FINANZAS › SE DESPIDE ALAN GREENSPAN SIN SUBIR LA TASA DE INTERES
El todopoderoso titular de la FED (banca central de EE.UU.), Alan Greenspan, termina su prolongada gestión con una señal de que ya ha subido bastante la tasa. Entusiasmo por bonos y acciones.
› Por Claudio Zlotnik
En tres semanas, Alan Greenspan dejará de ser el presidente de la Reserva Federal después de 18 años y medio. Los financistas lo reverencian hasta el último día. Y él, que ha mantenido los códigos con los operadores hasta en los momentos más difíciles, como el salvataje que armó en 1998 para el fondo especulativo LCTM (Long Term Capital Management), preparó su partida sin defraudarlos. Greenspan se va haciéndoles un guiño a los inversores: avisó que el ciclo alcista de la tasa de interés está llegando a su fin, con lo cual dio una especie de cheque en blanco para concretar buenos negocios financieros.
Los mercados emergentes, como el argentino, son los principales beneficiados por la decisión de la FED. Greenspan frenó el alza de la tasa mucho antes de lo que esperaban los financistas. El costo del dinero quedó, en términos reales, unos escalones más abajo que en anteriores ciclos alcistas. Un informe del estadounidense JP Morgan aportó unos datos interesantes al respecto: aun en el peor de los casos de que la Reserva Federal eleve el FED Fund del actual 4,25 al 5,0 por ciento anual, en términos reales la tasa quedaría en el 2,8 por ciento anual. Por debajo del 3,5 por ciento reales de los períodos 1986-1987 y de 1994-1995; también del 4,8 por ciento del ciclo 1999-2000; y del 5,1 por ciento del de 1988-1989.
Seguramente que este análisis no pasará desapercibido para los inversores. El freno a la suba de la tasa internacional es el mejor incentivo para apostar en los mercados emergentes: un bono del Tesoro estadounidense a 10 años rinde tan sólo 4,4 por ciento anual. Aliciente que ya se percibió en las primeras jornadas del año.
La actual tasa de interés internacional, a la que se suma un contexto financiero y económico apacible, aparece como el mejor marco para que los activos financieros argentinos sigan escalando. Por lo pronto, vale destacar que los bonos en pesos indexados, los favoritos de la city, tuvieron un recorrido muy positivo durante el 2005: registraron una ganancia promedio del 30 por ciento. Los operadores se juegan a que, en el actual marco inflacionario y la relativa estabilidad del tipo de cambio, esos títulos seguirán siendo atractivos. Especialmente los de largo plazo, sobre todo el Discount, ya que los más cortos tienen menos liquidez. Es cierto también que en el mercado existe cierta resistencia a los Boden 2012: los corredores no quieren jugarse por un bono cuya emisión no ha sido cerrada, en virtud de las periódicas suscripciones de Hugo Chávez.
Las acciones no quedarán fuera del menú. En ese rubro también se esperan inversiones extranjeras. Los papeles empresarios quedaron muy rezagados respecto de los títulos de la deuda, pero está claro que, en el actual contexto económico, las empresas continuarán mostrando balances promisorios. Los bancos no están exentos de esa realidad, aunque sus beneficios no provengan principalmente por la intermediación financiera sino por la tenencia de bonos en pesos indexados.
Alan Greenspan deja el campo preparado para un boom de bonos y acciones. Ya habrá tiempo para evaluar a Ben Bernanke, su sucesor al frente de la Reserva Federal.
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