Al Director General de Aduanas, Lic. José Sbatella:
Tengo el agrado de dirigirme a Ud. a fin de hacerle llegar nuestra opinión respecto a las declaraciones periodísticas efectuadas en el diario Página/12 (suplemento Cash) el pasado 13 de julio. En principio reiteramos que compartimos su determinación de combatir el contrabando y la evasión, como así también sus expresiones sobre el proceso de desarticulación que sufrió el Organismo y la problemática derivada de las carencias estructurales y de equipamiento, a pesar de las reiteradas expresiones de fortalecimiento institucional que han venido prometiendo las sucesivas direcciones.
Nos han causado desagrado y preocupación las expresiones vinculadas con el desempeño del personal aduanero, donde una vez más se tiende un generalizado e injusto manto de sospecha que afecta al conjunto de los trabajadores. Ud. ha afirmado que el 50 por ciento del personal está sumariado, aseveración errónea e inexacta: ha quintuplicado la cantidad de agentes sumariados, afectando seriamente frente a la opinión pública el prestigio de esta Institución. Ello resulta más grave aún cuando además no se efectúa aclaración alguna en orden a la gravedad de las supuestas faltas disciplinarias, que en la mayoría de los casos (más de un 80 por ciento de los sumarios) se refieren a faltas leves. En suma, el grueso error en la cantidad de sumariados, como su relevancia, asignan un carácter peyorativo que perjudica seriamente la imagen del Organismo.
Similar connotación lleva su manifestación en cuanto al desplazamiento de funcionarios de larga trayectoria y probada capacidad, enrostrándoles responsabilidades por decisiones políticas totalmente ajenas a su esfera de decisión, afectándolos inmerecidamente en su reputación.
En función de la experiencia vivida personalmente, me permito señalar como poco feliz su alusión –en el referido reportaje– a la necesidad de efectuar “un proceso de depuración” pues ello me trae inexorablemente a la memoria el mismo lenguaje utilizado por el régimen militar de 1976, que precisamente apeló a la misma verba para desatar –entre otras calamidades– una ola indiscriminada de persecuciones y despidos al amparo de las leyes de prescindibilidad.
Recuperar el pleno y eficaz funcionamiento de la Aduana para que contribuya a proteger el trabajo y la industria nacional es un objetivo largamente anhelado por el conjunto de los aduaneros; el primer paso para ese proyecto estriba en el respeto por el profesionalismo, conocimiento y experiencia del personal aduanero y requiere su apoyo, aliento y estímulo antes que su pública denostación.
En consecuencia y dada la legítima preocupación que sus declaraciones han provocado en la comunidad de trabajo, es que vengo a solicitarle una urgente rectificación o aclaración de sus expresiones a fin de contribuir a la paz social que entre todos debemos mantener y consolidar