CRéDITOS HIPOTECARIOS Y LA INCIDENCIA DEL PRO.CRE.AR. 2010-2014
El Gobierno abordó la cuestión de la vivienda con el Pro.Cre.Ar. El Tesoro realizó un aporte inicial para el Fondo Fiduciario del plan y el Estado sumó tierras fiscales urbanas para la conformación inicial del patrimonio de ese fondo.
› Por Santiago Mancinelli *
Los créditos hipotecarios pasaron del 5,97 por ciento del Producto Bruto Interno en 2001 a 1,46 por ciento en 2010. La primera reacción del gobierno nacional fue la implementación de trece programas de viviendas que dieron por resultado 900.700 soluciones habitacionales concretadas entre mayo de 2003 y diciembre de 2011.
El fondeo público de esos programas no tuvo acompañamiento por el sistema financiero, al punto que en julio de 2012 el gobierno nacional volvió a tomar la iniciativa y lanzó el financiamiento de Pro.Cre.Ar. (Programa de Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Unica Familiar), en el que participan la Anses y el Ministerio de Economía, y también inversores privados.
El Tesoro nacional realizó un aporte inicial para la conformación del patrimonio del Fondo Fiduciario Pro.Cre.Ar. Bicentenario, garantizando todas las emisiones de deuda del programa, al tiempo que el Estado nacional aportó tierras fiscales urbanas para la conformación inicial del patrimonio de ese fondo.
La participación de la Anses se canaliza a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) como fuente de inversión durante los primeros cinco años del Programa en el Fondo Fiduciario. El Banco Hipotecario implementa el otorgamiento y cobro de los créditos, garantizando la ejecución del programa y constituyéndose legalmente en el fiduciario del Fondo que está abierto a la participación de inversores privados a través de oferta pública.
Al 21 de enero del 2014 el Plan Pro.Cre.Ar. llevaba finalizadas más de 18 mil obras, sobre un total de 92.265 proyectadas. La reactivación que produjo el plan tuvo un efecto positivo sobre los créditos hipotecarios, logrando que al año y medio de lanzado el Pro.Cre.Ar. pasaran de representar el 1,33 al 1,63 por ciento del Producto Bruto Interno, marcando un crecimiento del 23 por ciento sobre la participación que tuvieron en julio de 2012. En montos otorgados, ese financiamiento pasó de fondear 30.236 millones de pesos a 44.206 millones, o sea, 46,2 por ciento más en ese año y medio.
Con el 19 por ciento de obras finalizadas sobre la ya asignadas, se vislumbra que la masa total de créditos hipotecarios alcanzará nuevos picos que repercutirán sobre el nivel de actividad económica, la creación de empleos y el acceso a la primera vivienda. Según el Banco Hipotecario, los más de 158.000 créditos sorteados el 23 de octubre del 2013 representan diez veces la cantidad de créditos hipotecarios originados por el sistema financiero en 2012, que fue de 15.000 y superior al número de créditos entregados por el Plan Eva Perón en la década del ’50, que fueron 120.000 y uno de los mayores de la historia argentina.
En octubre de 2013 la Comisión de Valores aprobó el primer tramo del Fideicomiso Pro.Cre.Ar. por un monto de hasta 15.500 millones de pesos, convirtiéndose en el mayor instrumento financiero del mercado de capitales de nuestro país.
A diferencia de otros períodos históricos, en los cuales se incentivó el otorgamiento de créditos hipotecarios, el plan Pro.Cre.Ar. incentiva el aumento de la masa de créditos otorgados mediante financiamiento del sistema previsional, o lo que fuera antes el Banco Nacional de Desarrollo (Banade), que actualmente funciona con otra figura legal con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses.
En 1956 se registra el mayor nivel de financiamiento de la vivienda a través de créditos hipotecarios, alcanzando el 12,95 por ciento del Producto Bruto Interno, participación que fue el resultado del impulso que le dieron los dos gobiernos de Perón a ese instrumento financiero. A partir de ese año el financiamiento de la vivienda vía crédito hipotecario comenzó a declinar, hasta alcanzar el mínimo histórico en 1982, con 0,82 por ciento. En el período 1946-1955, las reformas promovidas canalizaron el ahorro privado en el sistema financiero, destinándolo a créditos con determinación de plazos, tasas, montos y exigencias del propio Banco Central mediante la nacionalización del ciento por ciento de los depósitos. El instrumento para canalizar el ahorro interno hacia la vivienda fue a través de líneas de redescuento del Banco Central.
La reforma de la Carta Orgánica, promulgada en marzo de 2012, rescató al Banco Central para el ejercicio de políticas públicas. Los cambios introducidos en los objetivos y facultades del BC le permitieron orientar el crédito mediante la fijación a las entidades financieras de la obligación de prestar hasta el 5 por ciento de los depósitos con fines y perfiles de prestatarios y tasas, plazos y montos definidos por el Central. Para fines del año corriente, el monto prestado de acuerdo con esa línea de financiamiento debería alcanzar el 15 por ciento de los depósitos del sistema financiero.
Es esperable que, tal como se ha financiado en los últimos dos años a un sector estratégico como pequeñas y medianas empresas, reaparezca el crédito hipotecario como una opción financiera accesible. Probablemente no a los niveles que alcanzó durante las dos primeras presidencias de Perón pero sí con mayor incidencia que en la actualidad.
* Economista (UBA, UNR).
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