OBRAS PúBLICAS, FINANCIAMIENTO Y DESARROLLO NACIONAL
El autor afirma que es posible realizar grandes obras de infraestructura en Argentina sin financiamiento internacional. El impacto sería un crecimiento adicional del PBI en 1,6 por ciento y serviría para intervenir en la Estructura Productiva Desequilibrada de la economía local.
› Por Bruno Capra *
El Gobierno ha tenido un mensaje elocuente sobre el objetivo de industrialización con más empleo e inclusión social, que puede exhibir en robustas variaciones positivas a lo largo de su ciclo político. Pero no ha tenido una estrategia articulada para enfrentar las consecuencias de ese crecimiento considerando la existencia de una Estructura Productiva Desequilibrada (EPD). Esta se encuentra como limitante en los fundamentos y se manifiesta, cuando llega el momento, como restricción externa. Esto es, la escasez de divisas para abastecer a esa industria demandante de crecientes insumos importados y el aumento del consumo doméstico por el alza de ingresos, que incrementa la compra de bienes suntuarios (autos, electrónica, combustibles y turismo al exterior). Alfredo Zaiat el 14/12/2013 en el artículo “EPD”, agrega: “...que no es sencillo alcanzar el triple objetivo de pleno empleo, salarios reales elevados e industrialización con equilibrio en la cuenta corriente del balance de pagos. No es un trilema sencillo de abordar, porque el pleno empleo y el alza de salarios generan aumentos de ingresos y de consumo, que colisionan con la escasez de divisas (restricción externa) por la demanda de importaciones, debido a la existencia de una estructura productiva desequilibrada, emergiendo tensiones sectoriales y poniendo de ese modo límites al crecimiento económico”.
Asumir las reglas de esta EPD permite no perder de vista el correcto diagnóstico del momento económico del país.
Los ministerios de Economía y Planificación salen de urgencia a buscar financiamientos para obras de infraestructura. Para éstas se puede conseguir, en general, financiación atada a los productos que se venden. Esta financiación casi no implica divisas frescas para el país, sino sólo compromisos de pagos al futuro. Lo que se envía no es dinero, sino los bienes que se contratan. Este comportamiento se evalúa como que colabora en el desarrollo del país, pero en realidad agrava el problema de la EPD y acerca al temido fenómeno del “Stop and Go” de la economía que ha sufrido múltiples veces en Argentina.
El paquete de obras de infraestructura planteadas para ser financiadas y construidas (y también mantenidas) son represas hidroeléctricas medianas y una torre de comunicaciones. Todos estos bienes son construibles en Argentina en prácticamente un ciento por ciento.
Pedir esos financiamientos atados es destruir la capacidad interna de realización desde la ingeniería hasta la pintura final. También es aumentar el futuro endeudamiento impactando en la balanza de pagos. Es la afectación de la capacidad de realización nacional en campos sensibles del desarrollo nacional, como ya está sucediendo, por ejemplo, con los generadores eólicos, daño que puede ser muy importante. Se pierde o se deja de aprovechar así parte de lo avanzado en ciencia y tecnología.
En ambos casos, con una fabricación nacional o importada, el suministro energético se obtiene, por lo que su necesidad no está en discusión. Cabe destacar que en el caso de importar, la calidad y cantidad de suministro eléctrico es menor en las obras de las represas chinas que en las posibles de realizar en Argentina, donde se han observado eficiencias de las turbinas locales por mejor diseño y tecnología del 10 por ciento, lo que implica grandes ventajas económicas de explotación.
En el artículo “Compre argentino” (ver Cash de Páginal12 del 6-1-13), los autores consideran que hacer las obras en el país, sin pedir financiamiento internacional, hace crecer el PBI por encima de lo que se logre sin las obras, y en particular es mayor el PBI industrial, que es donde se refleja el empleo y la distribución del ingreso. Por cada peso nuevo gastado en el mercado interno, al final del año habrá 5 pesos de riqueza nueva generada. El factor multiplicador es 5.
Se estima un cálculo del Producto Bruto a perder por la contratación de las obras en el extranjero: represas hidroeléctricas más una torre de comunicaciones por un importe declarado de 19.000 millones de dólares, que se agregan a las represas del río Santa Cruz por 6000 millones de dólares. El total de estas obras suma 25.000 millones de dólares.
Asumiendo las siguientes premisas:
a. La totalidad de esas obras es realizable en Argentina con una integración del ciento por ciento (si no fuese así, que los planificadores calculen con precisión el porcentaje de importado, pero lo más probable es que sea muy bajo).
b. El tiempo de ejecución de las obras de cada uno de los proyectos es de 5 años.
c. El grado de avance será lineal en el tiempo. O sea, que la obra de 5 años avanza a razón de 1000 millones de dólares por año.
d. Es factible emitir pesos para financiar las obras con tratamiento diferenciado para la correcta imputación del gasto.
e. Se considera posible que haya recursos humanos para hacer estas obras, con lo que no sería inflacionaria esta emisión si se absorben recursos no ocupados.
f. El factor de multiplicación de la moneda es 5. O sea, que por cada peso de moneda nueva que inyecto al circuito para la realización de estas obras, se obtiene al final del año una riqueza nueva por 5 pesos, sin considerar ningún multiplicador secundario u otros, lo que aumentaría el factor.
Haciendo cuentas, el saldo es que con el PBI básico (en pesos) equivalente a 400.000 millones de dólares y el monto de obras de 25.000 millones de dólares, con 5 años de ejecución, se requiere el equivalente en pesos por 5000 millones de dólares por año. El resultado es un incremento del PBI que implica 1,6 por ciento anual.
Con las consideraciones hechas, la búsqueda por el mundo de financiar y construir un paquete de obras necesarias implica una pérdida tangible de genuino PBI nacional necesario para avanzar en los derechos del trabajo nacional. También de importantes capacitaciones en el rubro, que significan una parte importante en el atraso de Argentina en el concierto mundial de desarrollo relativo.
El proyectar para lo nacional es una opción de política económica congruente con los derechos humanos y responde a las recomendaciones de pactos internacionales sobre la materia, en particular con el que trata de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que dice: “No puede realizarse el ideal del ser humano libre, liberado del temor y la miseria, a menos que se creen condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos”
* Ingeniero, miembro del Instituto de Energía Scalabrini Ortiz (IESO) y de la Central de Entidades Empresarias Nacionales (CEEN).
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux