EVALUACIóN DEL PROYECTO DE LEY DEL PRESUPUESTO 2017
La propuesta del Gobierno refleja el modelo económico vigente dependiente de la supuesta lluvia de inversiones y del endeudamiento interno y externo. Proyecciones poco creíbles de inflación, déficit fiscal y crecimiento.
› Por Lucía Converti *
El proyecto presentado por el Poder Ejecutivo de la considerada Ley de Leyes refleja con claridad el modelo económico vigente, dependiente de la supuesta lluvia de inversiones y del endeudamiento interno y externo. Los principales indicadores macroeconómicos proyectados en el Presupuesto son los siguientes.
- El crecimiento del PIB para 2017 será de 3,5 por ciento, mientras que el 2016 cerrará con una caída del 1,5.
- La inversión y las exportaciones aumentarán 14,4 y 7,7 por ciento, respectivamente.
- El aumento del consumo será de 3,5 por ciento.
- La inflación se ubicará entre 12 y 17 por ciento.
- La devaluación será de alrededor de un 20 por ciento alcanzando un dólar promedio de 17,92 pesos.
- Se estima un déficit fiscal de 6,91 por ciento del PBI
- El Gobierno espera recaudar el año próximo el 25,97 por ciento del PIB, lo que representa una caída del 26,7 por ciento respecto a 2016.
La proyección de las variables macroeconómicas no sólo son poco creíbles, sino contradictorias con el propio discurso oficial. Se plantea una economía impulsada por la inversión, principalmente extranjera, y las exportaciones, pero el estancamiento de la actividad económica y la previsión de caída del PBI para 2016 hacen que estas expectativas sean de muy difícil cumplimiento. Por otro lado, los números de inflación, presión y déficit fiscal todavía dejan mucho que desear a las estimaciones de consultoras locales e internacionales.
La inflación se estima alrededor del 17 por ciento. Solamente puede alcanzarse con el estancamiento del Producto, pero habría que obviar el ya conocido aumento de tarifas que se postergó para 2017, la inflación cambiaria por la devaluación prevista y el cierre de paritarias al alza.
El discurso oficialista ha reiterado que la presión tributaria es supuestamente excesiva, por lo que ha prometido una y otra vez el deseo de eliminar el Impuesto a las Ganancias de los asalariados. Sin embargo, en la proyección de ingresos realizada para el Presupuesto 2017, tanto la recaudación por ese tributo como la recaudación total aumentan por encima de la inflación. Por tanto, si la idea es eliminar el Impuesto a las Ganancias o reducirlo, la existencia de recursos se vería fuertemente afectada, y no aumentar tal y como se desprende del proyecto de presupuestos.
Otro falso eje discursivo es la disminución del déficit fiscal: el mismo creció en 2016 con respecto a 2015, y muestra una leve caída en el proyecto presupuestario. Sin embargo, si consideramos las posibilidades antes mencionadas de superar la inflación prevista y una supuesta política de reducción de la presión fiscal, el déficit podría ser aún mayor.
Hasta acá hemos mencionado solamente los aspectos contradictorios del presupuesto para el modelo económico vigente. Ahora detallaremos sus implicaciones tendría en la política económica y sus efectos sociales.
- El gasto previsto para el Ministerio de Energía cae 18 por ciento nominalmente, demostrando la intención firme de seguir reduciendo los subsidios a la energía.
- El presupuesto considera un aumento de salario del 17 por ciento, es decir, equivalente a la inflación proyectada. Lo que no tiene en cuenta el presupuesto es la pérdida de salario real de entre 10 y 15 por ciento con que se calcula terminará el 2016. Si a esto se le suma las grandes posibilidades de que la inflación sea mayor, la opción es entre una paritaria bastante más alta del 17 por ciento o una fuerte caída del salario real.
- El incentivo al desarrollo cultural tampoco es uno de los fuertes del macrismo. Ese Ministerio ve disminuido fuertemente su presupuesto si se considera la inflación de precios prevista para el año ya que el aumento de fondos es del 4,4 por ciento.
- En otro sentido, pero más preocupante desde lo inmediato, es que el presupuesto plantea también una caída real del presupuesto destinado a Salud. El deterioro de la salud pública en el último año se ha profundizado, la cantidad de gente que accede a la misma como única opción crece, no así el interés político del gobierno por invertir en ella.
Pero el presupuesto no sólo pinta un malestar para el año entrante, sino que compromete el futuro a largo plazo.
- Por un lado los ministerios de Producción, de Agroindustria y de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva tienen una considerable reducción de sus presupuestos en términos reales, demostrando concretamente que la producción industrial y el desarrollo tecnológico no va a ser una de las apuestas del gobierno.
- Por el otro, más allá de considerar el fuerte aumento de las exportaciones, se espera que las importaciones aumenten aún más, dando negativa la balanza comercial. Sumado a esto el giro de utilidades y dividendos y el pago de intereses de la deuda van a complicar el resultado del balance de pagos. En este sentido, la necesidad de financiamiento externo asciende a 96.386 millones de dólares, el 74 por ciento de este monto será para refinanciar deuda y pagar vencimientos. De los 24.450 millones de dólares restantes, 18.000 millones serán utilizados para gastos corrientes.
En síntesis, si al endeudamiento presupuestado sumamos los 34.000 millones de dólares de endeudamiento neto del 2016, el presupuesto consolida un nuevo ciclo de endeudamiento. Esto supondrá el regreso a los organismos financieros de crédito, la profundización de la dependencia económica de los capitales extranjeros, la caída de la producción nacional, el reemplazo de los puestos de trabajo productivos por la economía de servicio (en el mejor de los casos) y la ya evidente caída del salario real.
* Investigadora de la Unidad de Debates Económicos de CELAG.
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