EL BAúL DE MANUEL › EL BAUL DE MANUEL
› Por Manuel Fernández López
David Ricardo y otros economistas clásicos sostenían que, a la larga, un persistente aumento de los precios internos se traslada al tipo de cambio, es decir, al precio de la moneda extranjera medido en unidades monetarias del país. Si ese traslado tiene lugar en la misma proporción en que aumentaron los precios internos, la elevación del tipo de cambio es neutra, por cuanto no mejora ni empeora la capacidad adquisitiva de la moneda nacional en los mercados extranjeros. Pero si el tipo de cambio sube en mayor medida que la variación de los precios internos (o inflación), la moneda extranjera se vuelve “cara” y ello desanima las compras de bienes extranjeros. Al contrario, si el tipo de cambio sube, pero en menor medida que la inflación, la moneda extranjera se hace más “barata” y si se mantienen iguales los precios de los bienes extranjeros aumenta el poder adquisitivo nuestro respecto de dichos bienes. Se dice entonces que el tipo de cambio está retrasado. En un caso extremo, si se registra inflación en el país y el tipo de cambio se mantiene constante, sin la menor alza, el resultado será una continua expansión de las importaciones de bienes extranjeros. Es fácil predecir el efecto final de este error cambiario: la importación de zapatos, prendas de vestir, manufacturas diversas, etc., fabricados en el extranjero, anulará la demanda de los bienes similares en el país, y con el paso del tiempo los fabricantes nacionales suspenderán personal, luego lo despedirán y por fin cerrarán sus establecimientos. Esto no es nuevo ni fruto del capitalismo contemporáneo. El ingente ingreso de oro y plata a España en tiempos coloniales produjo una gran alza de precios que hizo más baratas las manufacturas extranjeras. La nobleza comenzó a comprar sus bienes suntuarios en Francia, la que por su parte se fue adueñando del oro llevado desde América por España. En 1855 se enseñaba Economía política en la UBA por el texto de Antonio Scialoja, traducido por Clemente Pinoli. En la pág. 15 de esa traducción se lee: “El aumento del dinero aumenta el precio de las mercancías (locales) respecto de las extranjeras; los comerciantes comprarían productos afuera y se estorbaría la industria nacional. Bien dijo Genovesi: Si el dinero crece demasiado en un solo Estado, las manufacturas se ponen allí carísimas respecto de los otros Estados”. De aquel 1 a 1, la desindustrialización de hoy.
La teoría clásica del tipo de cambio fue llamada “paridad del poder adquisitivo” por el economista de Estocolmo Gustav Cassel (1866-1945), doctorado en matemáticas en la Universidad de Uppsala (1895) y profesor de economía en la Universidad de Estocolmo (1903-36). Alcanzó notoriedad por su enfrentamiento con Knut Wicksell y con John Maynard Keynes (por las reparaciones alemanas). Publicó en 1903 Naturaleza y necesidad del interés. Su obra cumbre fue Teoría de la economía social (1918), en cuya sección 60 presentó la teoría del tipo de cambio: “El instrumento regular de pago internacional lo constituye la letra (Wechsel). Los exportadores de mercancías del país A venden mercancías al país B a cambio de una letra en la divisa del país B. Estas letras de cambio son solicitadas por los compradores de las mercancías del país B, adquiridas por ellos en el país A y remitidas por éstos en pago al país B. En este país, los aceptantes liquidan las letras. Como se ve, todos los pagos se efectúan en la moneda del país B. ¿Qué es lo que en el país A se paga por una letra de cambio contra el país B? La razón por la que las letras giradas sobre el país B son solicitadas en el país A consiste en que estas letras están dotadas de poder adquisitivo en el mercado del país B. Este poder adquisitivo será, evidentemente, tanto más estimado cuanto más bajo, por su lado, esté el nivel general de los precios en el país B, es decir, cuanto más alto sea el valor monetario de este país, y, por otra parte, cuanto más alto sea el nivel general de los precios en el país A. El precio de la letra sobre el país B tiene que ser, con arreglo a esto, determinado de una manera fundamental por la relación entre los valores monetarios de B y de A, como expresión que es de la valoración de la moneda del país B en el patrón del país A. Esta relación es la paridad del poder adquisitivo (Kaufkraftparität) de ambas monedas. El precio de la unidad de la moneda del país B, expresado en moneda del país A, se denomina en el país A tipo de cambio sobre el país B. La esencial causa determinante del tipo de cambio es, por tanto, la paridad del poder adquisitivo, que de hecho representa la situación normal del tipo de cambio. No es posible calcular exactamente la paridad del poder adquisitivo sobre la base de la definición que aquí hemos dado. Los niveles de los precios en dos distintos sistemas de papel moneda no son completamente comparables”.
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