APUESTA OFICIAL A LA INVERSIóN PúBLICA Y AL CONSUMO PARA REACTIVAR LA ECONOMíA
Después de fracasar con la “lluvia de dólares” de inversiones extranjeras y sin reversión de la tendencia recesiva, el Gobierno aspira a que la expansión del gasto público en obras encienda el motor económico.
› Por Federico Kucher
El segundo semestre muestra un cambio de tendencia en el discurso del equipo económico. El tipo de cambio real, tasa de interés en pesos, uso de Adelantos Transitorios (emisión del Banco Central para financiar gastos del Gobierno) y déficit fiscal evidencian que el plan original de Cambiemos de recomponer rentabilidad en sectores exportadores y fomentar la inversión privada para impulsar la actividad no fue efectivo. La nueva apuesta, en palabras del ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, es que la obra pública sea el motor del crecimiento y los salarios recuperen capacidad de compra para fomentar el consumo y, por tanto, colaborar para reactivar en el corto plazo el mercado interno.
Cash comparó el resultado de los indicadores macroeconómicos claves del primer trimestre contra los registros del tercer trimestre. Las diferencias son las que siguen.
1. Política cambiaria. La paridad real del dólar en el promedio de enero, febrero y marzo fue de 1,23 pesos (tomando como base diciembre de 2001=1), cuando en el promedio de julio, agosto y septiembre se ubicó en 1,06 pesos. Los datos surgen del informe de tipo de cambio real del Banco Central y evidencian una apreciación de más de 15 puntos porcentuales entre el inicio del año y el comienzo de la segunda parte del 2016. La competitividad cambiaria, que para los economistas de Cambiemos era una variable fundamental para impulsar exportaciones y evitar que importadores le saquen mercado interno a los productores locales ya es idéntica a la de mitad de 2015, cuando Federico Sturzenegger y Alfonso Prat Gay afirmaban que la economía local estaba ante un “plan bomba” que podía estallar en cualquier momento.
2. Política fiscal. En el primer trimestre, el Tesoro utilizó en promedio mensual 12 mil millones de pesos de Adelantos Transitorios y Utilidades del Banco Central para cubrir gastos operativos. En el tercer trimestre, el uso de este financiamiento asociado con la emisión de la autoridad monetaria llegó a duplicarse, al ubicarse en promedio en 24 mil millones de pesos al mes. En este período, el rojo fiscal del Gobierno se elevó de 16 a 31 mil millones de pesos mensuales. Agosto mostró algunos datos de color en materia de gasto fiscal. Las erogaciones de capital (obra pública) subieron por primera vez en el año a ritmos mayores al 30 por ciento interanual y a nivel sectorial los despachos de asfalto (vinculados con la obra vial) también anotaron fuerte subas. Ante empresarios de la construcción, Prat Gay despejo las dudas. “La inversión pública va a ser el motor del crecimiento”, afirmó, con un cambio de discurso de 180 grados respecto de principio de año, cuando decía que la inversión estatal restaba espacio para que inviertan los privados.
3. Política monetaria. En enero y febrero la tasa de interés en pesos estaba en 31 por ciento y en marzo ya había subido al 38. La tendencia del segundo semestre es exactamente la contraria. En julio la tasa fue del 30 por ciento, en agosto del 29 y en septiembre del 27. El giro de Adelantos y Utilidades al Tesoro refuerza la idea de una estrategia monetaria menos contractiva. En el primer trimestre, el Central le transfirió en promedio 12 mil millones de pesos al mes al Tesoro para cubrir gastos operativos, mientras que en el tercer trimestre la cifra subió a 24 mil millones. Desde el Palacio de Hacienda exigen que el giro expansivo de la política monetaria sea aún más veloz, para evitar frenos en la recuperación del mercado interno.
¿Tiene sentido seguir hablando del Gobierno del ajuste y el equilibrio macroeconómico? Los números indican que están tirando “toda la carne en el asador”, en palabras del mercado. La pregunta del millón ahora pasa por otro lado. ¿La nueva inyección de pesos a la economía, una estrategia idéntica a la del kirchnerismo, dará resultado para incentivar la demanda de productos locales y reimpulsar el nivel de actividad y empleo? La economía ya no es la de 2015 y estímulos monetarios y fiscales puede generar efectos nocivos por el exceso de desregulación, en particular, sobre los flujos de divisas aplicado en los últimos meses. En septiembre, los plazos fijos en pesos se estancaron, el dólar nominal empezó a subir, al acelerarse la dolarización de activos y el nivel de reservas del Central marcó caídas diarias de 100 millones de dólares.
El fin de semana largo de octubre dejó otra clave para analizar la coyuntura: 25 mil mendocinos se cruzaron a Chile para hacer compras baratas de electrodomésticos e indumentaria. Colas de 15 cuadras y esperas de varias horas en la frontera. La ecuación parece ser que más pesos en la economía están produciendo más salida de divisas (por ahorro, por turismo, por compras en el exterior) pero no más trabajo ni producción local. Esto exige más endeudamiento que no tiene efecto para mejorar calidad de vida de la población. Es el plan bomba.
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