El Banco Central recibirá este martes el primer informe sobre el grado de avance de los bancos en los préstamos al sector productivo hasta el 5 por ciento de sus depósitos privados. Algunas entidades cuestionan el nivel bajo de la tasa de interés que debe aplicar (15,01 por ciento anual), que dicen no les dejaría ganancias. Sin embargo, por la composición de la cartera de depósitos del sistema, con una alta participación de cuentas a la vista, el costo para la entidades se ubica en la mitad del promedio de las tasas de interés para plazos fijos de 30 y 60 días. La rentabilidad del sector se ubica en el 25 por ciento, entre las más altas del mundo para la actividad.

A partir de la recuperación de atribuciones con la reforma de la Carta Orgánica, el Banco Central estableció un esquema para que los bancos presten a empresas, la mitad a pymes. Tienen plazo hasta fin de año para alcanzar las metas. Antes de presentar un primer balance del régimen, algunos bancos comenzaron a excusarse aduciendo que su estructura de depósitos les implica una margen nulo si prestan al 15 por ciento anual. Ponen como ejemplo lo que pagan por un plazo fijo, que, en el mejor de los casos, asciende al 13 por ciento.

De acuerdo con un informe de AEDA, que fue presentado esta semana por su presidente Matías Kulfas, también director del BCRA, esta comparación carece de sentido por el tipo de composición de los depósitos. Del total de depósitos del sistema bancario, el 52 por ciento es colocación a plazo, mientras que el 48 por ciento restante responde a cajas de ahorro y cuentas corrientes. Estas últimas devengan un tasa de interés casi nula, que habitualmente termina siendo inferior al costo por mantenimiento de esas cuentas. De tal manera que el costo real de fondeo para todo el sistema financiero se ubica en el 5,6 por ciento. El informe de Kulfas establece ese mismo cálculo de costo ajustado por los respectivos encajes, el porcentaje del depósito que se inmoviliza: en este caso se ubica en 6,6 por ciento.

La resistencia de los bancos se concentra en prestar a largo plazo, mientras estimulan el negocio del crédito al consumo. De hecho, este negocio los llevó a contabilizar ganancias record en los últimos años, que se explica no por cantidad de transacciones sino por los márgenes que aplican. El promedio de rentabilidad en términos de patrimonio neto para América latina se ubica en el 23,2 por ciento, mientras que la Argentina supera ese registro y se ubica segundo en el ranking, sólo después de Brasil, con el 27 por ciento. Se posiciona además por encima del promedio de otros emergentes, como Rusia (13 por ciento), India (12) y China (19).

El documento de Kulfas también destaca la importancia de los créditos en el Producto, de acuerdo con la moneda. Entre 1993 y 2001, el 7,9 por ciento de los préstamos era en pesos, sobre un total de depósitos que se ubicaba del 20 al 25 por ciento del PIB. Desde el 2002, es de 9,9 por ciento sobre un total del 12,5 por ciento y un Producto que casi se duplicó en ese lapso, al acumular un crecimiento del 95 por ciento. El dato de enero es una participación en el PIB de 15 por ciento, de los cuales, 6 puntos es financiamiento a familias y 9 a empresas. En lo referente al tipo de moneda, el último Informe Monetario del Central, señala que el stock de créditos en dólares disminuyó 10,7 por ciento, debido a la fuga de depósitos en moneda extranjera y que redujo por lo tanto capacidad prestable. Como contrapartida, esa baja se constituyó en el principal factor que impulsó el crecimiento de las líneas comerciales en pesos

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