EL FRACASO DE LA CUMBRE DE LA OMC
“La culpa fue de EE.UU. y Europa”
Por C.C.
Para Alberto Dumont, la reciente cumbre de la Organización Mundial de Comercio en Cancún fue un fracaso, pero por razones distintas a las que plantean tanto la Cancillería local como el gobierno de Inácio Lula da Silva. El encuentro no fracasó porque el Grupo 22 se opuso a los subsidios agrícolas de los grandes como Estados Unidos, Europa o Japón, sino porque éstos impidieron que se llegara a debatir el tema agrícola.
Usted estuvo en la cumbre de Cancún. ¿Cree que el fracaso fue un triunfo del G-22?
–Hubiera habido un triunfo si los reclamos que planteó el grupo hubieran tenido respuesta. Allí sí podríamos habernos sentido satisfechos. Pero nunca se llegó a esa etapa. Nunca se pudo llegar a discutir, siquiera, el documento del grupo, confrontándolo con otros que estaban sobre la mesa. Por el contrario, Estados Unidos o Europa impusieron la discusión sobre los temas de Singapur (comercio de servicios, inversiones, compras de los gobiernos, etc.), y la falta de acuerdo sobre esto impidió debatir sobre la cuestión agrícola.
¿Qué busca resolver prioritariamente Argentina en la OMC?
–Argentina tiene una agenda amplia y resolver la discriminación de los productos agrícolas es prioritario. Pero también le importan otras cosas, como los cambios al régimen antidumping, las políticas de inversiones, cómo se tratará el tema de deuda y finanzas en la OMC, la posibilidad de que impongan la denominación de origen y otras tantas cuestiones.
¿En la medida que las discusiones en la OMC se estancan, Argentina queda más próxima al ALCA?
–En noviembre tendremos una reunión ministerial en Miami y ahí definiremos una estrategia con nuestros socios del Mercosur y otros del continente. Hay una razonable expectativa que los plazos del ALCA se cumplan (enero del 2005).
¿Qué cree usted que debe hacer Argentina respecto al ALCA?
–Yo diría que estamos muy bien encaminados.
¿Qué significa “bien encaminados”?
–Que trabajamos en conjunto con el sector privado, definimos con ellos la política de oferta y las demandas para que se liberen los mercados. No veo que tengamos un problema de fondo en esta negociación.
¿Argentina tendrá ventajas concretas con esta integración o corre el riesgo de abrirse más a cambio de poco y nada?
–Depende del ejercicio negociador. Integrarse al ALCA es perforar mercados con mayor poder adquisitivo. Básicamente el mercado norteamericano pero también el canadiense y el mexicano. Y eso es muy bueno para nosotros.