Dom 14.09.2003
cash

DEFICIENCIA DE LA DEMANDA E INTERVENCIóN ESTATAL

“Se puede llegar el pleno empleo”

Aumentar el monto del Plan Jefas y Jefes alentaría la demanda impulsando el crecimiento, generando así que el sector privado reclame más trabajadores. Esa es la receta de dos economistas estadounidenses poskeynesianos de visita en el país.

Por Fernando Krakowiak

Jan Kregel y Randall Wray son dos economistas poskeynesianos del Center for Full Employment and Price Stability de la Universidad de Missouri. Hace pocos días estuvieron en Buenos Aires exponiendo sus ideas para implementar un programa de empleo público que termine con la desocupación y reactive la demanda. En diálogo con Cash sostuvieron que el Plan Jefas y Jefes podría cumplir esa función si se extiende su alcance y se aumentan los montos que perciben los trabajadores. También aseguraron que la expansión de la demanda no debería generar presiones sobre los precios porque, a diferencia de los ‘80, “en América Latina las economías son más abiertas y los Estados, más chicos”.
Ustedes recomiendan un programa de empleo público para terminar con la desocupación, ¿es posible aplicarlo en Argentina sin alterar la estabilidad monetaria y de precios?
Randall Wray: Nosotros planteamos que cualquier persona que esté capacitada para trabajar debería tener un empleo con un salario básico financiado por el Estado. En Argentina se puede lograr el pleno empleo extendiendo el Plan Jefes y aumentando el monto que perciben los trabajadores. El programa debería proveer bienes y servicios públicos. Siempre que el salario se mantenga constante no debería ser inflacionario. La cuestión es si Argentina va a utilizar el superávit primario para pagar deuda o mejorar el nivel de vida de la gente.
Jan Kregel: Las crisis inflacionarias en América Latina se produjeron porque el Estado era muy grande y las economías, muy cerradas. Eso generó cuellos de botella que llevaban a la hiperinflación. Pero actualmente las economías son más abiertas y los Estados, más chicos. Las posibilidades de expansión de la demanda son más amplias sin tener presiones sobre los precios.
¿En qué nivel se debería fijar el salario del programa?
RW: Para ello se requiere un estudio más preciso, pero está claro que actualmente los montos son muy bajos. Una evidencia es que la gente que recibe el Plan Jefes está por debajo de la línea de pobreza y el nivel general de demanda agregada sigue siendo muy bajo. En Argentina muchos trabajadores del sector privado también están por debajo de la línea de pobreza. ¿Qué pasa si el salario mínimo que paga el Estado lleva a los trabajadores del sector privado a volcarse al programa?
JK: Es una de las consideraciones que hay que hacer cuando se decide dónde fijar el salario. En un comienzo no sería muy razonable fijarlo en un valor muy por encima de lo que se está pagando. Luego hay que esperar que crezca la demanda para acercarlo a los valores recomendables.
RW: Además, cuando uno implementa un programa de este tipo se incrementa la demanda agregada y el sector privado pasa a demandar nuevos trabajadores.
La propuesta que ustedes formulan choca con las recomendaciones del FMI.
JK: Al FMI le interesa que Argentina pague su deuda externa. Esto se puede lograr tratando de generar un excedente primario importante o reconociendo que lo único que se puede hacer es refinanciar la deuda y esperar que la economía se desempeñe lo suficientemente bien para atraer inversores extranjeros. Para ello la economía debe utilizar sus recursos plenamente para generar ingresos y riquezas. Si uno sigue las sugerencias del FMI se encuentra con que actualmente el 40 por ciento de la economía no está puesta en marcha para generar los recursos.
Si el FMI sigue exigiendo aumentos en el superávit primario ¿Argentina debería romper con el organismo?
JK: Cuando (Horst) Köhler estuvo en el país dijo que la única forma para que Argentina pague la deuda es que antes crezca. Ahora se lo debe decir a sus funcionarios para que dejen de sugerir lo de siempre. El FMI debería implementar los programas que permitan refinanciar la deuda de Argentina. Si reincide en sus errores sería muy razonable que Argentina dijera que no necesita más del organismo.
Desde la ortodoxia económica se identifica la falta de un acuerdo con el FMI como el apocalipsis para el país.
JK: La primera consecuencia es que no se puede pedirle prestado al FMI, pero ellos no están prestando ahora. Tampoco se podrían tomar préstamos internacionales, pero tampoco están disponibles. Se podría perder parte de la inversión extranjera directa proveniente del exterior. Pero los sectores que están teniendo un mejor desarrollo, como el agrobusiness, no necesitan de esa inversión. Además, si uno ve los sectores industriales, el principal problema no es de inversión sino de falta de demanda. En el corto y mediano plazo son muchos menos los problemas que los beneficios. La otra amenaza es que uno podría quedar eternamente al margen de los mercados internacionales, pero a ningún país le sucede eso porque los inversores extranjeros van a regresar al país cuando acá comience a haber actividad económica y posibilidad de buenos retornos.
RW: Lo que no entienden los economistas ortodoxos es que acá hubo un cambio de paradigma cuando se abandonó la convertibilidad. Ahora no se necesita pedir prestados dólares en el exterior para estimular la demanda doméstica.

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