Si la tuviera, sería millonario. Por el momento, lo que se ven semana a semana son indicadores mixtos. Pero no creo que estemos avanzando hacia una nueva recesión mundial. En la última tuvimos unas gigantescas burbujas especulativas que explotaron al mismo tiempo. No hay nada que se le parezca. Lo que tenemos hoy es una política fiscal incorrecta en muchos países, en especial en Europa. Pero eso se puede corregir. Habrá que ver. Hay muchos inversores que sí están apostando a que se viene una nueva recesión mundial
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