FINANZAS › INCIPIENTE DEBATE SOBRE EL NIVEL DEL TIPO DE CAMBIO REAL
Apunten sobre Prat Gay
Lavagna escuchó atento al grupo de economistas amigos que convocó al Palacio de Hacienda cuando criticaban la política cambiaria del Banco Central. La propuesta es mantener un dólar alto.
Por Claudio Zlotnik
Los colegas-amigos de Roberto Lavagna fueron unánimes en su pedido al ministro: la economía podrá sostenerse en tanto se mantenga un tipo de cambio alto. Es decir, competitivo frente a otras economías. El recuerdo todavía fresco de una década de convertibilidad con retraso cambiario genera temor a una rápida recuperación del peso frente al dólar. Y, al mismo tiempo, existe el convencimiento entre ciertos economistas afines a Lavagna de que Alfonso Prat Gay perdió este año la gran oportunidad de mantener el dólar en el rango de los 3,30 a 3,40 pesos. En esa banda se encontraba la paridad a comienzos de este año.
Los críticos del jefe del Banco Central aseguran que la caída del dólar a los niveles actuales de 2,85/2,90 pesos no redituó en beneficios, como pudo haber sido una baja generalizada de precios. Que, al contrario, la decisión significó una menor recaudación por vía retenciones. Y, además, que se corre el riesgo de que la volatilidad de la cotización del billete frene decisiones de inversión en el sector productivo.
En su defensa, Prat Gay y su coequiper Pedro Lacoste muestran que, transcurridos casi dos años del estallido de la convertibilidad, la devaluación argentina se encuentra entre las más exitosas de los emergentes que padecieron una crisis. En términos reales supera el 50 por ciento, contra el 20 a 25 por ciento del resto de las experiencias internacionales.
El consenso que existe en la city, que coincide con las expectativas del Central, es que la moneda doméstica continuará revaluándose. Sin embargo, hay quienes le sugieren al presidente del BC que no deje caer el tipo de cambio real. En el último mes, el Central viene comprando a razón de 30 millones de dólares diarios. Al respecto, el último informe de la consultora KP&M expresa que la autoridad monetaria podría comprar 50 millones de dólares diarios en el mercado. Y que no lo hace por culpa de las flexibilizaciones del mercado cambiario. Un ejemplo de ellas es la posibilidad que tienen las petroleras de dejar fuera del país el 70 por ciento de los dólares que exportan.
Los economistas amigos de Lavagna sostienen que la actual coyuntura de calma financiera es ideal para que el BC aumente sus reservas de divisas. Y descartan la receta ortodoxa respecto de que una mayor emisión monetaria desembocaría en un salto importante de la inflación. Por el contrario, esos expertos defienden la posibilidad de que una inyección de pesos sería útil para reforzar la expansión de la actividad. Y aseguran que una economía con una tasa de desempleo del 15 por ciento, con salarios notablemente retrasados y una capacidad ociosa de la industria, otorga margen para que el Central participe más activamente en el mercado. La cautela está beneficiando a los privados que fugan divisas, advierten. Frente a esta visión a la que Lavagna prestó atención, ahora Prat Gay tiene la palabra.